⠀⠀26. paris

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El pabellón estalló en exclamaciones, algunas de sorpresa y otras de alegría. Leiko sintió que su corazón iba a mil por hora, creía que en cualquier momento estallaría. No estaba segura de si podía hacer lo estaba a punto de hacer pero sin pensarlo mucho, salió corriendo para bajar a la cancha.

Parecía como si Kei la estuviera buscando con la mirada por todas las gradas, porque en el momento que la vio correr hacia él, abrió los brazos para recibir a Leiko. La chica saltó sobre él y unió sus labios con los suyos. Pequeñas lágrimas de alegría escaparon de los ojos de Leiko, cayendo por sus mejillas y dándole un toque salado al beso, pero a ninguno de los dos le importó.

—Gracias —susurró Kei en el oído de Leiko cuando se separaron del beso.

—¿Por qué? —respondió en un hilo de voz.

—Por aparecer en mi vida.

Leiko abrazó a Tsukishima como no lo había hecho nunca antes. No podía parar de llorar por lo orgullosa que estaba de él y del resto del equipo, volvió a mirar a los ojos a Kei y posó sus dos manos en su rostro, el cual llenó de besos por completo hasta terminar de nuevo en los labios.

En el momento que se separaron, Leiko se lanzó junto al resto del equipo para abrazarlos y celebrar su victoria ahí mismo. El abrazo que más tiempo duró fue con Koshi, en el cual acabaron tirados en el suelo dando vueltas. La entrega de los premios fue tan emotiva que Leiko, Yachi y Kiyoko volvieron a llorar, el profesor Takeda tuvo que darles pañuelos incluso para secar sus lágrimas.

Tras las premiaciones, el entrenador Ukai invitó a todo el equipo a comer. Tsukishima le explicó a Leiko que ese fue el lugar al que fueron cuando perdieron contra Aoba Johsai, le pareció divertido que hubieran vuelto después de convertirse en el mejor equipo de la prefectura de ese año.

—¿Sabes lo que toca en un par de días, Kei? —le preguntó Leiko cuando ya estaban volviendo a casa.

—No, ¿qué es? —preguntó fingiendo que no recordaba el viaje que tenían preparado.

—¡Kei! —exclamó Leiko dándole un pequeño golpe en el brazo—. Sé que lo recuerdas, pero igual lo repetiré. Nos vamos a...

—Paris —terminó él, pasando su brazo por los hombros de Leiko. Soltó una leve carcajada estrujando suavemente la cara de Leiko con la mano que había pasado detrás de sus hombros—. No se me olvidaría nunca.

—Se te llega a olvidar y te dejo aquí mismo, Kei Tsukishima —rio la chica abrazando el torso de su novio.

Al llegar a la puerta de la casa de la chica, se despidieron con un beso. Leiko además cogió la mano herida de Tsukishima y dejó un pequeño beso y unas cuantas caricias suaves para no hacerle daño.

—Buenas noches Kei —dijo cuando ya estaba a punto de entrar en casa.

—Buenas noches Leiko, te quiero —respondió Kei con una sonrisa ladeada en su rostro.

Leiko entró en casa y nada más cerrar la puerta se deslizó por ella hasta sentarse en el suelo. Soltó un largo suspiro y miró al techo de la entrada con una sonrisa tonta, como la tonta enamorada que era. Al ponerse de nuevo en pie, se quitó los zapatos y la chaqueta y se puso sus pantuflas para andar por casa.

—¡Ya estoy en casa! —dijo Leiko caminando por el pasillo del piso de abajo buscando a su madre.

—¿Qué tal ha ido? —preguntó Kaiyo deslizándose por el suelo apareciendo delante de su hija. Leiko empezó a reír al ver la manera en que su madre había aparecido frente a ella, quien no las conociera pensaría que son hermanas en lugar de madre e hija.

𝗜𝗖𝗘 ━━ kei tsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora