𝗜𝗖𝗘 ━━ kei tsukishima

⠀⠀19. campamento

El día en el que todo el equipo de voleibol iría a Tokio para entrenar junto a otras escuelas llegó tras unos días de exámenes muy intensos. Todos habían aprobado los exámenes, todos excepto dos: Hinata y Kageyama habían suspendido un examen cada uno, por lo que habían de quedarse en la escuela recuperando esos exámenes. Por un momento ambos pensaron que no podrían llegar a Tokio, pero Tanaka les dió la solución.

—Una salvadora irá a buscaros y os traerá a Tokio —dijo el chico captando las miradas de todos.

—¿Una salvadora? —preguntó Hinata confundido.

—Vosotros confiad en mi, de momento preocupaos por recuperar esos exámenes.

Esa noche Leiko apenas pudo dormir, había visitado Tokio muchas veces antes por sus competiciones, pero nunca había ido junto a los chicos de Karasuno, y le hacía mucha ilusión. Las pocas horas que pudo dormir no soñó con nada, y eso era muy raro en ella ya que siempre soñaba algo por muy estúpido que fuera.

Leiko tuvo que despertar muy de madrugada para llegar a tiempo, su madre no estaba despierta; se quedó dormida en el salón mientras veía su serie favorita por lo que, antes de irse, Leiko puso una fina manta por encima del cuerpo de su madre para que no se enfermara, ya era verano, pero las noches seguían siendo frías.

Al salir por la puerta, encontró a Sugawara, Daichi y Asahi esperándola, como ellos cuatro vivían relativamente cerca, no tenían problemas en ir a buscarse unos a otros para el camino de ida a la Preparatoria.

—Buenos días —dijo Leiko en un tono bajo, sus amigos respondieron con un sonido indescriptible pero que le dejaba claro a la chica que si ella había dormido poco, ellos menos aún. Leiko soltó una risa antes de volver a hablar—: No seáis críos, vamos.

Apenas hablaron por el camino, estaban agotados por no haber podido dormir nada, pero al menos les consolaba la idea de que podrían dormir plácidamente en el bus. Al reunirse con todos los demás frente a la Preparatoria, no tardaron nada en guardar todas sus cosas y sentarse en los asientos del vehículo para poder dormir.

—Os dije claramente que descansarais bien esta noche —les sermoneó Ukai. Pero no recibió respuesta alguna porque todos ya estaban durmiendo otra vez—. Profesor.

—¿Sí? —preguntó el profesor Takeda, quien estaba a punto de arrancar el autobús.

—Tienes ojeras, será mejor que duermas un poco. Ya conduzco yo.

El viaje duraba unas cinco horas y media, pero a la mayoría les bastó con dormir tres para estar ya llenos de energía. Leiko se dio cuenta que sin Hinata y Kageyama el autobús estaba muy callado, pero no fue hasta que todos ya estuvieron despiertos que pusieron la radio y empezaron a cantar las canciones que sonaban en ella. Al llegar a Tokio, la mayoría de los chicos empezaron a observar todo el panorama emocionados.

—¿Es eso el Skytree? —preguntaron Tanaka y Nishinoya señalando a una torre que se veía a lo lejos.

—Eso es una torre de transmisión, chicos —dijo Leiko bajando del autobús. Pudo escuchar una ruidosa risa que provenía del capitán de Nekoma—. ¿Y tú de qué te ríes?

—¿De verdad pensaban que eso era el Skytree? —preguntó sin poder dejar de reír.

—No han salido nunca de Miyagi, allí no se ven estas cosas tanto como aquí.

—¿Y tú vienes por aquí a menudo? —dijo cambiando por completo su expresión, una sonrisa seductora apareció en su rostro y sus cejas se alzaron levemente.

—Sí, pero no para verte a ti, guapo —respondió con una sonrisa burlona, para después continuar caminando junto a Kiyoko y Yachi. Leiko no lo vio, pero cuando Tsukishima y Yamaguchi pasaron junto al capitán de Nekoma, el más alto le dio una mirada de advertencia al chico.