Capítulo Veinticinco

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Ambos caminaban por aquel establecimiento, estaba lleno de pinturas y cosas para arreglar su hogar, pero ellos buscaban algo que les agradara para poder hacer el cuarto de sus bebés.

—Taehyung ya te dije que no me gusta el rojo para la habitación.

Jeon miraba de manera severa al omega quien por quinta vez insistía en pintar de aquel color el cuarto.

—Vamos Kookie, Es un color hermoso ¿Por qué no?

—Tres razones, número uno, es un color demasiado fuerte para ellos, número dos, leí que altera sus sentidos y número tres, no me gusta.

—Presiento que las dos primeras razones no importan, solo importa la última.

—Quizá, pero me lo agradecerás después cuando tus hijos no sean hiperactivos.

—¿Mis hijos? ¿Qué hay del "Nuestros"?

Jungkook soltó una suave risita y se agachó un poco para besar la pancita de Taehyung.

—Son más míos que tuyos, así que solo quería compartirlos un poco contigo.

Taehyung negó mientras miraba divertido al Alfa, iba a decir algo, pero vio a lo lejos un algo que le agradó demasiado para el diseño de las paredes.

—Kookie ¿Qué te parece ese diseño?

Taehyung señaló la sección de papel tapiz, donde estaba a la vista uno que era gris con figuras que simulaban gotas blancas.

Era perfecto.

Quizá Jungkook tenía razón y lo extravagante podría esperar un poco.

(...)

—Bueno muchachos esa era la última caja, gracias por ayudar —Jungkook les dio unos billetes a los Chicos que le habían ayudado a subir las cosas de la habitación.

Su sala parecía bodega, había demasiadas cosas y quizá él y Taehyung habían exagerado en comprar, pero casi todo lo que veían les gustaba para los cachorros.

—¿Estas listo para empezar?

El omega regresó a la sala vistiendo un overol y una playera que tenía cuatro huellas de estampado, haciendo sonreír a Jungkook.

—¿No quieres descansar cariño? No tiene mucho que llegamos y recuerda que no puedes hacer demasiado esfuerzo.

—Nada de eso, estoy ansioso por empezar, así que hagamos esto —Taehyung comenzó a buscar con la mirada algo para empezar hasta que lo halló— Kookie ayúdame con esto.

El Alfa se acercó rápidamente para poder ayudar a Taehyung a cargar los rollos de papel tapiz, pero antes dejo un pequeño golpe en la frente del omega para después sonreír y comenzar a llevar todo hacia el dormitorio que sería de los cachorros.

Una sonrisa involuntaria apareció en el rostro de Taehyung quien enseguida lo siguió y entonces comenzó su trabajo, ambos hacían todo con mucho esmero y amor.

Lo primero que acabaron fue colocar el papel tapiz, estaban ansiosos por acabar la habitación por lo que no descansaron hasta que terminaron de poner estantes, armar las cunas, poner detalles en las paredes... hasta que se sintieran convencidos con el resultado.

Empezaron cuando el sol estaba su punto máximo y terminaron cuando la noche fue testigo de todo el amor con el que esperaban a sus cachorros y a pesar de que estaban cansados, solo sonrieron cuando vieron el resultado.

—Me encanta ¿A ti no?

Preguntó Taehyung mientras se abrazaba al cuerpo del Alfa.

Miraban toda la habitación buscando algo que no les gustara, pero al final fue perfecta, desde el papel tapiz combinando a la perfección con las cunas blancas y los cuadros haciendo resaltar la belleza de aquello tan simple.

—Me gusta —El Alfa dejo un pequeño beso en la cabeza de Taehyung— ...Tae tengo que darte algo.

Jungkook separó con cuidado el cuerpo del omega y caminó hacia una caja que había mantenido oculta en la habitación.

—¿Qué es?

—Ábrelo —Dijo entregando la caja.

Las manos del omega temblaron cuando vio que se trataba de un obsequio, se sentía endemoniadamente feliz, pero tenía miedo de que en algún momento Jungkook se diera cuenta de que quizá él no valía la pena.

Pero al final decidió alejar todos sus malos pensamientos y abrió la caja.

Sus ojos se abrieron con sorpresa y finas lágrimas comenzaron a bajar cuando vio lo que había dentro.

Él día que fueron él y Jungkook a la tienda de maternidad había sentido que el Alfa se había apartado demasiado y que casi no tenía interés por ver ropa para cachorro que no son suyos, pero cuando vio los trajecitos que estaban dentro su pecho se infló de felicidad y orgullo, tenía al mejor Alfa del mundo.

—E-Esto es... Hermoso.

—¿Te gustan? Yo enserio estaría muy feliz si los usan.

—Me encantan, será lo primero que usen cuando salgamos del hospital.

—Qué bueno que lo dices, ahora sigue buscando en la caja porque aún queda algo.

Taehyung lo miró confundido, pero al final su atención se dirigió hacia el gran libro que estaba dentro de la caja.

—¿Esto...? ¿...Es lo que creo?

—Si, es un álbum de fotografías, no hay muchas, pero quiero que lo llenemos de hoy en adelante juntos, con fotos tuyas, mías, de nuestros cachorros.

—Claro que si Kookie.

La gruesa tapa del libro era color turqués y tenía letras rosas que decían "Cada día a tu lado es una nueva experiencia" Taehyung no pudo esperar y abrió el álbum, encontrándose con las primeras fotos, eran de él comiéndose un helado, si no mal recordaba había sido cuando apenas se había ido a vivir con Jungkook.

Y una sonrisa apareció en su rostro cuando vio como la fina caligrafía de Jungkook estaba debajo de las fotografías y decía "Te veías hermoso ese día, alteraste mi corazón de una manera asombrosa"

Fue pasando las hojas que estaban llenas de fotos de Jungkook y él, de sus visitas a la clínica, de sus citas, pero llego a una página donde estaba su ecografía y un pequeño mensaje.

"Amo tanto a mis cachorros, gracias por darme la oportunidad de hacer esto contigo"

—¿Te gustó? —El alfa se acercó con un rostro nervioso.

—Si... es simplemente hermoso.

Con calma el omega unió sus cuerpos y comenzó a rozar su nariz con la de Jungkook.

—Quiero que de ahora en adelante tengamos más recuerdos para llenar el libro.

—Kookie —La voz salió con calma— ¿Te asustarías si te digo algo descabellado?

El Alfa acarició las manos que estaban sobre sus mejillas y dejó un casto beso en la frente del omega— No.

—Te amo.

El grande cuerpo de Jungkook se tensó por las palabras de Taehyung, pero al final su lobo comenzó a aullar de manera descontrolada y feliz. Se sentía tan cálida aquella sensación.

—Yo te amé desde el primer momento que te vi.

Las palabras sobraban, sus labios se unieron con una necesidad abrasadora, se querían sentir se querían cerca, porque desde el principio tenía que ser así.

꧁𝐷𝑖𝑘𝑎𝑙𝑙𝑖꧂KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora