¡Yo no debería cuidarte! | •Nahyo• [NaYeon x JiHyo]

°•Im Nayeon•°

Imagina esto:Una habitación llena de pósters de tus artistas favoritos, y con repisas con figuritas de tus animes preferidos, una ventana grande frente a tu cama y aire atravesando haciendo que las cortinas se levanten hacia adentro de la habitación. Perfecto, no?.

Pues para Nayeon no lo era, el aire le pegaba en la cara, los rayos de el sol interrumpían su sueño, y el último día de vacaciones de verano, era suficiente para ser un día de mierda.

Fuera de la habitación se encontraba un Sunoo de 13 años, la edad en la que se vuelven niños rata, golpeando la puerta de su querida hermana.

-Despierta puberta floja!!- dijo mientras golpeaba brusco la puerta -Mamá dice que bajes a desayunar!, Son las 08:14, acaso no piensas despertar?!- el pequeño molestó siguió tocando cada vez más fuerte, solo bastó un segundo distraído para que apareciera Nayeon de pronto en la puerta, haciendo que el menor saliera corriendo ya que sabía lo que hizo.

-Mocoso, vuelve acá!!- grito desde la puerta enojada porque todas las mañanas era lo mismo con ese niñato, cómo lo llamaba ella. Regresó a su habitación y se arregló para bajar a desayunar, hoy le tocaba trasladarse a el internado dónde estudiaría Ingeniería Química, así que debía estar lista rápido.

Bajo al desayunador, saludo a su mamá con un beso en la mejilla y se sentó enfrente de su hermano que la miraba tímido con su teléfono en la mano mientras la mayor le lanzaba una mirada asesina.

-Buenos días, Sunoo- dijo con un tono molestó y el menor respondió con un asentimiento.
-Deja ese celular un rato, por Dios- dijo la mamá arrebatándole el celular a Sunoo y sentándose para desayunar con sus hijos, papá ya estaba en el trabajo, siempre salía de madrugada y lo veían poco, pero Nayeon ya estaba acostumbrada así que no le tomaba importancia.

Para las 10:30 Nayeon se encontraba en el asiento de el copiloto de el auto, camino a su nueva habitación.

-Mamá, a mi también me meterán a un internado?-Pregunto el más pequeño desde el asiento trasero.
-No, cariño, a menos que tú lo desees, pero si lo haces me dejaras sola- respondió mamá sin quitar la vista de el volante.

-Acaso no sería mejor así?, A una perrera deberías meterlo...- intervino en la conversación y soltó una risa burlesca dirigida a su pequeño hermano.

-Mamá!- se quejo Sunoo por lo cruel que estaba siendo su hermana, mientras que mamá también soltó una risa.

Llegaron al colegio y Nayeon se apresuró para dirigirse a su habitación y se despidió de su madre, cuando se quedó sola trato de acomodar un poco sus cosas pero solo las disperso por toda habitación sin importarle que debía compartirla con otro u otra estudiante. Se arto de acomodar y salió a explorar los edificios de el colegio.
Paseo por la cafetería, el gimnasio, los salones de química y en la cancha al aire libre se sentó en el pasto, se recostó mirando hacia arriba cuando una pelota golpeó su cara haciendo que se levanté de golpe y gire su cabeza buscando de dónde provenía el balón.

-Enserio lo lamento- dijo un joven pelinegro corriendo hacia ella y haciendo varias reverencias -No la vi, le pido disculpas- siguió haciendo reverencias.

-Solo...vete antes de que me desquite- respondió ella aguantando el enojo, le dieron un balonazo en la jeta, claramente iba a estar enojada. El chico tomo rápido el balón y se alejo corriendo hacia un grupo de chicos que a lo lejos se reían de lo miedoso que se veía el contrario de ella.

Enojada regreso a su habitación, cuando entro encontró sus cosas hecha una montaña encima de su cama, eso remato su enojo.
-¿Porque has tocado mis cosas?- dijo molesta a la chica que la acompañaba en la habitación, la cual parecía importarle poco las palabras que le dirigió. -Acaso no hablas?- insistió aún más molesta por la altanería de su compañera.

-Tu cosas, estaban inrrumpiendo mi lado de la habitación- contesto si mirarla, mientras terminaba de acomodar su ropa en la cajonera enmedio de las camas.

-No tenías porque amontonar las así- dijo a punto de hacer un berrinche, respiro profundo y empezó a acomodar todo, mientras que la otra chica salió de la habitación dejándola sola.