⠀⠀20. pasado

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El segundo y último día en el que pasarían allí hasta el verdadero campamento de entrenamiento que organizaría la Preparatoria Fukurōdani ya había terminado. Tras un pequeño incidente con Hinata en el primer partido de ese día contra Nekoma, el entrenador Ukai decidió dejarlo enfriar durante el resto del día. Al volver a Miyagi, todos se quedaron dormidos en el autobús por lo que el camino fue muy tranquilo.

Tsukishima quiso acompañar a Leiko a casa, y ella no se negó. Aprovechó para explicarle lo que pasó con la mánager de Shinzen la noche anterior.

—Al final si te sirvió de algo mi pequeño regalo —dijo con arrogancia. Leiko empezó a reír al ver la cara de Kei.

—Pues sí, pero a la próxima me haces caso —respondió la chica agarrándose al brazo de Tsukishima—. Que ahora voy a tener que esconderle tu pequeño regalo a mi madre si es que sigue despierta.

—¿No lo sabe?

—No, ¿la tuya acaso lo sabe?

—Tampoco.

—Entonces calla.

Al llegar a la puerta de la casa de Leiko, Tsukishima agarró a la chica por la cintura, la acercó hacia él y, tomando su cara con una mano, se inclinó para besarla. Fue un beso corto, no muy pasional aunque tampoco muy simple. Lo suficientemente sentimental como para acelerar el corazón de ambos y teñir poco a poco las mejillas de Leiko de color rosado.

—Descansa mucho —susurró Tsukishima dejando un último beso sobre la frente de Leiko—. Te quiero.

—Te quiero —susurró ella en respuesta. Una sonrisa de idiota apareció en su rostro cuando Tsukishima soltó su mano para volver a su casa mientras ella le despedía con la otra mano.

Entró a casa muy feliz, había avisado con anterioridad a su madre de que volvería sobre las once de la noche, así que la mujer le había dejado apartado un poco de comida para que Leiko pudiera cenar antes de dormirse. Cenó rápido y sin pensarlo mucho se fue a dormir.

En el sueño que tuvo esa noche, visualizó la ciudad de París y a si misma en lo más alto de la torre Eiffel. Aún quedaban varios meses para el Trophée Éric Bompard pero había una idea que llevaba días rondando por su cabeza y que tenía muchas ganas de poder llevar a cabo.

Tendría que hacerle una pregunta a su entrenador.

Esas dos semanas y media que hubo de descanso antes de volver a Tokio para la concentración de entrenamiento organizada por Fukurōdani, Leiko se las pasó entrenando cada día junto a Viktor. Le pidió por favor que le dejara entrenar cada día y tras mucho insistir, el hombre aceptó. El último entrenamiento de Leiko antes de volver a Tokio estaba a punto de terminar, y Leiko justo acababa de aterrizar del flip cuádruple del final de su programa libre.

—Es la primera vez que no tengo ninguna cosa que decirte, Leiko —dijo Viktor asombrado por la presentación de la chica—. Ha sido... perfecto. 

—¿De verdad? —preguntó acercándose al borde de la pista emocionada. Viktor asintió sin borrar la expresión de sorpresa de su rostro.

Cuando el entrenamiento acabó, Leiko se dio una ducha rápida mientras Viktor organizaba todas las reservas del mes que viene teniendo en cuenta los días que la chica estaría en Tokio con el equipo de voleibol. Al empezar a caminar hacia la casa de Leiko, la chica recordó que debía preguntarle algo a su entrenador.

𝗜𝗖𝗘 ━━ kei tsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora