The Winter Hope ❄

Cartas al viento

La inspectora Sierra caminaba de un lado a otro en la habitación.
Su corazón pegaba con fuerza y demasiado rápido tanto que creia que se detendría en cualquier momento.

El miedo la tenía atrapada.

Llevaban toda la tarde en el hospital porque Germán sufrió una recaída.
Ella sabía que estaba exactamente cumpliendo los 2 meses de vida que le dio el doctor porque ella también estaba por cumplir los 8 meses de embarazo.

Germán la miraba caminar y podia sentirlo. Él ya sabía todo.
El médico también se lo dijo el mismo día que a ella.

La situacion fue que ninguno de los dos lo quiso comunicar al otro para no hacerse sufrir mutuamente.

Germán cubria esos últimos días con cantidades enormes de regalos y cenas elegantes y Alicia con atención y el amor más puro que nunca antes habia sentido. Los dos se amaban tanto que intentaron evitar darse esa noticia... aunque ambos lo supieran.

—Alicia...
La llamo con voz tenue y ella se acercó enseguida.

—Amor, tranquilo, esta todo bien vale?

—No Ali... n-nada esta bien... p-pero recuerda que te amo

—J-joder... no me hagas esto Germán... que voy a hacer sin ti?

Él le tomo la mano y dio una suave caricia, la beso despacio y luego hizo una señal moviendo la cabeza.

—Pon las noticias

Alicia asintió y se dio vuelta, encendió la televisión, busco el canal... pero en cuanto lo puso y volteo de nuevo, el monitor solo emitía un sonido agudo que indicaba el fin de los latidos.

Las noticias estaban de fondo anunciando que se cumplian tres años del asalto a la casa de moneda y timbre.

Ella bajó el volumen y simplemente se inclinó hasta estar cerca de su fallecido esposo. No lloraba, las lagrimas aún no podia salir.

Habló con voz firme como si le estuviese explicando civilizadamente y el pudiese escucharla, cuanto le dolia perderlo.

—Germán... no puedes entrar a la vida de alguien, volverte parte de todo, hacer que te ame y luego marcharte.

Lleno sus pulmones de aire hasta que dolió, se formó al instante un nudo en su garganta.

—No! Simplemente n-no... no puedes...

Su voz se quebró y las lágrimas escaparon de esa prision de mar azul que eran sus ojos, ella abrazo el cuerpo inerte poniendo su cabeza sobre el lugar donde minutos antes su corazón latía. Lloraba sin control, desbordando todo lo que dolia.

—M-menos puedes irte cuando eras quien me daba esperanzas en esta puta vida de mierda...

Sollozo.

—m-mucho m-menos cuando llevo a este bebé... c-cuando más te necesitamos...

Entrelazo su mano con la de él mientras sus lágrimas mojaban su pecho cableado.

—No quiero que te vayas... déjame amarte otro invierno más... p-porfavor...

○○○

Unos minutos mas tarde entró el medico y lo cubrió con una sábana blanca mientras daba las condolencias a Alicia. Pero ella ya no podía llorar más. Parecía que sus lagrimas de habian secado, solo se sentia mareada con con un vacío en el pecho.