Capítulo Cuarentena y Siete

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Semana Treinta y Seis

—Amor, ya regresé.

Jungkook entró por la puerta de su departamento dispuesto a ir a besar a su pequeño omega que últimamente había estado más mimoso.

Los últimos días a Taehyung le había dado por tener antojos, más de los que tuvo el primer trimestre. O al menos así lo sentía él, ya que el omega lo había estado mandando constantemente por comida difícil de encontrar.

Por ejemplo, ahora, Jungkook cargaba bolsas de comida que le había costado muchísimo encontrar o que se lo prepararan cómo lo pedía, ya que casi nadie quería preparar una pizza con camarones y arándanos.

Pero no se molestaba por tener que ir a buscar aquello, incluso lo hacía feliz ver a su manada bien.

Aunque no sabía si era bueno que Tae comiera tanto, es decir estaban a casi nada de que fuera el parto.

—¡Estoy aquí Jungkookie!

Escuchó como la voz del omega le hablaba desde la recámara de los cachorros. Negó con una sonrisa antes de caminar hacia allá.

—¿Aún quieres comer? —Jungkook vio como al rededor de Taehyung había muchas bolsas de frituras y ahora estaba sentado en la alfombra mientras comía galletas con lo que parecía era atún.

—Si, dame la bolsa —El omega le quitó con rudeza la bolsa para comenzar a hurgar en ella— No se qué tienen tus hijos, quieren comer mucho y si siguen así no van a poder salir.

—Los cachorros son más bonitos rellenitos.

Decidió sentarse en el piso al igual que el omega, esto para poder verlo con mayor detalle.

—Los cachorros sí, pero yo no.

—En realidad me encanta como te ves embarazado, hay algo en ti que me vuelve loco.

—Se que soy atractivo, pero ahora todo mi atractivo se fue y solo soy una masita cocinando más masitas.

—¿Le estas diciendo gordos a mis hijos?

—Si, de un mes para acá la panza me creció mucho.

Miró a Taehyung con molestia fingida y aún en su papel, Jungkook colocó sus manos en el estómago hinchado y se agachó a su altura para que lo pudieran escuchar.

—¿Escucharon a su papi? Dice que están comiendo mucho y que no van a poder salir.

El estómago de Taehyung comenzó a moverse por las patadas que daban los bebés.

Y lo único que Jungkook pudo hacer fue sonreír, sus cachorros reaccionaban tan bien a su voz.

La realidad era que su vínculo ya estaba más que formado, su amor por ellos era inmenso y el amor de ellos también.

—Kookie, se supone que tienes que estar de mi parte, no de la de ellos, me están haciendo comer cosas muy raras.

—Vamos amor, sé que las uvitas lo hacen para que disfrutes la vida ¿No es así?

Los movimientos frenéticos de sus hijos nuevamente comenzaron haciendo reír a Jungkook.

El Alfa dejó un casto beso en el estómago de su omega y después uno en la frente de Taehyung

—Gracias por cuidar de nosotros Kookie, ahora puedes seguir con tu trabajo.

Jungkook asintió saliendo de la habitación dejando solo a su omega.

Cuando llegó a su estudio estaba dispuesto a comenzar a trabajar, pero vio en uno de sus cajones el cofre que su papá le había dado.

Decidió sacar el medallón de este y lo abrió para poder escuchar esa hermosa melodía que lo tranquilizaba, muy pronto pondría los nombres de sus cachorros.

꧁𝐷𝑖𝑘𝑎𝑙𝑙𝑖꧂KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora