Capítulo XXII

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Llegada la hora de comer subí al estudio de grabación de Miki. Toqué la puerta de madera blanca y entré a la pequeña habitación insonorizada donde se encontraba escribiendo.

- ¿Qué, el guion? - La pregunté apoyado en el marco de la puerta.

-Si, y ya tengo a mi primera invitada, y estoy muy emocionado.

- ¿Y quién es?

-Bua, no te puedo decir nada, pero ahora la conocerás, viene a grabar ahora y le he invitado a que se quedara a comer.

-Bueno vale, Pero ¿qué hago de comer?

-Lo que quieras, y si no quieres cocinar siempre podemos pedir sushi, que sé le gusta.

-Vale, es la mejor opción, voy al salón- Me despedí de él con un beso y le cerré de nuevo la puerta. Bajé por las escaleras hacia el salón donde encontré a mí hermano y a un chico que se me hacía conocido, pero no sabía de qué. Se le veían acaramelados. Carraspeé para que notara mi presencia y me miró asustado.

-Ah, hola, David- Ma saludó mi hermano, pero no le hice mucho caso y le presté más atención al chico castaño sentado al lado suya, se veía más alto que mi hermano y más fuerte- Él es Eric, David- Tragó saliva.

-Buenas David- Eric se levantó y me ofreció su mano para estrechármela. Dudando la recibí- Encantado de conocerte, soy un- Pausó mirando a Samuel, miré de reojo a mi hermano como asentía nervioso- Soy el novio de tu hermano.

-Ah- dije y me quedé mirándolos con una sonrisa- Bueno, no sé qué decir en estos casos, solo he vivido una vez esto de que mi hermano me presente a su novio y no fue muy bien, ahora duerme en mi cama- Río junto a mi hermano mientras Eric mira un poco confundido.

-Es una larga historia, ya te lo contaré- Le dijo Samuel a Eric abrazándole por detrás.

- ¿Te quedas a comer? - Le pregunté sonriendo. Miró a mi hermano para saber qué le parecía.

-Te está preguntando a ti, a mí no me mires- Río al oír eso y lo vuelvo a mirar para recibir un asentamiento de cabeza. Le sonrío y salgo para llamar a un restaurante que preparaba comida asiática y ya habíamos comprado para comer y cenar. Pido que nos traigan arroz blanco, carne de cerdo en salsa coreana, queso frito y 50 piezas de sushi variadas.

Colocamos las cosas y llamé a Miki para que bajase a comer, y en cuestión de segundos bajó más sonriente de lo normal. Pero al ver al extraño sentado en la mesa junto a Samuel le saltaron las alarmas viendo como le hablaba a mi hermano. Me miró con cara de ¿Están saliendo?, solo asentí. Miki se presentó a Eric omitiendo su historia con mi hermano.

Nos sentamos a comer, yo estando frente a mi hermano y Miki frente a Eric. Nos contó un poco de él: es procedente de Elche, ciudad cercana a Orihuela, supo que le gustaban los hombres cuando estaba en tercero de carrera del Grado de Periodismo, fue al conocer a un tal Hugo. Tampoco nos dijo mucho más sobre él y no íbamos a presionarle.

Tras terminar de comer y no habiendo pasado ni 10 minutos tocaron la puerta de la calle. Miki fue a abrir y al cabo de unos segundos apareció de nuevo.

- ¿Quién era? - Pregunté.

- ¿Te acuerdas de que te he dicho que iba a venir alguien que te encanta? Pues, es la Drag Queen, Satine Fansy- Tras decir su nombre aparece la susodicha con un vestido amarillo igual que su pelo.

-Hola, ¿David, ¿verdad? -Asentí con la cabeza- He escuchado mucho de ti, eres influencer- Asentí de nuevo ya que me era imposible articular palabra alguna.

-Bueno, vamos a la sala de grabación nosotros, luego hablamos, no molestéis- Advirtió Miki para después guiar a Satine hacia la sala de grabación. Nos quedamos mi hermano, su novio y yo solos. Los miré, pero no se dieron cuenta ya que estaban a lo suyo, así que como pude me escapé para irme a mi habitación a prepararme para el funeral de Rubén. No me puse muy formal: un vaquero oscuro y una camiseta negra. Me senté en la cama para después suspirar, Solo de pensar que tenía que revivir esa noche ya me costaba respirar.

Pasaron dos horas aproximadamente cuando Miki tocó a la puerta, iba delante de Satine Fansy, los miré y suspiré para poner un intento de sonrisa. Me avisaron de que Satine se iba ya. Asentí y me despedí de ella. Acordamos ir a verla algún día en uno de sus espectáculos y se marchó de la casa.

Me quedé tumbado en la cama mirando el techo. Puse a Lola Índigo, más precisamente, la canción con Álvaro de Luna, "Mañana", en mis cascos y cerré los ojos.

Si duele dolerá mañana

Esta noche quédate

Estaré bien no será nada

Merece la pena que

He intentao' que me que me joda verte

Costará olvidarte fuera de mi mente

Si duele dolerá mañana

Esta noche quédate

Mis pensamientos se dirigieron a esa noche, el pasillo, el abrazo... todo, cuando volví a casa esa noche, cuando ví a Miki y a Samuel, la peor noche de mi vida.

A tu cuerpo, siempre de incidente

Dime que me quieres, aunque sé que mientes

Deja que me crea que hoy es diferente

Si jodí el futuro viviré el presente

Abrí mis ojos al escuchar levemente la puerta. Miré hacia esa dirección y vi a Miki. Cerró la puerta tras él al entrar al completamente. Se acercó a mí y se acostó a mi lado mirando al techo al igual que yo. No nos miramos en ningún momento, no lo necesitamos tampoco.

- ¿Cómo estás? -Preguntó.

-No sé si podré ir al entierro, es muy duro. Miki, por mi culpa Rubén está muerto.

-No fue tu culpa mi amor. Fue del hijo de puta que pegó el tiro, el mismo que hizo lo de la sangre- Asentí con la cabeza y me abracé a él.

-Pero tengo miedo de llegar y que la familia hable de mi como el asesino de su hijo.

-Eso no va a pasar mi amor, estaré yo a tu lado para que no ocurra- Me aferré a mi novio aún más fuerte y él me atrajo para devolverme el abrazo.

Pasó el tiempo y dieron las 17:00, quedaba media hora para comenzar el entierro, así que bajé las escaleras con Miki detrás de mí. Nos despedimos de Samuel y Eric y nos fuimos al Cementerio Sur de Carabanchel. Unos minutos más tarde llegamos, las 17: 20, diez minutos. Tragué saliva y bajamos del coche, miré la puerta del cementerio y suspiré para mirar a Miki. Me miró y agarró la mano para seguidamente entrar al lugar donde descansaría Rubén. Se respiraba un aire de tensión, nos dirigimos hacia donde se encontraba la familia de Rubén, amigos y compañeros. Había mucha gente.

El funeral comenzó, no fue cristiano, tampoco lo esperaba. Todo transcurrió con normalidad, en un momento, y tras la ceremonia, se formó una fila para darle el pésame, donde nosotros nos colocamos. Llegamos delante de su familia y nos miraron, los miré y les di el pésame, luego volví con Miki para irnos al coche y volver a casa. Llegando a la salida nos detuvimos al oír una voz femenina llamándome detrás nuestra. Al girarme vi a la viva imagen de Rubén, en femenino, delante nuestra. Un cabello rubio como los pétalos de los girasoles tapaba unas mejillas húmedas por las lágrimas que las habían recorrido minutos antes. Ropa negra, pero con algo de brillantina en la chaqueta de cuero sintético. Sus pantalones estaban rasgados por las rodillas, en la rodilla derecha pude apreciar el nombre de Ada bordado al principio de la zona de tela rasgada, dando así un efecto de que la palabra se está rasgando.

-Soy yo, tú eres...- Mencioné al encontrarme a la mujer en frente mía.

-Soy Ada, encantada. Mira, soy la hermana de Rubén, y sé que fuiste la última persona que lo viste en vida, solo te pido que me digas que pasó exactamente, nadie nos quiere decir nada y en el tanatorio no hemos visto nada raro.

-Ada, no sé si es bueno decíroslo, no por vosotros, sino por mí, fue muy traumático todo para mí y prefiero no revivirlo por ahora.

-Lo comprendo y respeto, pero te pido que en cuanto tengas fuerzas me llames, toma mi tarjeta- Me entregó una tarjeta con su nombre.

-De acuerdo, ahora nos tenemos que ir, adiós- Dije y me despedí de ella al igual que Miki que se había quedado callado durante todo el tiempo. Andamos lo que quedaba hasta el coche y arrancó para irnos a casa

La Persona Correctamente IncorrectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora