(+18)
Al principio Mary no lo correspondió, manteniendo solo el contacto de sus labios. Hasta que finalmente cedió, en cuanto sintió cómo Ririka la abrazaba por los hombros, pegándose aún más a su cuerpo.
Este era su primer beso a pesar de todo lo que había pasado entre ellas. Sentían un sin fin de chispas y emociones dentro de sus cuerpos.
Continuaron besándose de forma suave, como si no quisiesen lastimarse en lo más mínimo. Pero esto no duró mucho, pues el beso comenzó a tornarse más apasionado.
Ririka pasó su lengua por encima de sus labios, queriendo acceder a su cavidad bucal. Mary accedió, el beso se volvió más caliente.
Sus lenguas batallaban salvajemente, Mary apretó sus muslos, provocando que Ririka jadease sobre sus labios.
Parecía ser obvio cómo iban a acabar las cosas si seguían así, hasta que Mary se separó de forma abrupta, viendo a Ririka sonrojada, con los labios hinchados y una expresión confusa.
— C-Creo que no deberíamos seguir. — Sentenció Mary, tratando de recuperar el aliento.
Sin embargo, Ririka no se inmutó, continuando encima de ella; pues estaba muy confundida, y se rehusaba a dejarla ir.
En cuanto Mary se removió debajo suyo, la empujó, haciendo que su espalda chocase contra el respaldo del sofá, provocando que la rubia soltase un pequeño quejido de dolor.
— ¿Qué pasa? — Soltó Ririka, dejando la pregunta en el aire.
Alzó la cabeza de la rubia; colocando su dedo pulgar sobre el mentón de la misma, mientras que le acomodaba un mechón de pelo.
Mary sabía que con un solo movimiento ya podría haber dejado a la albina sobre el suelo, sin embargo, se negaba a volver a hacerle el más mínimo daño, quedando completamente vulnerable ante ella.
— Simplemente no quiero seguir de esta manera. — Soltó Mary, en el fondo sabía que estaba mintiendo, pero odiaba sentirse así de vulnerable ante alguien.
— Entonces, ¿Por qué correspondes mis besos? — Le susurró Ririka, suspirando cálidamente en su cuello.
Lamió su oreja, mordiendo el lóbulo de la misma. Mary soltó un pequeño gemido ante esta acción, quedando completamente sonrojada.
— Mmm... ¿Ahora eres tímida? — Rió sutilmente la albina.
Ririka desprendió poco a poco los botones la camisa de su contraria, succionando y mordiendo sus clavículas de una forma más brusca de lo usual.
— R-Ririka — Llamó Mary, sintiéndose extraña por como estaba siendo tocada.
Obviamente, le encantaba estar con ella, y amaba cada pequeño detalle que compartiesen juntas, sin embargo, no se sentía bien, no quería hacerlo.
La albina tomó su pezón entre sus dientes; provocando contuviese un gemido, mordiéndose los labios.
Continuó masajeando y apretando sus pechos a su gusto. Mary sentía como cada vez comenzaba a estar más húmeda, reprochándose mentalmente aquello.
— Basta, p-por favor. — Suplicó Mary, conteniendo una lágrima de angustia.
— Sh~ — Pronunció Ririka, llevando sus dedos a la boca de la rubia. — Lo disfrutarás. — Pervirtió.
•••
Esa misma tarde, Mary fue tomada por Ririka, pues la misma había decidido quedarse callada, completamente a su merced.