El día había concurrido con total normalidad. La sala del Consejo Estudiantil ya se encontraría totalmente vacía, a no ser por Kirari, que todavía se encontraba allí.
Escuchó la puerta de la sala abrirse, dando paso a la chica enmascarada que entraba por la misma.
Daba pasos sonoros, dejó un maletín sobre su escritorio y procedió a tomar asiento frente a Kirari.
— Hola. — Saludó la presidenta, apoyando sus codos sobre la mesa y entrelazando sus dedos.
— Hola. — Correspondió su saludo Ririka, con un tono de voz neutro.
— Quiero hablar contigo, por eso le pedí a Sayaka que te llamase. — Contó Kirari, a lo que Ririka guardó silencio, demostrando su comprensión.
— ¿Por qué no viniste hoy? — Cuestionó Kirari, observando una carta.
— No me encontraba en perfectas condiciones, igualmente ya adelanté todo el trabajo necesario. — Respondió a través de la máscara.
— Está bien. Ahora... ¿tienes algo más que decirme? —Preguntó, con cierto brillo particular en sus ojos—
— Eso es todo, presiden- — Ririka fue interrumpida.
— No me digas presidenta, en estos momentos soy Kirari para ti. — La miró. — Puedes ser sincera conmigo, y lo sabes.
Ririka mordió sus labios en señal de nerviosismo, por suerte, llevaba máscara y podía sentirse segura.
— Em~ Kirari, no hay ningún otro problema. — Reiteró.
Kirari contuvo sus ganas de seguir insistiendo, asintiendo finalmente, poco convencida.
— Está bien... — Sonrió. — Sabes que estoy aquí para cualquier cosa que necesites Ri~ — Habló, acomodándose nuevamente en su silla.
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La vicepresidenta asintió, poniéndose de pie y dirigiéndose rápidamente hacia los baños.
"¿Qué demonios fue eso?" Pensó. "Acaso la presidenta está preocupada... ¿por mí?"
Todavía llevaba consigo un leve impacto, después de pensar un poco, se preguntó a sí misma porque la presidenta le había insistido tanto, es decir, se habrá enterado de... ¿Algo?
Definitivamente no quería más problemas, tampoco quería que Kirari le hiciese daño a Mary o viceversa.
Simplemente mantendría a todos al margen de la situación, todo era muy complicado. Salió del baño y se reincorporó nuevamente.
Sintió una presencia acompañándola en esos solitarios pasillos, cuando de repente alguien chocó su hombro.
— Ups, lo siento. — Volteó, para encontrarse con Yumeko, quien tapaba su boca con una de sus manos, ocultando una risilla.
Se sintió algo extraña al ver sus ojos, aunque simplemente decidió ignorarla y seguir con su camino.
"Esa es la chica de la que todos hablan... una loca más." Ironizó en sus pensamientos, chasqueando la lengua.
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Mientras tanto, Saotome continuó apostando. Un chico extendió una baraja de cartas sobre la mesa, comenzando con otro juego más.
No le importaba apostar en las salas de juego convencionales, la mayoría de los estudiantes que estaban allí no alcanzaban su nivel.
— Saotome, deberías dejar de apostar, llevas días de esta manera. — Se le acercó Ryota. — Te irás directo a la ruina.
— Cállate, sé lo que hago. — Afirmó Mary, haciendo que Ryota se retirase inconforme.
•••
El ruido de la puerta se hizo presente, dejando ver cómo Ririka la atravesaba a paso lento.
Todos voltearon a ver hacia ella, algo sorprendidos. Rápidamente volvieron a lo suyo, con algunos murmullos de fondo;
— ¿Qué hace la vicepresidenta aquí? — Murmuró una voz masculina.
— Nunca la había visto aquí antes. — Respondió una estudiante en voz baja.
— ¿Qué demonios? — Soltó Mary, cruzándose de brazos con el ceño fruncido.
La vicepresidenta aceleró su paso, dirigiéndose hacia la mesa de la última en hablar. Un chico le extendió una silla, sentándose frente a Mary.
— Eh~ — Mary pronunció confundida, arqueando sus cejas al mirarla.
— ¿Apostamos? — Dijo Ririka, con un tono de voz indescifrable.
Todos los que rodeaban la mesa clavaron sus miradas en Mary, quién no podía negarse.
— Está bien, ¿qué sugieres? — Aceptó la rubia insegura, mirándola de costado.
...