Un par de días después de lo sucedido, las cosas para Mary empezaban a ir mejor, o eso creía.
Pues finalmente dejó de ser una mascota, cuando Yumeko llegó para salvarla una vez más.
— Toma. — Sonrió Yumeko, aventándole un maletín.
Los ojos de Mary se agrandaron mostrando confusión, abrió el maletín y se encontró con la cantidad exacta de yenes que debía.
— Pero... — Trató de reaccionar la rubia.
— Sh~ No digas nada... — La calló poniendo un dedo sobre sus labios. — Luego me lo agradeces. — Volvió a sonreír Yumeko, como siempre lo hacia.
Al fin y al cabo, lo que no sabía, es que Ririka fue la que se contactó con Yumeko para dejarle la cantidad de dinero que ella necesitaba.
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Por el reflejo de la ventana, Mary logró a ver a Kirari pasando detrás suyo. Soltó un gruñido, apretando levemente sus puños.
Hace ya un par de días había empezado a sentir la presencia de Kirari, al parecer estaba siendo vigilada.
"Lo único que falta" Pensó Mary, al observarla por el rabillo del ojo.
Decidió ignorarla, pues estaba cansada de la situación, y lo suficientemente ocupada. Continuó moviendo un par de fichas, mientras que su mano se posaba en su mejilla.
De repente, sintió una mano en su hombro, que lo apretaba sutilmente. Bajó la vista y le tomó un segundo reconocer de quien se trataba; pues aquellas pálidas y frías manos no podían ser de otra persona.
— ¿Todo bien Saotome? Te noto un poco preocupada. — Soltó la presidenta, murmurando a sus espaldas.
La rubia bufó por lo bajo, como solía hacer; "¿Qué demonios quiere de mi?" Pensó.
— Todo en orden. ¿Buscas algo? — Dijo con arrogancia y un toque desafiante, cruzó los brazos y apretó una de las fichas con sus dedos.
— Mirá, seré directa contigo. — Contestó en un tono de voz bajo, apretando los dientes.
Muchos estudiantes circulaban a su alrededor ignorando completamente la situación; sin embargo, la presidenta debía mantener la calma y disimular su obvia irritación.
La rubia rodó los ojos, manteniendo su postura arrogante. Ese tipo de actitudes generalmente no lograban afectar en lo más mínimo a Kirari, pero al venir de Mary, era algo totalmente diferente.
— Mantente lejos de Ririka. — Advirtió la presidenta.
Mary soltó una pequeña risa ante aquella petición, que en cuestión de segundos desapareció al sentir como su hombro era apretado con fuerza.
— Sabes que cuando hablo, lo hago enserio. Solo la distraes, estorbas y sirves para empeorar las cosas, basta. — Soltó Kirari, sus palabras eran frías, se sentían como cuchillas.
Mary tragó audiblemente. Apretó la ficha entre sus puños, sintiendo como la misma se quebraba. Sin decir nada más, se paró bruscamente, llamando la atención de algunos estudiantes.
— Sí me consigues una apuesta contra Ririka, no le hablaré nunca más en su vida. — Explicó Mary.
Kirari la observó curiosa, cegada por las ganas de que Mary ya no se entrometa en la vida de su hermana, respondió lo siguiente;
— Está bien, cuenta con ello. Pero, más te vale que lo cumplas. — Amenazó Kirari, con su típica sonrisa macabra.
La rubia asintió y se retiró de la sala a paso acelerado, dejando a Kirari mirando hacia la puerta de forma curiosa.
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Kirari volvió a su oficina rápidamente y programó un duelo entre Ririka y Mary. Ninguna de las dos podía rechazar la oferta al haber sido impuesta por la presidenta, así que a Ririka no le quedó más remedió que ceder algo inquieta por lo extraño que era el asunto.
En conclusión, Ririka había perdido este duelo, en el cual Kirari no interfirió en lo absoluto.
Pues jugaron a algo tan simple como "¿En qué mano está la ficha?".
Lo que Ririka no había tenido en cuenta es que se habían invertido los papeles, pues se había convertido en la mascota de Mary Saotome
Flashback
— "Antes de empezar con esto, quiero poner una sola condición. — Habló la rubia, con su extrema arrogancia.
— ¿Q-Qué? — Contestó Ririka.
— La que pierda, se convertirá en no más ni menos que una mascota. — Explicó Mary, derrochando desinterés.
Ririka tragó duro y asintió, sin darse cuenta del error que estaba cometiendo".
•••
Presente
Ririka caminaba apenada, pensando en cómo le iba a explicar a la presidenta lo que había sucedido, y en cómo se había convertido en una mascota.
Hasta que se detuvo, para escuchar cómo dos estudiantes conversaban animadamente;
— ¿Escuchaste las nuevas noticias?
— Na', nunca estoy pendiente de estas cosas, ya sabes.
— Al parecer, a partir de ahora las mascotas en verdad serán tratas como lo que son. — Aquel estudiante soltó una risa a modo de burla ante tal comentario.
— ¿Enserio? Pobres estúpidos, lo único que les falta es ser esclavos. — Rió también, cruzándose de brazos.
— Pero de qué va el tema, ¿mascotas de quién? — Se unió otro a la conversación.
— Pues de quién los convirtió en mascotas por supuesto, es decir, es como un método de pago más. — Explicó, frotándose las yemas de los dedos.
"¿Convertirme en la esclava de Mary Saotome?" Pensó Ririka, tragando duro una vez más.
— Vaya, mira a quien tenemos aquí... — Habló alguien a sus espaldas...
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N/A; Siento haber resumido tanto el duelo entre Ririka y Mary, quería evitar relleno y que el capítulo quedase muy largo <3