Nayeon, una adolescente puberta con problemas de autocontrol, ansiedad y depresión. Dispuesta a dejar que su vida se vaya al carajo, hasta que conoce a JiHyo, la cual no dejará que eche su vida por la borda.
♡.-Lenguaje soez.
♡.- +15 (autolesión, ad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En mi cabeza se repetía en bucle la palabra "Leucemia...". No podía creer que a un ser de luz tan maravilloso, mágico y milagroso, como lo era JiHyo, le pasaran desgracias de esta magnitud... peor aun, no podía creer que ella jamás me lo dijera, "¿Por que lo oculto?, ¿Jamás lo iba a hacer?, ¿Se morirá?", eran tantas preguntas tan abrumadoras que temía perder la poca cordura que me quedaba.
De fondo a mis pensamientos, un llanto lejano se oía, era el señor Park, salí de mi alborotada mente y mi vista se dirigió hacia ellos, observando detenidamente como su esposa, la señora Park lo abrazaba en un vago intento en consolarlo, mientras JeongYeon se acerco al lado contrario de donde me encontraba en la camilla, se acerco a acariciar el ahora seco cabello de JiHyo, a la vez que en el rincón mas oscuro de la habitación yacía Jae, se veía agobiado, toda esta situación me resultaba incomoda, no estaba acostumbrada a un ambiente tan familiar e intimo, todo esto me generaba una horrible lastima.
Por lo mismo decidí ponerme de pie, y en un desesperado acto de saciar mi ansiedad, salí casi corriendo de aquella habitación, para posteriormente salir del hospital a paso rápido dirigiéndome a la Universidad, una parte de mi se cuestionaba sobre si hacia bien en encerrarme en mi misma como suelo hacer cuando el exterior de abruma, mientras que otra parte cuestionaba sobre si hubiera sido correcto el quedarme allí aguantando la incomodidad, soportando la lastima y tragándome mi orgullo mostrándome frágil.
Mi celular no tardo en sonar y sonar, suponía eran llamadas de JiHyo, no podía contestarle ahora, no me sentía capaz de siquiera pensar en ella, no sabia si era por temor a derrumbarme de nuevo frente a ella o era por evitar aquel sentimiento de impotencia que se apoderaba de mi al no saber como mejorar esta situación en favor a JiHyo; pensando a la vez que nada podría ser peor.
Pero claro que habían cosas peores, como por ejemplo, el que mis pies inconscientemente me condujeran a aquel bar al que había recurrido a inicios de ciclo, allí estaba de nuevo, frente a esa gran y oscura puerta, observándola como si fuera lo mas interesante del mundo. Aquella parte de mi que era débil ante la frustración me susurraba de forma seductora e hipnotizante a mi oído que entrara, que ayudara a calmar mi ansiedad, que quizás con ayuda de un sorbo, por mas pequeño, podría solucionar lo que sucedía hoy.