Capítulo 13: ¿Por qué soy así?

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La chica con la que está saliendo.

Son sólo siete palabras, pero pueden lastimar como mil dagas en el pecho.

Sí, tal vez estoy exagerando un poco, pero realmente dolió, aunque esto me ha servido para confirmar algo: El Profesor Nielsen no es para mí.

Me costará trabajo dejar de sentir lo que siento, pero no soy una persona débil. Así como fácilmente puedo llorar -porque llorar no es sinónimo de debilidad- de la misma manera puedo levantar la cabeza y superar cualquier cosa.

Luego de que Joey me informara sobre "qué me había perdido", el profesor habló, como intentando no reir.

-No estoy saliendo con ella- Dijo el profesor, casi riendo- Ya les dije que es mi hermana, Aixa. Por favor no jueguen con eso, chicos.

-Sí, somos hermanos. -Respondió entre risas la chica pelinegra- Estos chicos son divertidos... Me agradan.

Ufff... Y yo sufriendo...

Ahora me siento ridícula por haber llorado, jaja. ¿Cómo no me dí cuenta del gran parecido que tienen? Dios, ¿Por qué soy así?

-Hola, mucho gusto -Le ofrecí la mano en forma de saludo- soy Emma.

-La famosa Emma -respondió Aixa, levantando una ceja con interés- Edward me ha hablado un poco de ti.

-¿En serio?- dije mirando a Edward de un forma un tanto pícara.

-Bueno, sólo un poco. -Habló Edward, mientras se rascaba la nuca con nerviosismo, luego lanzó una mirada asesina a su hermana.- lo normal que habla un maestro de sus estudiantes.

Awwww cosita, habla de mí con su hermana... ok, ya cálmate, Emma. Hace un rato casi lo odiabas y ahora hasta ternura te da.

- Pues espero que lo que te haya platicado sean cosas buenas- Sonreí.

-Claro que sí, sólo cosas buenas -Respondió Aixa, guiñando un ojo.

- ¿Y qué película van a ver?- preguntó Katie para cambiar de tema, dirigiéndose a Edward y Aixa- porque nosotros veremos esa nueva película de misterio.

-¡Qué casualidad! Nosotros también veremos esa película. Podríamos sentarnos juntos -Propuso entusiasmada Aixa- ¿Qué dicen?

-Por mí está bien-Dijo Frida.

-Yo digo lo mismo- apoyó Joey

-Yo también estoy de acuerdo, y creo que Emma también está de acuerdo, ¿no?- Dijo Katie mirándome con unos ojos que reflejaban malicia y a la vez complicidad.

-Si todos están de acuerdo, entonces no tengo problema- Respondí- Pero el profesor aún no responde.

Me miró y sonrió- Por mí está bien, no tengo ningún problema. Y pueden llamarme Edward, no estamos en la escuela- Le devolví la sonrisa.

-Pues si todos están de acuerdo, entonces entremos- Habló Aixa, emocionada.

Pasamos a la sala de cine y, como estaba casi vacía, no hubo problema en que nos cambiáramos de lugar.
Nos sentamos de la siguiente manera: la primera en entrar a la fila fue Aixa, le siguió Edward, yo iba a esperar que alguien más entrara y se sentará, pero en un movimiento rápido, Katie y Frida me tomaron por los hombros y me empujaron hacia el asiento a lado del profesor y no tuve otra opción más que sentarme ahí. Ellas se sentaron junto a mí, y las siguió Joey.

-Katie, ¿Por qué hicieron eso?- le reclamé en un tono bajo, para que sólo ella me escuchara.

- ¿Hacer qué? -Respondió en un tono juguetón- Uy, ya no hables, ya va a comenzar la película.

Bufé -Claro, Katie, claro- Cuando salgamos no se la va a acabar.

Comenzamos a ver la película. Hasta ahora todo iba bien. En ocasiones volteaba a ver discretamente a Edward; se veía tan lindo, llevaba puesta una camisa a cuadros, un pantalón de mezclilla y deportivos negros. Algo muy casual, pero que le daba un toque excepcional.

Honestamente, la película hasta este punto me estaba aburriendo mucho, no le encontraba mucho sentido a la trama y esto provocó que me diera mucho sueño y comencé a cabecear, pero luchaba contra eso. Luego de intentar sin mucho éxito, entré en un sueño profundo.

No sé cómo ni por qué, pero desperté y creí que estaría en una mala posición en mi asiento, pero no, por el contrario, mi cabeza estaba acomodada hacia la izquierda, recargada sobre algo o... ¿Alguien?

No, no. ¿Es en serio? Obviamente tenía que pasarme eso a mí.

Ay, eso me pasa por desvelarme viendo Cobra Kai.

Me quedé quieta, casi en shock al recordar que la persona que estaba ahí era Edward, ni siquiera podía moverme, pero tenía que hacerlo, así que, tiesa como la mamá de Adrien Agreste, me levanté lo más rápido posible.

-Lo siento -Dije con rapidez y en un susurro, con la cabeza baja, ni siquiera pude mirarlo -De verdad, lo siento.

-Tranquila, no pasó nada-Murmuró- Sólo me empezaste a babear la camisa, pero nada de qué preocuparse.- Sonrió de forma ladina y continúo viendo la película.

Sentí mis mejillas ponerse rojas pero no se lo hice notar, simplemente intenté seguir viendo la película.

Pfff... Vaya forma de celebrar mi cumpleaños adelantado.

Ay, Emma, sabes que si no pasas vergüenzas frente al papucho de tu profe, no eres tú.

Mira, mejor cállate, conciencia.

Al terminar la película, caminamos hacia un puesto de postres y cosas por el estilo. Aixa dijo que no tenían nada más que hacer, entonces Katie les propuso acompañarnos y así lo hicieron.

Luego de esa pequeña parada, pasamos a un establecimiento en el que había distintos juegos tipo arcade. Era un lugar muy cool; todo estaba casi oscuro, iluminado solamente por algunas luces led de colores y las pantallas de los juegos. Había una música ambiental muy ad hoc al lugar, era algo tipo rock ochentero.

Compramos algunas fichas para jugar y entramos. Primero fuimos a un juego en donde teníamos que dispararle a un montón de zombies que venían a atacarnos. Luego fuimos a un juego de golpear a topos y nos comenzamos a dispersar, pues unos queríamos jugar en una zona y otros en otra.

Katie y Aixa tenían que ir al baño, así que fueron juntas. Frida quería jugar algo que estaba al otro lado del establecimiento, así que Joey la acompañó y gracias a mi gran suerte, me quedé con Edward.

- ¿A dónde quieres ir, Emma? -Preguntó el profesor, para romper el hielo- ¿Hay alguna parte al que quisieras ir primero?

- La verdad no hay un juego en especial al que quiera ir, ¿qué te parece si tú eliges? -Respondí- de todos modos soy muy buena en todos los juegos.

- ¿Ah, sí? Pues vamos a comprobarlo -Hizo una pausa para pensar, mientras miraba hacia todos lados, con la mano en la barbilla, como buscando el lugar perfecto para ir. Cuando lo vio, sonrió con malicia- ¿Qué te parece si vamos a ese Hockey de mesa? Y para hacerlo interesante, podríamos apostar.

Una apuesta... Interesante.

- ¿En serio? Me parece bien y ¿qué apostaremos? -pregunté sumamente interesada.

- Eso lo dejo a tu elección, tú decides-Guiñó

-Perfecto, ¿Qué tal que, el que pierda, paga la comida del otro? -Sugerí, no quería que fuera algo muy comprometedor

-Ok, genial. Pero te advierto, así como me ves de fuerte y atlético - Hizo una pose flexionando los bíceps- Como bastante, así que te saldré caro.

Reí- Eso si puedes ganarme, porque verás, yo soy muy buena en este juego. Papá y yo solíamos venir cuando era niña, así que practiqué mucho.

-¿Ah, sí? -El profesor se inclinó un poco para estar a mi altura, colocó mi cabello detrás de la oreja con cuidado y susurró- Pues ya lo veremos, Pequeña.

Ok, mis mejillas están por explotar...

Sólo es el profesor... ¿no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora