“Tal vez no sea capaz de volver a amarte».
Recordaba una y otra vez las palabras de Judai; mientras observaba por la ventana. Es cierto que las Gerberas seguían igual, pero no podía obligar a Judai a nada.
Se acurrucó mientras recordaba el espontánea amor que habían sentido, ninguno de los dos tuvo que hacer algo y quizás ese fue el error en ambos.Judai no podía dormir. Se movía de un lado a otro preguntándose porque no podía volver a amar a Johan. Él quería volver a sentir ese cosquilleo cuando lo veía y sentir sus suaves labios y caricias. Pero era imposible volver a sentir algo.
Al día siguiente Judai estaba esperando al camión de la mudanza para llevar sus últimas cosas a la ciudad.
Mientras llegaba a la ciudad divisó a Johan en la estación esperándolo.
Luego de perderlo de vista se acomodó en el asiento, con una expresión apenada en su rostro.Johan estaba esperando desde muy temprano.
Sostenía su cabeza entre sus manos cuando sintió unos pasos apresurados que lo hicieron mirar a esa dirección.—¡Johan!
El recién nombrado recibió al castaño con una bella sonrisa mientras extendía sus brazos. Los cuales fueron aceptados rápidamente.
—Judai... Bienvenido.
Judai mantenía su rostro entre uno de los hombros de Johan mientras lo abrazaba con fuerza.
Estaban en uno de los asientos de la estación cuando Johan tosió falsamente para llamar la atención del otro.
—Puede que ya no me ames pero... Siempre puedes contar conmigo para lo que necesites.
Sonrió melancolíco mientras Judai lo observaba sorprendido para luego sonreír dulcemente.
—Gracias, Johan. Creo que podemos ser buenos amigos.
Asintió mientras invitaba a Judai a una pastelería cercana.
“…”
Los años pasaron y Judai se encontraba recostado en el verde césped del lugar mientras su tranquilidad era interrumpida por un vehículo que pasaba por el camino de tierra.
El lugar ya tenía unos cuantos edificios y carreteras. Así que Judai decidió volver a la florería donde vio a Johan terminando de apilar unos maceteros.
Al notarlo sonrió de inmediato mientras tomaba su mano y lo guiaba al invernadero.—¡Mira! Todas nuestras flores han brotado.
—Eso es bueno... Perdón por ausentarme tantas horas.
—No te preocupes. Estuvo tranquilo de todos modos.
—Johan...
El recién nombrado lo observó con una bella sonrisa mientras Judai se veía en verdad nervioso.
—¿Sucede algo?
—No... Solo estoy feliz de que no te dieras por vencido.
Johan dejó su expresión preocupada para dedicarle una bella sonrisa.
—¿Por qué me daría por vencido? En verdad te amo.
Judai asintió con énfasis mientras comenzaba a rascar su mejilla.
—Por eso... Me gustaría que siguiéramos cuidando la florería juntos.
El europeo lo observó con una dulce sonrisa.
Lo entendía. Él tampoco sabía declararse adecuadamente, pero aún así comprendió el sentimiento que Judai quería transmitirle y estaba feliz de que volviera a ser correspondido.
Tomó una de las mejillas del castaño para atraerlo a sus labios y besarlo con fervor, como lo había deseado hacer desde hace mucho.La tienda se encontraba cerrada mientras ambos compartían algunas inocentes y tímidas caricias.
Todo parecía como si fuera su primera relación.—Creo que las flores no pararan de florecer.
Susurró el japonés mientras mantenía su cabeza en el hombro de Johan.
—¿Eso sería un problema?
Preguntó sarcástico mientras Judai sonreía.
—Tal vez. Nuestras flores serían tan hermosas que se volverán populares y no tendremos tiempo para estar a solas.
—¿En serio? Pienso que nos uniría más.
Judai pensó un momento y tenía razón. Ver las distintas flores florecer a su alrededor gracias a lo mucho que se amaban sería especial, tanto como compartir ese amor con las personas que iban a comprarlas.
Al llegar a casa Johan abrió la puerta de madera del jardín para ver como las Gerberas que había plantado ya estaban brillando hermosamente a la luz de la luna.
—¿Sucede algo, Johan?
El castaño vio las flores para luego volver a Johan.
—Nunca me contaste cómo surgió tu amor por las Gerberas.
Johan sonrió cómplice.
Cómo las anteriores estaban casi marchitas el japonés no las había reconocido, así que no admitiría que gracias a ellas supo que el amor de Judai había vuelto a ser como antes, aún cuándo él estaba dispuesto a convertirse en solo su mejor amigo.—Solo... Quiero decir que te amo, Judai.
El castaño mostró su rostro avergonzado acompañado de un sonrojo, susurrando que él también lo amaba.
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Flores de invierno
FanfictionEn ese lugar, todo ocurría de forma pacífica. Judai era un florista que desde hace un tiempo debía ver cómo las flores perdían su brillo y se marchitaban sin razón alguna. Sin motivo y triste, pasaba su monótona vida, hasta la llegada de Johan, un...