Annabeth
Me bajo del auto maldiciendo. Lo menos que deseo es tratar con un atropellamiento. Jackson es un muchacho joven, hijo de una Vampiresa y un humano. Su madre me pidió que le diera un trabajo para aprendiera de responsabilidad. El pobre chico parece un fantasma ahora.
—Yo lo juro, no había nadie.
—Estamos en un maldito callejón, Jackson, ¿por qué? —le digo, notando dónde está el auto.
—Es más corto llegar por aquí al Penthouse. Si sigo la calle tengo que dar toda otra vuelta a la manzana porque si no voy en dirección contraria al tránsito.
—No me importa si le tienes que dar la vuelta al puto estado, ve por la calle correcta y nos evitamos esto.
—Oh, Anna. —llama mi hermana.
—Juro que no la vi, es como si hubiera caído de la nada. —se vuelve a mí con las manos en su cabellera.
—Anna, tienes que ver esto.
Me acerco a donde está Marybeth y ahora me percato de lo que dice.
Sobre el capó del auto está una mujer apenas cubierta por unas finas capas de gasas blancas, ocultando solo lo necesario. Su cabello rubio está manchado por lo que parece ser sangre. Varios cortes se extienden por sus brazos y piernas.
—No sus piernas, hermana.
Subo la vista a donde señala Marybeth. En su espalda tiene dos enormes heridas, a la altura de los omóplatos.
—Un... un Ángel. —apenas pronuncio.
—No es común. —dice ella.
— ¿Qué hacemos?
—Súbela al auto y llevémosla, debemos buscar ayuda.
Jackson se adelanta para tomarla.
—Atrás, chico —le digo, poniendo una mano en su pecho —. Se llamarán Ángeles, pero no caen del cielo precisamente, debes ver mejor por donde vas.
Voy hasta la chica y la alzo, como si de una pluma se tratara. Su cabeza cae hacia atrás, exponiendo su bello rostro. Es ovalado, con una fuerte mandíbula, una pequeña nariz de botón.
—Vamos, Anna —llama Marybeth; levanto mi rostro hacia ella y la veo observándome con sus cejas en alto —. Debemos llegar pronto.
—Por supuesto.
Vuelvo a ingresar en el auto, aun con la chica en mis brazos.
—Estará bien, tranquila. Ahora, Jackson, ¿puedes conducir tranquilamente hasta la casa, si llevarte nada más por delante?
En el rostro del joven es evidente la vergüenza. Marybeth me mira con una de sus cejas levantadas.
— ¿Qué?
—No he dicho nada. —me excuso vagamente.
—Haré una llamada.
Toma el teléfono que obviamente no ha soltado en todo el rato. La llamada es rápida y apenas capto algo de lo que dice. Toda mi atención está en la mujer en mis brazos. En su respiración lenta y constante, el calor que emana su cuerpo, algo que extrañamente puedo sentir.
—Bien, vendrá a vernos.
— ¿Quién?
—Nicolás. —contesta rápidamente volviendo a girar su celular y comenzando a textear.
— ¿Nicolás? ¿Nick, el lacayo de Didius?
—Sabes que no es ningún lacayo —me corrige —. Es su mano derecha.
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Crónicas de Vampiros// Un Angel para la Vampiro
VampirePortada by: @AriValleM Edición by: D.C Natera Lugo ⸸ Cuarto Libro ⸸ Annabeth Cadwallader Es una antigua vampira que están mas interesa en trabajar junto a su hermana en el sector medico que encontrar a su pareja. Todo eso cambian el día que un ang...