Capítulo 7

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Annabeth

Despierto, todavía sintiendo a Hope sobre mí. Ella es todo lo que alguna vez pude haber imaginado y más. ¿Cómo siquiera pude alguna vez pensar que Margot era para mí? Sin embargo, aun puedo escuchar esa voz en lo profundo de mi cabeza, que me dice que debo contarle toda la verdad a Hope. Siempre es acallada por otra más alta, que dice que si le confieso la verdad volverá a huir de mí.

Miro hacia un lado, donde los cabellos rubios de Hope están esparcidos sobre la cama. Sus labios están entreabiertos y da un leve ronquido. Ella es hermosa y pese a todo lo que he escuchado sobre los Seres de Luz, ella es pura. Mi mente vaga por lo que pasó la noche anterior y me siento mal, sabiendo que le he mentido. Todo lo que sucedió anoche entre nosotras fue sobre una mentira. El nudo en mi estómago se hace aún más grande y tengo que levantarme. Debo decirle la verdad si quiero seguir junto a ella. Suelto un suspiro, tratando de sacar esa pésima sensación de mí.

Le diré la verdad, lo haré, solo que más despacio. Beso su frente con delicadeza antes de moverme. Ella puede descansar un poco más. He estado tan sumergida en Hope que he dejado de lado el trabajo y mi correo electrónico a esta altura está explotando. Hace solo una noche atrás Mary me escribió, diciendo que no podría atender nada del trabajo. No sé en qué esté metida mi hermana, pero para mí es otro dolor de cabeza.

Bajo a mi oficina y empiezo con los deberes. ¿Quién diría que los hospitales no pueden dirigirse solos? Cada uno tiene una maldita directiva para que pueda funcionar con bastante autonomía y necesitar de nosotras lo menos posible. No obstante, ciertos asuntos tenemos que asumirlos mi hermana y yo, sobre todo los más importantes. A la cabeza de cada directiva tenemos personas de confianza, ya sean Vampiros o Híbridos, necesitamos personas que pertenezcan a nuestro mundo para que comprendan.

—Hey, te fuiste sin mí.

Ver a Hope recién despierta no debería ser la cosa más erótica y tierna del mundo, pero lo es. Va descalza, con su pijama corto mientras el manguillo de su blusa se desliza por su hombro, dejando a la vista aún más de su piel dorada. El cabello rubio está revuelto y su mano frota uno de sus ojos.

—Lo siento, mi Ángel, no quería despertarte aún.

Ella viene a dejarse caer sobre mis piernas. Se sienta a horcadas sobre mí y su cabeza va a mi cuello.

—Es raro, siento raro cuando te alejas.

Muevo un poco su cabello y beso su sien.

—Quería adelantar algo de trabajo, estaba pensando en salir más tarde.

Eso llama su atención. Se endereza y me mira.

— ¿Salir? ¿A dónde iremos?

—Va a haber una feria del condado, se acercan las fiestas patrias y según leí tiene varias atracciones.

Sus ojos color oro brillan de emoción.

—Oh, eso suena genial.

—Me alegro de que te guste la idea.

Le devuelvo la sonrisa, ella se inclina y me da un beso.

— ¿Cuándo iremos?

—Bueno, primero debemos esperar a que termine de oscurecer.

—Bien, entonces subiré a preparar lo que usaremos. —salta de mis piernas en un movimiento tan ágil que me recuerda que es un Ángel.

— ¿Escogerás lo que vestiré?

—Sí, quiero que combinemos.

La idea no me agrada, siempre me han parecido ridículas las parejas que se combinan.

Crónicas de Vampiros// Un Angel para la VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora