Capítulo IV

17 4 0
                                    

-¿Irnos a dónde?- Me preguntó, a lo que yo ignoré. Bajamos las escaleras para encontrarnos con los tres hombres que había en casa, y con algo inusual, también había otras dos maletas.

-¿Más cosas?- Pregunté, mirando a los nuevos inquilinos. Ellos negaron- ¿Y de quién son esas maletas?- Pregunté a mi hermano, a lo que él se mantuvo callado.

-Son nuestras- Escuché una voz femenina familiar. Me di la vuelta para descubrir quién o quiénes eran esas misteriosas voces. Al dármela, visualicé a Nuria y Daniela en la entrada. Me quedé completamente en shock, pero a los minutos reaccioné.

-¿Qué hacéis aquí?- Les pregunté con un brillo en los ojos de felicidad.

-Nos venimos a vivir con vosotros, habrá que poner algo de masculinidad en esta casa- Comentó Nuria.

-Jaja, qué graciosa- Dijo sarcásticamente Hugo.

-A ver, nosotros veníamos a deciros otra cosa- Miré a Miki que se estaba poniendo nervioso. Al notarle le agarré de la mano mientras pasaba el pulgar por sus nudillos. Todos se dieron cuenta de ese gesto y se sorprendieron. Todos excepto mi hermano, que ya se lo olía.

-No jodas, David- Dijo Nuria muy seria- ¿No será verdad?- Yo solamente asentí.

-Te voy a matar- Me dijo Daniela mientras venía hacia mí- Después de todo...- Le tapé la boca y me las llevé a la cocina para que no nos escucharan.

-No digáis nada, que yo si os mato- Les repliqué.

-Tu hermano no sabe nada, ¿o me equivoco?- Me contestó Daniela.

-No, no sabe nada y tranquilas que Miki ha cambiado- Les respondí.

-Eso ya lo veremos- Me dijo Nuria. Yo salí enfadado de la cocina en dirección al salón donde se encontraban los demás.

-Bueno, Miki y yo nos vamos- Al decir eso Mark me preguntó a donde, a lo que yo respondí que era una sorpresa.

Salimos de la vivienda en dirección al coche de él, con la particularidad de que yo era quien conducía. Nos adentramos en el automóvil y arrancamos. Seguidamente anduve por las carreteras comarcales hasta llegar a un bar karaoke llamado "La tómbola de Marisol".

-¿A qué hemos venido aquí?- Me preguntó con una gran sonrisa.

-Pues cuando estábamos juntos- Comencé a decirle haciendo el gesto de comillas en ''estábamos juntos''- Me dijiste que nunca habías ido a un karaoke y como no sé si ya has ido pues he decidido traerte, ¿Te gusta?

-Me encanta, mi amor- Me dijo y me abrazó. Entramos al local y no vimos la gran aglomeración de gente que esperábamos. Miki estaba entusiasmado de poder cantar, a mí me daba un poco de pánico el subirme. Al sentarnos, vino una camarera a tomarnos nota. Cada uno pidió una bebida; una Fanta de naranja para mí, ya que tenía que conducir, y él se pidió una copa. Junto a la bebida nos venía poder cantar una vez cada uno o dos veces los dos juntos. Decidimos cantar los dos por separado y luego si no pasaba nada cantaríamos juntos.

Al no haber mucha gente que cantara, no tardamos en hacerlo nosotros.

-¿Tienes clara la canción?- Le pregunté cuando nos tocaba elegir.

-Yo sí, ¿Tú no?- Me contestó mirando el libreto de canciones que nos había proporcionado. Yo negué con la cabeza- A ver, ¿y si cantas alguna de Cepeda o Alba Reche?- Me sugirió.

-Pues..., no es mala idea, ¿pero ¿cuál es la idónea?- Le dije mirando a la parte de ambos, que estaban muy juntas.

-Canta Caronte, o Eco, o Lux- Le paré ahí.

La Persona Correctamente IncorrectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora