Amistades.

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Fueron días intensos, de largas reuniones y pocos avances. Historia había establecido que se reunirían en un lugar alejado de grandes núcleos de población, no quería arriesgarse a que a sus antiguos compañeros pudiera ocurrirles algo. Además tampoco resultaría conveniente para ella que descubrieran que se estaba reuniendo con quienes habían detenido a Eren, el salvador de Paradise.

El lugar elegido fue una antigua fortaleza recuperada unos años atrás. Se organizaba la llegada de los distintos miembros de la mesa de reuniones de forma separada y solo unos pocos estaban informados de lo que allí acontecía.

Mikasa decidió no participar en aquellas reuniones. Todo aquello le hacía revivir el dolor de una guerra sin sentido que había terminado con todo lo que ella había amado. Armin respetó su decisión, aun que le habría gustado tener a su amiga de su lado.

Entre las reuniones que se sucedieron aquellos días hubo tiempo para que los chicos pudieran visitar la tumba donde descansaba Sasha. Historia les proporcionaría una escolta privada que vigilaría el perímetro, y deberían ir a ultima hora del día para evitar en lo posible coincidir con gente que les pudiera reconocer.

Ya atardecía cuando el grupo llegó al cementerio, sabían perfectamente el punto donde se ubicaba la tumba de su amiga así que no tardaron mucho en llegar hasta allí. Había flores frescas, probablemente del día anterior. Connie había recogido también un pequeño ramo de rosas blancas del jardín de los Azumabito. Todos se quedaron delante de la tumba en silencio unos minutos antes de que el chico se agachara a dejar el ramo sobre la lápida. Reiner y Annie parecían especialmente impactados, para ellos era la primera vez que la muerte de Sasha era algo tangible. Ahí descansaba para siempre la chica patata, siempre alegre y alborotando a los demás. Armin le cogió la mano a Annie disimuladamente. Reiner se agachó para tocar la lápida visiblemente emocionado. Era una evidencia más del sinsentido de una guerra que pese haber terminado se había cobrado demasiadas vidas. Connie le dio una palmada a Reiner en el hombro.

Sasha estaría orgullosa de que nos hayamos unido para que el odio termine algún día - dijo él. Reiner esbozó una sonrisa triste y se volvió a levantar.

Mikasa estaba un poco más retrasada que el resto. Ella había acudido a visitar la tumba de su amiga unos meses antes, en el aniversario de su muerte. Aun así estar allí le afectaba igual que a todos, y le recordaba como en pocos años había perdido a tanta gente querida. Vio como Jean se alejaba hacia otra zona del cementerio sin decir nada y lo siguió discretamente. El chico se detuvo frente a una escultura que estaba en el centro del cementerio y que representaba a un soldado en genuflexión, con el puño en el corazón. La losa sobre la cual estaba la escultura tenía inscritos cientos de nombres, y una placa de bronce rezaba "A todos los héroes caídos en las batallas de Shiganshina y Trost". Jean rodeó la escultura y se agachó en uno de los laterales buscando un nombre. Ahí estaba, "Marco Bott". Sabía que el nombre estaba ahí, lo había ido a visitar muchas veces antes del Retumbar, pero se sintió aliviado al ver que seguía allí, intacto. Jean suspiró. Entonces se dio cuenta de que había alguien detrás de él y se giró alertado. Mikasa se detuvo.

Disculpa no quería molestarte - dijo ella. Jean relajó su postura y se volvió de nuevo hacia la estatua.

No, tranquila. - respondió. Mikasa se acercó y se puso en cuclillas junto a él para ver las inscripciones y entonces vio el nombre de Marco.

No sabía que estaba aquí - dijo ella sintiéndose algo culpable.

Los dos guardaron silencio más de un minuto.

Marco estaría orgulloso de ti, siempre defendió que serias un buen líder, que tenías criterio y empatía para guiar a los demás, y no se equivocaba. - le dijo Mikasa a su amigo, le apoyó una mano en el hombro y se levantó.

Natsukashii  (Jeankasa Storie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora