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¿AMIGOS?

Con temor la muchacha de cabellos dorados miró el reloj y sus nervios por ese día, como el de los dos anteriores, se reflejaron en la manera en la que movía sus manos frente a ella. Y apenas sonó el timbre se colocó la capucha de su hoodie y salió apresurada a los pasillos. Las personas que conocían se le acercaban a saludarle y ella solo aceleraba mucho más el paso evitándolos a todos dejándolos completamente confundidos.

Sus mejores amigos, una chica de cabellos albinos y un chico de cabellos color chicle fueron a acercarse, la rubia se trató de mezclar con el resto del alumnado. Ambos se miraron con extrañeza pero dejaron a la chica tranquila, ya se acercaría en algún momento a hablarles, aunque ya con este eran tres días evitándolos.

La chica estaba arrepentida de lo que había hecho el domingo por la noche. Accidentalmente le había dicho a su amigo lo mucho que él le gustaba pensando que hablaba con su mejor amiga. Para ella era algo tan vergonzoso porque el chico le había dicho que le gustaría que fueran amigos por los momentos y que hablarían de eso el lunes. Pero la chica no tenía el valor de enfrentarlo así que ya era miércoles y se la ha pasado evitando a medio mundo.

Iba evitando a todos sus amigos y también a los amigos del muchacho que él le había presentado. Todos ellos se quedaban extrañados del comportamiento de la chica. Ella siempre era la primera en acercarse a saludar con un beso en la mejilla y un abrazo. Pero esta vez los evitaba a absolutamente a todos.

La chica comenzó a tachar personas de su lista a quienes debía de evitar. La mayoría de los nombres estaban tachados, pero solo faltaba una persona. Faltaba él. Sospechaba que no había ido hoy para ahorrar la vergüenza de ambos y que ella pudiera comportarse normal. O tal vez se había enfermado y ella por evitarlo no le llevaría nada. O tal vez también se había mudado solo para evitarla. No, las personas no se mudan de la noche a la mañana, ¿o sí?

Por andar sobrepensando cosas se chocó con alguien y se paralizó por completo. Su amigo de cabellos azabaches al que se le había declarado accidentalmente la noche anterior estaba de pie frente a ella viéndola fijamente. Antes de que pudiera decirle algo la chica se escondió más en su hoodie y salió corriendo por el pasillo dejándolo confundido. Frunció el ceño cerrando su casillero y vio hacia atrás para ver a sus amigos que estaban igual de confundidos que él.

La chica dobló en el pasillo perdiéndose de la vista de todos. Vio las escaleras y subió con intenciones de ir a la terraza. Tenía la última hora libre y ese sería su mejor escondite de sus amigos y conocidos hasta que tocará la hora de poder irse.

Cuando llegó se aseguró de que no estuviera nadie ahí y se sentó en una banca de las que estaban allí. La brisa fresca de la mañana la hizo sentir un escalofrío y se hizo bolita en la banca y se escondió en su hoodie.

Se sintió como alguien se sentaba al lado de ella y alzó la cabeza un poco para ver al de cabellos azabache a su lado con una media sonrisa.

—¿Y entonces vamos a hablar o me vas a evitar el resto de la semana? —le preguntó y ella no hallaba como responderle. Respiró hondo y se acomodó mejor.

—Yo no te estoy evitando, ¿qué te hace creer eso? —se hizo la inocente.

—El hecho de que no me has hablado más desde el domingo y cada vez que voy a saludarte sales corriendo por los pasillos. Y no solo me lo haces a mí, sino también a nuestros amigos.

—He tenido muchas cosas en la cabeza, eso es todo. No los estoy evitando.

—¿Por qué no tenemos la conversación que tenemos pendiente desde hace días? Y no me inventes ninguna excusa.

—Solo amigos —se levantó de la banca rápidamente y alzó las manos en oaz—. Ya, listo. Tuvimos la plática.

—Es que yo no he dicho nada.

—Pero yo sé que es lo que ambos pensamos. Entonces, adiós Fred.

—Eso no es lo que yo pienso en realidad —la chica no encontraba como comportarse en ese momento así que hacía varias gesticulaciones nerviosas.

—¿No? Ah —seguía con las gesticulaciones y el chico solo se mostraba acostumbrado a su comportamiento, siempre que estaba nerviosa se comportaba de ese modo—. Bueno, ¿y entonces qué es lo que piensas?

—Pienso en que deberías de sentarte y que podamos hablar como siempre.

—Pero es que tengo que...

—No tienes que estar en ninguna parte, me sé tu horario de memoria y lo sabes.

La chica se sentó de nuevo y se quedó con la vista fija al frente. Evitando ver al chico, pero no que éste la viera a ella.

—Me pude dar cuenta de que te equivocaste de chat, y me enviaste aquel audio a mí. Sobretodo cuando dijiste "Ay Meg, pero es que tú no entiendes cuanto amo a..."

—Fred, no. Ahórrame la vergüenza, por favor. Además no me refería a ti. Me refería a alguien más.

—¿Ah, si? ¿A quién? —se acercó a ella retándola a decirle, haciéndola sentirse mucho más nerviosa.

—Me refería a tu hermano Freddy. Lo que sucede es que no terminé de decir su nombre, eso es todo.

—Freddy no es tu tipo.

—¿Y según tú cómo es mi tipo? —se cruzó de brazos. La coquetería del muchacho estaba logrando que perdiera la vergüenza un rato.

—Como yo —se señaló a sí mismo—. Peligrosamente atractivos.

—No te creas mucho tampoco.

—De igual modo, tú también me gustas mucho —la chica se paralizó con su corazón latiendo a mil por hora y sin que las palabras pudieran salir de su boca—. Pero preferiría ser amigos por un tiempo, es que no me siento lo suficientemente preparado para estar en una relación con alguien, y lo que menos querría es cagarla y arruinar la amistad, ¿comprendes?

La chica bajó la cabeza con las mejillas rojas como tomate.

—Sí. No tienes por qué preocuparte, yo te entiendo completamente. Este mmmm... adiós —la chica se despidió con un ademán y salió de la terraza, sintiéndose un poco más relajada que antes, pero aún tenía bastante vergüenza de lo que había sucedido. Tomó su teléfono y leyó el mensaje en pantalla.

"Espérame ansiosa rubia ;)"

ONE SHOTS | FREDOY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora