Alicia Sierra ahora fugitiva de la policia, antes de las mejores inspectoras de toda España... y mucho antes del atraco de los "Dali", la mujer mas feliz del mundo por supuesto que eso fue antes de los dias de invierno.
Alicia habia sobrellevado perfectamente los primeros meses de casados... después de todo les quedaba claro que casados o no, se amaban por sobre todas las cosas.
Todo iba de maravilla, salían y disfrutaban de la vida sin impedimentos. Ella se sentía viva de nuevo, parecia que volvía a ser la antigua Alicia... amante de las emociones fuertes e ignorante de comentarios que la limitaran, mantenía su puesto en comisaria y de vez en cuando iban a fiestas con los compañeros. Todo había sido como antes... hasta la cena con los suegros en la que German insistió tanto que fueran.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Parecía que sus padres y sus suegros se habían juntado para arruinarle cualquier rastro de felicidad y a pesar de que en aquella mesa solo estaba Angel y Lucero: los padres de Germán. Era como tener frente a frente a sus propios padres que tanto daño le habian provocado. Alicia intentaba sonreir y ser amable con los comentarios de Lucia, aunque le provocaban querer tirarle la copa de champagne encima.
—Germán hijo querido, cuentanos que ha pasado en estos meses en comisaria?!
—No hay mucho que contar madre, pero la he pasado increíble con Ali. El sonrió entrelazando su mano con los fríos dedos de la pelirroja y ella sonrió mirandolo a los ojos.
—Ya veo... Alicia tu que puedes contarnos? Alguna anécdota que tengas en mente? Pregunto Angel antes de beber un trago de champagne.
—Ammm de hecho no te-- Fue interrumpida por Lucia
—Cuentanos del bautizo jajaja... tu madre me dijo que no te habías bautizado hasta un día antes de la boda!
Alicia rodo los ojos molesta y bebió un gran sorbo de vino.
—No es una anécdota... de hecho no me apetece hablar de eso...
—Anda niña, cuentanos!! Insistió Angel.
Alicia no se sentía comoda, pero para no arruinar la cena, prosiguió.
—Pues... no he sido muy seguidora de la religión y... no veía necesario eso de bautizarnos para poder casarnos, ni si quiera creía necesario que tuvieramos que casarnos para vivir juntos entonces--
Su suegra la interrumpió una vez mas sin ningun tipo de miramientos.
—Germán, cariño! Estuve recordando mucho el día de tu nacimiento!
Alicia bebió su copa hasta el fondo para ahogar el enojo y miro por la ventana que tenia vista al mar, tratando así de ignorar a su suegra.
Germán la miro de reojo, él tambien parecía incómodo y avergonzado con el trato que le estaban dando sus padres.
—Ah... ya veo mamá, será porque se acerca mi cumpleaños, ja
—De hecho estaba recordando el parto en especial! Fue muy tardado! Ali querida...
