Camila

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Mi querido amigo lector, espero te encuentres bien, si estás aun aquí es porque quieres saber el qué, el cómo y el quién.

Te recuerdo que mi historia no se trata de alguien que gana, se trata de entender las cosas y quitar fachadas, se trata de que tú y yo le damos luz al panorama y comprender lo que está detrás de cada acción mala.

Como sabes soy Carlosjr tu escritor y guía en esta historia, y no quiero que después hables de Abrahán como “el loco ese”, pues no merece quedarse de esa forma en tu memoria, pues habiendo llegado al capítulo 5 ya debes saber que aquí nada es lo que parece.

2021 y primer mes del año, la niña Camila ya tendría la edad de 10 años.
"Papiii, paapi, tengo ganas de ir al baño" "está bien mi amor pero no corras que te puedes hacer daño".
“Papi, ¿hoy vamos a practicar canto como me prometiste?” “Por supuesto que si mi niña, siempre y cuando hagas lo que me dijiste” fue lo que Abrahán expresó, “si papi me comeré toda la verdura y el brócoli sin llorar” fue lo que abran escuchó.

Emocionado por ver a su hija comerse toda la comida sin llorar, Abrahán estaba contento y le dieron ganas de salir a caminar.
“Mi niña vuelvo en un rato, te dejaré aquí durmiendo en tu camita”, e inmediatamente se fue luego de darle un beso en la mejilla.

Ese día Abrahán se encontraba del mejor humor posible, tenía en mente ese típico pensamiento de “nada podría salir mal”.
“El clima perfecto, hoy definitivamente es un día increíble”, y le llamó la atención un parqué que no podía dejar de observar.

Niños jugando y gritando bajo un clima medio nublado, Abrahán decidió sentarse y nota que hay un tipo a su lado.
Pelo castaño, probablemente 1.80 de altura y de piel morena, delgado, definido y una mirada caída de esas que te expresan pena.
Vestimenta deportiva como si frio el tuviese, un mono y un sweater que a Abrahán le pareció raro. “¿será que está loco?” pensó sobre el tipo ese, y al mismo tiempo notó la cámara que tenía en su mano.

“Hola joven, ¿eres fotógrafo?” preguntó Abrahán sin rodeo alguno, “no exactamente, en realidad tengo otro empleo”.
Disculpa si parezco un poco inoportuno, es que me guío mucho por lo que veo.

“Vale vale, tranquilo, esto no es más que uno de los tantos hobbies que tengo, de hecho por esto mismo a este lugar es que vengo” Abrahán y el sujeto conectaron rápidamente, aunque ambos ciertamente en algunas cosas eran demasiado diferentes.

Se preguntaban y respondían, eran totalmente sinceros. "¿Y si no eres fotógrafo que haces con esa cámara en este parque?".
"Nada importante, solo recolecto datos para la creación de mi libro pero..." "¿Recolectar fotos para tu libro? ¿Eres escritor?", "entiendo, no eres de estas partes".
"Algo así, apenas voy a escribir mi primer libro, no sé de qué será ni como lo haré, solo sé que será grandioso".
"Oh perfecto, tienes la meta de crear un libro, espero lo logres, aprovecha que estás joven, es bueno que seas ambicioso".

Abrahán y el sujeto continuaron habla y habla, el parecido entre ambos era obvio pues se notaba la calma.
Hace tiempo que Abrahán no se sentía con alguien tan a gusto. "Bueno es hora de irme, dejé a mi hija sola, fue todo un gusto", "El gusto es mío y a todas estas ¿Cuál es tu nombre?" preguntó a Abrahán el extraño "Me llamo Abrahán González buen hombre, ¿y el tuyo? espero no seas un ermitaño".

“Carlos Junior González es mi nombre amigo mío, para mi es todo un placer” es curioso pero Abrahán no sabía que se armaría con el tiempo un gran lío, pues ni Nostradamus con toda su sabiduría lo podría ver.

Para mi Abrahán me parecía alguien muy sincero, pero aun así me generaba curiosidad y presentía que allí había algo que solo yo podía ver, “seguir conociendo a esta persona es lo que quiero” pensé eso pero ni siquiera se me ocurrió que podría algún día escribir sobre él.

"Camila, hija mía, hoy conocí a un sujeto muy agradable" llegó Abrahán contándole cada uno de los detalles, “Es fotógrafo, boxeador, karateka, baila y canta, es muy agradable”, “también es escritor y tiene la idea de crear un libro pero no sabe de qué en ese libro él hable”.

Al día siguiente la historia se repitió, esperó hasta que su hija se durmió, salió, caminó, al parque Abrahán llegó, a los lados miró, a su nuevo amigo no encontró, al sentir que alguien su hombro tocó, al voltear fue a Carlos Junior a quien encontró y en menos de dos minutos la conversación fácilmente se desarrolló.

Me contó sobre un montón de cosas de su pasado, de sus padres, de su esposa, me habló de su vida de casado.
Me dijo que desde hace 10 años que su esposa murió se sentía estancado, pagar el cable, varias cosas y a cada rato lo botaban del trabajo, se sentía fracasado.

Que desde la muerte de su esposa se sentía acabado “¿Pero sabes? Hay algo por lo que aún vivo, Camila, mi hija, la razón de mi destino”.
“Es la razón por la que volví a creer, volví a sonreír, volví a amar, volví a querer, cuando la tuve en mis brazos no podía creer lo que mis ojos podían ver, una lucecita de esperanza, una razón de ser”.
“La muerte de mi amada no era más que una cruel condena, Camila es la razón de que no me corté las venas”.

Querido amigo lector, imaginaras como me sentí al escuchar, su historia logró tocar cada parte de mi alma, tal vez era su forma de ser y expresar que me hacía sentir pena y tristeza pues abatía mi calma.

Dos meses después, 2021 marzo 23, nos citamos en el mismo parque para conversar y presentarme a su hija.

Recuerdo claramente lo que ese día encontré, era Abrahán de espalda cargando a una pequeña niña.
Lo llamé, el volteó y por un segundo todo me pareció algo sombrío, “Ey Carlos junior, te presento a Camila, mi hija” por mi cuerpo recorrió un horrible escalofrío, Abrahán tenía en sus brazos una muñeca con una sortija…

Carlosjr

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⏰ Última actualización: May 25, 2021 ⏰

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