13- Huye

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Un silbido captó la atención de todos en la carpa.

La tensión estaba al límite desde la noticia de que Ágata Jimenez alias "Nairobi", habia sido abatida unos días antes bajo las órdenes de la inspectora Sierra y por la última llamada del profesor dónde amenazaba a la inspectora al mando y a todo el cuerpo policíaco, asegurando que tomaría venganza por la muerte de su compañera y de Lisboa.

Claro... es que ahí estaba el truco, qué Sierra le había hecho creer que su amada estaba muerta, así bajaría la guardia y ella podría usar ese tiempo extra intentando obtener información de Raquel... y vaya que lo intento pero la ex inspectora no se la puso fácil y después de tantas partidas ganadas y una que otra pérdida... ahora estaba allí, en medio de la carpa, con la voz quebrada, los ojos llorosos y la atención de todos sobre ella.

-El inspector Tamayo cree que esto les compete.
Respiró hondo.
-Muchos conociaís a mi marido... German...
Ihnaló una vez más.
-Pues... esta muerto, desde hace dos meses. Vale? Y... Tamayo considera que no estoy en condiciones para hacerme cargo del caso, dice que debería dejarlo... y la verdad es que no me apetece...

Inmediatamente sintió cómo el nudo de su garganta aprisionaba las palabras y su visión se nublaba más.

Pero no se iba a romper ahí frente a todos, así que una vez más respiró hondo y disfrazo la tristeza con una falsa sonrisa, pero esta solo reflejaba estar cargada de dolor.

-P-por qué no quiero volver a mi puta casa, ver las fotos de mi marido en la puerta de la nevera, ver el buzón lleno de cartas que no abrí porque tienen su nombre... ver su ropa en el armario y su cepillo de dientes aún junto al mío...

Todos la observaban en silencio, casi parecía que querían evitar respirar.

Jamás se había visto a Alicia Sierra sincerarse acerca de sus problemas y sentimientos. Era algo nuevo y eso asombraba incluso a quienes no la conocían demasiado.

-Yo estoy segura que puedo dar mucho más aquí, qué encerrada en mi casa. Ahora mismo soy como la puta deep blue calculando millones de jugadas por minuto.
Alguien tiene que sacar al pastorsillo y su rebaño del banco de España no?

Todos asintieron aun en silencio. Y Alicia suspiró, en el fondo deseaba que alguien le dijera "Siento mucho tu pérdida Alicia, todo estará bien" y que la abrazaran con fuerza, pero unos brazos sinceros en los que pudiese refugiarse sin hipocresía, sin la necesidad de mostrarse fuerte. Pero a la vez no quería sentirse inferior, una víctima en todo eso.

-Bueno... alguno tiene algo que decirme?...

El silencio reinó una vez más en la carpa. Y ella sintió un leve crujido en el corazón...

-Pues venga, entonces a darle!

Salió de la carpa con el abrigo blanco puesto, había llovido esa tarde y el viento helado le recordaba que el invierno estaba en su apogeo...
Fue a la cafetería más cercana y allí pidió unas rosquillas y un té. Pensó en beberlo ahí pero algún vago recuerdo la hizo volver a la carpa.

Entró en silencio observando cómo todos trabajaban ajetreados. Caminó hacia dónde se encontraba Raquel y la observó desde la cortina trasparente.

La castaña cabeceaba por el sueño, recargada entre sus manos y luchando por mantenerse alerta.

Entró con pasos lentos y dejó la caja con la rosquilla y el vaso de té sobre la mesa frente a ella. Al instante Raquel abrió lo ojos y se reincorporó expectante.

-Qué?

-Te traje eso... come

-La última cena?

-Venga payasa, come.

The Winter Hope ❄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora