CAPÍTULO 13

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Los árboles de cerezo ya no estaban flor porque la temperatura en ese lado del mundo había alcanzado los 30°. El cielo estaba completamente despejado y los poderosos rayos del sol se comenzaban a hacer presentes. Parada ahí en mitad de la acera podía observar a las personas que caminaban tan de prisa que casi chocaban unas con otras, los rostros ocupados de la gente que la ignoraba y también los de uno que otro curioso que se detenía en ella.

Sabía de sobra el motivo. Era extranjera. De ojos grandes y complexión más gruesa que el resto de las personas de ese país. Desde que se había obsesionado con los kdramas y el kpop soñaba con estar justamente en ese lugar y ahora que por fin su sueño se había convertido en realidad se sentía demasiado extraña respirado ese aire.

Su celular vibró en el bolsillo de su pantalón holgado.

-Casi terminamos de grabar el comercial, DaeHyun te traerá al edificio. Ya quiero que todos te conozcan.

Ana no respondió, sólo guardó su teléfono en el pequeño bolso que llevaba y se dirigió a la camioneta que la esperaba aparcada unas cuadras más adelante.

Jin le había pedido que viajara a Corea. A esas alturas, sus compañeros ya conocían la noticia sobre su salida del grupo y el motivo por el que los dejaría. En ocasiones todavía sentía como si estuviera soñando, no sólo era novia de su idol favorito sino que se iba a casar con él y en unas cuántas horas conocería por fin a los otros seis chicos que habían cambiado su vida, a los que le habían dado años llenos de alegrías, las personas que ella quería sin importar que ellos no la conocieran. Y se volvía a sentir nerviosa.

Estaba viviendo el sueño de toda fan y era más afortunada porque Yoongi había decidido adelantar un permiso del ejército y también podría conocerlo. Su corazón morado se sentía lleno.

Ana podía visualizar la camioneta que la esperaba mucho más cerca y decidió dar pasos más cortitos y lentos para no perder el recuerdo que florecía en su memoria; era sobre ese día cuando regresaban de visitar a las mariposas monarcas cuando Jin se había atrevido a preguntarle si como ARMY tenía un wrecker bias.

-Vamos no me puedes decir que no sabes de qué hablo – le insistió su guapo novio en ese inglés perfecto que había adquirido con el paso de los años.

Ana no había despegado los ojos de la carretera pero comenzó a reír.

-De todas las preguntas existentes en el mundo ¿me haces ésta? – le dijo aún con la risa escondida en la garganta.

-Si te ríes de nervios es que claro que existe – el idol jugaba a retarla con la mirada pero ella no perdió la concentración.

-Jin, estás distrayendo al operador – dijo con su tono de campanitas como pretexto para no seguirle el juego.

-Entonces no me vas a decir- sentenció y ella sabía que Jin no estaba enojado, sólo quería seguir molestándola con ese tema del wrecker bias.

-No tengo un wrecker bias – respondió lo más seria que pudo – aunque debo admitir que los músculos de Kookie... – terminó traviesa dejando la oración a la mitad.

-Si quieres convertirte en la mejor amiga de JiMin no le respires cerca a Kookie - resolvió el chico dejando salir una carcajada – Y por supuesto que lo tienes.

Ana rodó los ojos poniéndolos en blanco.

-Jinnie, eso no tiene importancia. Hace unos meses jamás imaginé que te conocería y heme aquí, con el hombre más guapo del mundo y él sólo me está preguntando si tengo o no un wrecker dentro de su banda ¿No te parece lo más normal del mundo?

Ready to Let Go | TAEJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora