Ririka comenzó acariciando suavemente sus muslos, para luego mantener un contacto visual profundo con Mary.
Podía ver el miedo apoderándose de sus pupilas, la albina chasqueó la lengua.
— Date la vuelta. No te preocupes, será rápido. — Enfatizó en un tono de sátira.
Las piernas de la rubia temblaban a su tacto, rápidamente la obedeció, quedando de espaldas.
Saotome estaba pasando una verdadera pesadilla, por alguna razón, no se sentía como si Ririka la estuviese tocando, el tacto era mucho más rudo, con esas manos heladas.
De repente, el sonido de unas llaves siendo utilizadas se hizo presente, acompañado de una puerta abriéndose.
— ¡Suéltala Kirari! — Ordenó quien parecía ser, la verdadera Ririka.
Mary se encontraba totalmente abrumada, observando la escena con total confusión; es decir, "¿Por qué hay dos Ririkas? ¿Kirari se hizo pasar por Ririka?" Pensó.
Kirari's Flashback:
8 horas antes...
"Estaba firmando unos papeles, cuando escuché un ligero toque en la puerta.
— Sayaka, ¿podrías ir a ver quién es? — Pedí, a lo que mi secretaria asintió gentilmente.
Al cabo de unos minutos, volvió con una extraña noticia para mí.
— Es Kaede Manyuda, quiere hablar contigo. — Me informó.
— Está bien... dile que pase, y déjanos a solas por favor. — Volví a pedir, curvando un poco los labios.
Kaede caminó hacia mi escritorio, para tomar asiento justo delante mío. Ajustó un poco su corbata y tomó una mala postura al sentarse.
— Y bien, ¿qué te trae por aquí? — Hablé, con cierta desconfianza.
Pues no dudaba de la inteligencia y audacia de aquel chico, sus ojos eran prácticamente indescifrables.
Lo miré de reojo, esperando una respuesta.
— Tengo información que podría interesarte. — Soltó sonando desinteresado, a lo que comencé a prestarle más atención. — Pero, si la quieres, deberás darme algo a cambio. — Dijo, cruzando sus piernas y acomodando sus manos dentro de sus bolsillos.
— Cuéntame más. — Entrelacé mis dedos.
— Es sobre Ririka, por eso supuse que quizás te interesaría... pero ya sabes, todo tiene su precio. — Sonrió, con aires de grandeza.
Suspiré, mirándolo directamente a los ojos; en ellos pude notar un poco de miedo. Sonreí.
— Está bien, ¿qué quieres a cambio? — Cuestioné, tomando un par de fichas con mis manos.
Finalmente llegamos a un acuerdo, acto seguido comenzó a hablar.
— Mary Saotome — Pronunció y no pude evitar tensar la mandíbula. — Quizás haya abusado de nuestra querida vicepresidenta. — Comentó con tranquilidad. —
— ¿Estás seguro de lo qué dices Manyuda? De no ser así, soy capaz de aplastarte con mis propias manos. — Amenacé en un tono de ironía.
— Ara Ara~ Tranquila presidenta. Estoy completamente seguro de lo que estoy diciendo. Y para demostrárselo... — Sacó unas fotografías de su bolsillo.
Claramente se podía ver cómo Ririka era intimidada por Saotome. Observé las fotos sin expresión alguna, aunque por dentro me hervía la sangre.
"¿Quién había saco esas malditas fotos? O más importante, ¿qué demonios hacía Saotome con mi hermana?" Pensé.
— Retírate. El acuerdo ya está hecho. — Pronuncié con un tono de voz serio, a lo que Kaede rápidamente tomó su recompensa y desapareció de la sala.
Esto no se va a quedar así." —
***
Presente
— Vamos, solo estoy cobrando un poco de venganza Ri~ Al fin y al cabo, se lo merece. —
— Déjala en paz Kirari. Nunca te pedí que te metas en mis asuntos. — Escupió Ririka, con rabia.
— Vaya, ¿de dónde sacaste tanto valor hermanita? — Rió — Está bien, quédate con esta idiota, pero ni se te ocurra llorar después. — Sentenció Kirari, tratando de ocultar su notable enojo.
Mary estaba avergonzada, aún así buscó la mirada de Ririka.
— Tú. — Dijo Kirari, tomando a Mary por el cuello de su camisa. — Recuerda que sigues siendo una miserable mascota. Te salvaste, por ahora. — La soltó, retirándose de aquella sala tras dar un portazo en seco.
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