SOLO CONTIGO
— ¿A qué se debe? —preguntó la chica con una sonrisa. Llevaba un hermoso vestido plateado de tirantes y su cabello rubio recogido en un moño alto—. Me tienes con la intriga.
—Joy —dijo el azabache y la rubia se acercó un poco más a él para escucharlo con más atención—. ¿Recuerdas cuando nos conocimos?
Un dulce canto se escuchaba por los pasillos de la high school, el azabache se quedó inerte mientras su mirada rubí se paseaba por todos lados tratando de averiguar de dónde salía tan maravillosa voz. Vio una puerta entreabierta y una sombra moverse despacio. Ladeó la cabeza acercándose poco a poco. Se escondió detrás de la puerta y observó una melena rubia moverse a la par con la chica que bailaba vals con una escoba mientras cantaba.
Eso lo hizo esbozar una pequeña sonrisa. El dulce canto lo estaba relajando, tanto a tal grado de irse hacia adelante y empujar la puerta que hizo un estruendo cuando se estrelló con la pared. Sus reflejos fallaron y el chico se golpeó en la cabeza fuertemente. La chica giró de inmediato con seriedad poniéndole fin a su canto y baile. Se acercó al muchacho y se quedó parada frente a él.
— ¿Te encuentras bien? —El chico apartó su mano y al notar la mirada celeste de la chica sobre él se enrojeció por completo, acomodándose para poder disimular el sonrojo—. Oye, ¿te encuentras bien?
—Eh, sí. Me encuentro bien. No te preocupes —dijo el chico como pudo sin aún mirarla.
— ¿Seguro? Te has golpeado muy feo en la cabeza. Deberías ir a la enfermería —el chico negó rápidamente con la cabeza. Por ahora su preocupación es que la chica no viera su sonrojo—. Si quieres te puedo acompañar. Pero de verdad, pienso en que deberías ir a la enfermería.
—Me tengo que ir —el chico salió corriendo del aula desesperadamente cuando escuchó el timbre que lo salvó de aquella situación.
—La verdad yo nunca esperé conocerte de tal manera. Fue tan extraño y repentino —se rió el chico por lo bajo—. Quería enamorar a la hija de papi. La más intocable de todas.
El chico sostenía un ramo de las flores favoritas de la rubia, y caminaba decido por los pasillos, aunque por dentro se muriera de miedo a la reacción de ella. Al verla parada en el pasillo revisando la cartelera de actividades, su caminata decidida y rápida fue disminuyendo poco a poco hasta detenerse frente a ella. Eran notorias las ojeras que tenía el chico gracias a que pasó toda la noche investigando algo que le encantara a la chica para regalarle el día de su cumpleaños.
—Oh, hola. Eres el chico que… —el chico le extendió el ramo y bajó la mirada evitando que terminara la oración.
—Feliz cumpleaños —una pequeña sonrisa se asomó por los labios de la chica, aceptó el ramo y miró al chico que se mantenía cabizbajo.
—Te lo agradezco. ¿Cómo supiste que eran mis flores favoritas?
—Eh, yo solo. Pues… me lo dijo tu amiga.
—No soy un chico que viene de una familia con muchas riquezas. No tengo aviones que te busquen a las Bahamas, no tengo un carro elegante, ni joyas, ni yates. Solo soy un chico simple. Pero creo que con tan solo mi corazón logré enamorarte.
— ¿Y en qué auto piensas llevar a mi hija? —preguntó un señor rubio alto e intimidante.
—Yo… bueno… no tengo auto —el chico pasó saliva de los nervios. El hombre miró por encima del hombro del muchacho, que para su sorpresa era igual de alto. Observó que afuera no había ningún tipo de auto aparcado, luego miró al muchacho y torció el gesto.
—No me gusta que mi hija camine. Está acostumbrada a viajar en auto a donde sea que vaya —el hombre respiró hondo—. Pero, caminar no le hará daño —esbozó una sonrisa esperando a que el chico se sintiera menos inseguro.
—No puedes negar que yo ahora te gusto —la muchacha relamió sus labios desconcentrándolo un poco—. A mí nunca me importó si el mundo sabía que estaba locamente enamorado de ti. Porque para mí siempre importó el que me hicieras caso. Muchas veces hasta llegué a perder esperanzas y creí que nunca me darías chance. Y aún así, con las esperanzas por los suelos lo seguía intentando, porque las esperanzas fueron las que se perdieron, no las ganas.
—Fred, tranquilízate un poco. A penas y estamos entrando en confianza —se rió la rubia mientras el azabache se mantenía quieto analizando todo con minuciosidad.
—Pero tú me gustas. ¿Algún problema con eso Joy? Solo dime un no y te dejo en paz —le dijo directamente, la chica se lo pensó un poco y luego rió.
—Vale, saldré a una cita contigo.
—Nunca me dijiste no. A pesar de que tú en ese momento no gustabas de mí siempre me dijiste que sí a cada cita. Y me sentía totalmente honrado por eso, porque creía que cada cita me acercaría más a ti y sucedió. Nos volvimos demasiado cercanos.
La chica se acomodó pasando saliva.
—Nunca supe cómo expresar bien los sentimientos. Es algo que para mí siempre ha sido difícil. Al principio no sabía ni como hablarte, y se me era complicado hasta decirte un simple hola. Me ponías demasiado nervioso. Luego cada vez que aceptabas salir conmigo me iba volviendo más confiado y seguro de mí mismo —respiró hondo—. Me encanta todo de ti. La manera en que me besas, tu brillante sonrisa, me tienes jodidamente enamorado de ti Joy.
La chica esbozó una gran sonrisa.
—Siento que contigo tengo una fortuna, no material sino sentimental. El simple hecho de que estés aquí conmigo me emociona como no tienes idea. Porque me hizo aprender que con perseverancia se logran las cosas. Solo contigo tengo una fortuna.
El muchacho se levantó de la silla y comenzó a hurgar en los bolsillos de blazer hasta encontrar una pequeña cajita, la chica abrió los ojos con sorpresa.
—Solo contigo me siento pleno. Solo contigo sé lo que es amar. Solo contigo puedo ser como soy sin miedo a lo que dirán —la miró a los ojos.
Le encantaba ver los ojos de la muchacha. Eran de un azul del cielo, sus ojos le brindaban tanta calma y le tranquilizaban los nervios que lo recorrían.
—Como tú no he visto ninguna. Eres única, y tengo suerte de estar contigo y por eso quería preguntar —la chica abrió los ojos enormemente cuando vio el anillo dentro de la pequeña cajita—. ¿Te casarías conmigo?
— ¡Sí!
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ONE SHOTS | FREDOY.
FanfictionBreve relatos fredoy. ♡ Dibujo de portada: @http_arthen (twitter)