—¿Me prometes que estaremos siempre juntos? —susurró Oikawa directamente en el oído de Leiko, haciendo que la chica sintiera un escalofrío de lo más agradable.
—Sabes que no se puede prometer algo así —se sacó de encima a Tōru para sentarse sobre él, él seguía tumbado en la cama de la chica—, ¿no te parece mejor disfrutar el tiempo que tenemos juntos?
Leiko empezó a acariciar los pectorales de Oikawa con sus dedos, bajando con suavidad hasta los abdominales provocándole a Tōru pequeños escalofríos que subían por toda su espina dorsal. Pasó sus manos por los muslos de ella de con suavidad, hasta posar las manos sobre su cadera.
—No aguanto más —jadeó Oikawa.
Se sentó rápidamente aún con Leiko sobre él, pasando sus brazos alrededor de su cintura para sentirla lo más cerca posible. La respiración de ambos estaba agitada y sus corazones latían desbocados, las mejillas de Leiko estaban levemente sonrojadas por el contacto y las caricias de Tōru.
—Te amo —suspiró Tōru para después unir ferozmente sus labios con los de la chica. Era un beso pasional, lleno de deseo y lujuria que dejaba claro hacia donde se dirigía el asunto. Se separó unos segundos para volver a hablar—. Quédate siempre conmigo. Por favor —susurró sobre sus labios. Soltó un pequeño jadeo por la excitación del momento—. Bésame, Leiko.
—A sus órdenes, mi capitán —susurró la chica con una sonrisa juguetona.
Entonces, Leiko volvió a unir sus labios con los de Tōru con la misma fiereza e intensidad que el anterior, pero que probablemente, terminaría siendo el punto más bajo de intensidad comparado con todo lo que ocurriría esa noche.
En ese instante, Leiko se despertó sobresaltada, sudando por el nerviosismo de haber soñado un recuerdo como ese. Con la luz de la luna que entraba por la ventana, se miró las manos temblorosas y llenas de sudor. Tragó saliva y intentando no caerse por los temblores de sus piernas, salió de su habitación para ir al baño a lavarse la cara. Se miró al espejo, y para distraerse empezó a fijarse en ella misma.
El pelo le había crecido un poco más, ahora lo tenía por los hombros. Tenía marcas de la almohada en la cara, eso quería decir que estaba durmiendo genial y se odiaba por haberse fastidiado el sueño con ese recuerdo. ¿Por qué Oikawa volvía a aparecer por su mente? No lo sabía, pero tenía miedo. Creía haberle superado pero al parecer no era del todo así.
Al volver a su habitación miró su teléfono y una persona pasó por su cabeza a la velocidad de un rayo. Eran las tres de la madrugada y era muy probable que escribiese a quien escribiese, nadie estaría despierto a esa hora para ayudarla a calmarse.
Pero por intentarlo no perdía nada.
«Kei, ¿estás despierto?»
No sabía ni por qué preguntaba ni por qué había pensado directamente en él, pero ya no iba a borrar el mensaje. Esperó unos minutos en los que no paró de dar vueltas por su habitación, incapaz de volver a dormir. Ya no estaba tan nerviosa, sus manos no temblaban tanto y podía caminar con normalidad, pero su corazón seguía latiendo muy rápido por la impresión. Para su sorpresa, su teléfono vibró y fue rápido a leer el mensaje, una pequeña sonrisa llena de alivio se dibujó en su rostro al ver quien era.
«Justo estaba viendo un documental, así que sí, estoy despierto. ¿Tu qué haces despierta? Ya es muy tarde.»
«He tenido un sueño muy raro y me he despertado sobresaltada...»
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𝗜𝗖𝗘 ━━ kei tsukishima
Fanfiction❝ ¡Devuélveme las gafas, Hirose! ¡Ya sabes que no veo nada sin ellas! ❞ ❱ 〔 スケート 〕 · 🏐 ⠀ ⠀ ↳ 𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲 una joven promesa del patinaje artístico sobre hielo, 𝗟𝗲𝗶𝗸𝗼 𝗛𝗶𝗿𝗼𝘀𝗲, lucha por seguir pat...