Capítulo 15: Locos.

7 1 4
                                    

No podía decir nada. Fue como si en ese momento mi cerebro decidiera abandonarme e irse de viaje por Europa. Mi corazón latía al mil por hora y sentí mis mejillas, qué digo mis mejillas, mi cara completa calentarse, señal de que ya se encontraba roja.

—¡¿Po-por qué hiciste eso?! Dios, pero que pena —digo cubriendo mi rostro— ¿Qué pasaría si yo estuviera enferma o algo así?

—Pues ahora ambos estaríamos enfermos. Simple. —Se encoge de hombros, pero en su rostro se nota que está disfrutando la situación. Tiene esa sonrisa que tanto me gusta marcada en su boca y no me queda más que sonreír con él.

—¡Osh, Edward! No tienes remedio. Estás loco.

—Sí, creo que me estoy volviendo completamente loco— Al decir esto, me miró de una forma que no lo había hecho. Era una mirada tan linda y con gran intensidad, pero que no sabría como definirla, sólo sé que me perdí un momento en ella, en esos hermosos ojos pardo.

Creo que yo también me estoy volviendo loca, Edward. Tú me vuelves loca.

—Bueno, démonos prisa.—Cambié de tema— Los chicos ya deben tener hambre y prometimos llevarles algo de comer. .

—Está bien. Vamos por unas pizzas, ¿O prefieres otra cosa? —Pregunta sonriente.

—No, pizza está bien, vamos por ellas.

Caminamos hacia el local de pizzas que se encontraba dentro de la misma zona de comida y ordenamos dos de tamaño familiar. Luego de que Edward le mandara un mensaje a su hermana para que viniera junto con los demás chicos, nos entregaron las pizzas y juntamos dos mesas para sentarnos todos juntos.

—¿Y cuánto tiempo llevas enseñando? —Pregunté a Edward mientras esperábamos.

—Exactamente el mismo tiempo que tú tienes en la preparatoria. Hace casi un año que me gradué.

— Wow, ¿En serio? No se nota. Te ves muy seguro a la hora de dar clases.

—Sí, bueno. No puedes mostrarte débil o inseguro ante tus alumnos, si no, te comerán vivo. Aún así, yo siempre he sido seguro de mí mismo, conozco mis capacidades y confío en ellas— Dice levantando la barbilla en forma arrogante.

— Claro, siendo la humildad tu mayor capacidad —Comenté sarcástica.

Ríe —Obviamente, la humildad es mi pasión.

—Se nota, Edward, se nota —digo con una nota divertida— Y ¿Qué es lo que más te ha gustado de ser profesor?

—Creo que tener poder sobre los alumnos. Hay veces que todo lo que tienes que hacer es reprobar a alguien y seguir con tu vida.

—Ufff, al parecer eres el profesor con el que todo alumno sueña —Digo sarcástica.

—Tal vez sí, tal vez no —Me dio una mirada muy profunda. Dios, podría perderme en esos ojos— Pero estoy seguro de que soy el profesor con el que tú siempre soñaste y con el cual sigues soñando.

—Ja-ja eso quisieras. Ni que fueras tan interesante como para estar en mis sueños. —Crucé los brazos y volteé la cara para que no notará mi sonrojo.

La verdad, siempre estás en mis sueños. Cada que apareces en uno, lo vuelves el mejor. De hecho, ya no hay día que en el que no estés en ellos.

—Eso es una lastima, porque tú sí apareces en mis sueños y son muy interesantes, debo admitir. —Acotó de forma relajada y mirándome a los ojos, yo sentí mis mejillas arder aún más de lo que ya estaban, si es que eso es posible.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 22, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sólo es el profesor... ¿no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora