12- Cuentas pendientes

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—En serio Alicia... no se como tuviste el valor o mejor dicho... el cinismo de torturar a Rio y volver a casa con Germán? Sí yo fuera él... a mi me daría asco follar con una torturadora que se deja dirigir por el sistema como una marioneta.

Sierra se limitó a sonreír mientras negaba despacio con la cabeza y acariciaba su larga coleta pelirroja.

—Menos mal que no eres él.
Salió rumbo a la cafetera para llenar de nuevo su taza, llevaba horas sin descansar y necesitaba mantener la energía.

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— Antes me has dicho si a mi marido le daba asco acostarse conmigo... y no te he contestao. Pues no, no le daba asco.

Se acercó sin despegar su vista de esos ojos cafés que la miraban atónita.

—Porque no era una hija de puta.
Se recargo de golpe en la mesa mirandola a la cara con una sonrisa de satisfacción pues Raquel no habia logrado su proposito. Esto era ventaja para Alicia.

—Pero ahora si lo soy.
Sus ojos, esa tensión que se formaba entre ambas iba a estallar en algún punto pero a la pelirroja no le importaba más qué hacerle saber que ella no había perdido. 

—Y si.  Lo haciamos en todas partes... con una creatividad fascinante.

Raquel no le quitaba la vista de encima incluso llego a sentir algo extraño como celos... pero no le tomo mucha importancia, no iba demostrarle interés ni a caer en cualquier provocación... o eso esperaba.

—Imagino que tú y el profesor son mas de... un polvo cada treinta dias no? Y en la posición del misionero.
Es asi con mil millones?
Sonrio burlesca y Raquel rodo los ojos, tal vez si era asi...

—Venga, responde es así?

—Te esta corrollendo todo ese veneno que llevas dentro Alicia... se te nota hasta en la cara.

Hizo una mueca mientras asentía. Meterse con el aspecto fisico... era una buena estrategia para evitar seguir hablando de cuantos y quien hechaba  mejores polvos.

—M-mi cara?... que le pasa?

Alicia tomó el movil para fijarse por qué motivo Raquel lo decía qué, ¿se notaba? Raquel supo desde siempre que era un poco vanidosa.

—Es una caricatura de ti. Todo el rato con el sexo... pero qué te pasa?? Son las hormonas?

Alicia guardo el movil y la miró tratando de no reírse, le resultaba extraño tener esa plática, no sé habia cuestionado aquello.

—Descargate una aplicación... o qué se yo...? hay millones de pervertidos intentando follarse a una embarazada

La pelirroja hizo una señal con la mano para que se detuviera...
¿Por qué Raquel sabía aquello?
Sentia que empezaba a perder en ese juego que ella misma empezó.
Rodo los ojos y se acerco.

—Yo soy mas de ir conociendo a la persona sabes? No me voy con el primer gafapasta que pasa por ahí y me dice:
"Eh guapa! Porque no te vienes a mi almacén a probar mi sidra? Que la tengo muy rica"

Y allí estaba. Habia vuelto a ganarle... y Raquel lo supo desde que uso aquel tono de voz imitando a Sergio. Se sintió tonta porque Alicia tenia razón... cayó a la primera. Pero aún así no se quedaría callada esperando a que la avergonzara mas.

—Sabes lo que te pasa?

Alicia tomó asiento aun sonriendo cínicamente.

—Que?

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