Capítulo 5

2.9K 247 26
                                    


Hope

Sé que solo salió hace unos minutos, pero me siento ansiosa. Mi mente atrofiada no ayuda. ¿Cómo pude ser capaz de casi matar a mi esposa? Ella me ha cuidado desde el primer momento que abrí los ojos. No la recuerdo, pero desde que la vi siempre supe que somos ella y yo. Que ella es mía, como yo soy suya. Estoy perdida en mis pensamientos sobre ella, su profunda e intensa mirada, cuando unas manos rodean mi cintura, sobresaltándome.

— ¿Puedo tocarte? —susurra en mi oído, mientras sus manos juegan con el borde de mis pantalones y otra sube y baja por mi abdomen —No haré nada que no desees. —vuelve a murmurar, dejando besos por mi cuello.

—Sí. —apenas consigo jadear.

Allí contra el lavabo pego su cuerpo al mío. Su mano derecha baja por mis pantalones y entre mi ropa interior, su otra mano subiendo hasta encontrar mi seno. Masajea mi pecho hasta que siento mi pezón volverse un pico duro. Ann lo toma entre sus dedos, torciéndolo y dándole pequeños tirones. Sus labios van a mi cuello, sus besos descienden y succiona toda el área. Su otra mano se desliza por mi monte de venus y sus dedos juegan entre mis labios, hasta presionar en una parte de mí que ni sabía que existía ni que podía sentirse tan bien. Parece ser un nudo duro. Uno de sus dedos hace círculos en el nudo haciéndome jadear más fuerte. Mi cabeza cae hacia atrás, sobre su hombro, mi cuerpo se siente en llamas ante lo que sus manos me hacen. Leves gemidos caen de mis labios sin poder evitarlo.

— ¿Te gusta? —me pregunta, mordiendo mi oreja.

—Se siente muy bien. —apenas puedo contestar con mi respiración irregular.

Intento calmar mi respiración, soltando grandes bocanadas de aire. Entre más gimo, más fricción su dedo hace en mi sensible centro. Su dedo se desliza desde mi intimidad y se mueve entre mis pliegues. Me siento tan mojada y noto como empapo sus dedos, sintiéndome avergonzada.

Introduce lentamente su dedo medio. La invasión a mi cuerpo es un poco incómoda, haciéndome soltar un leve quejido. Desearía que me girara, que usara también su boca, algo dentro de mí dice que se sentiría aún mejor. Sin embargo, sigo disfrutando de su mano y como me hace sentir. Con el talón de su mano presiona nuevamente mi sensible nudo, que se nota hinchado, para luego continuar jugando con su dedo dentro de mí. Su boca regresa el lóbulo de mi oreja, chupándolo. Sus dedos se curvan en cierto punto dentro de mí, que no sabía lo que podía causar. Mi cuerpo se arquea ante la sensación de sus dedos en ese lugar. Un sonoro gemido sale de mí, mi cuerpo temblando entre sus brazos.

—Esto es... —no puedo hablar y mi último deseo es que me muerda.

—Tranquila, jamás haré algo que te lastime. —asegura mientras me sostiene.

Dos de sus dedos entran y salen de mí a una velocidad vertiginosa, entre otro dígito hace círculos en ese dulce punto duro. Con cada minuto que pasa me siento más húmeda. Quiero, quiero todo de ella, no me importa que haya olvidado todo lo que fue, es como si mi cuerpo supiera cosas que yo no y gritara por ella. Entre más gimo más acelera sus movimientos para finalmente curvar las falanges en el lugar exacto al tiempo que muerde el lóbulo de mi oreja. Siento como empapo sus dedos mientras su lengua lame el lugar que mordió.

Mi cuerpo tiembla incontrolablemente entre sus brazos mientras ella continúa dibujando pequeños círculos en mi dulce nudo, haciéndome escalar más en la ola de placer que me encuentro. Sus dedos aceleran más y más, y siento como los presiono en mi interior, son demasiadas sensaciones para mí.

Mi cuerpo estalla en éxtasis mientras mi cabeza cae hacia atrás, sobre su hombro. Mis labios se separan, soltando un grito de placer. La noto lamer mi cuello entre sus dígitos siguen masajeándome, completamente humedecidos. Me giro en sus brazos, todavía navegando el deleite, sus ojos bajan a mis labios y me pregunto si me besará, pero jamás lo hace.

Crónicas de Vampiros// Un Angel para la VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora