Regresa, Kakarotto. [Dragon Ball Z]

siete.

❝No te gusta matar, pero aún así intentaste destruirte a ti mismo ❞

Vegeta sintió una mano sobre su brazo sacudir su cuerpo levemente, lo cual lo despertó de su siesta. Al abrir los ojos, pudo ver que Bulma había regresado. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que se durmió, pero no parecía ser mucho.

—Hola.—dijo ella—. Iba a venir antes pero decidí dejarte dormir un rato más.

—Por qué.—respondió Vegeta con un tono indiferente. Aún se escuchaba cansado—. Es mejor aclarar esto rápido para empezar el plan lo más antes posible.—dijo, mientras se sentaba en la cama y restregaba sus ojos.

—Estás cansado. Sé que no quieres esperar pero no podrás seguir por mucho tiempo si no descansas.

Vegeta sabía que ella tenía razón, aunque de todos modos no sentía que sea el momento para reponer su energía. A pesar de ser consciente de que a ese punto podría dormir una cantidad impensable de horas, no había tiempo para concentrarse en eso.

—Ya lo sé, pero debo aguantar. Cuando llegué a la Tierra estuve varios días sin dormir, así que esta no sería la primera vez si es que llego a tener que hacerlo de nuevo. Podré lograrlo.

—¿Estás seguro? —preguntó Bulma con cierto aire de desaprobación. Vegeta podía ser bastante terco.

—De verdad.—confirmó mirándola, ella solo suspiró, no estando tan convencida—. Por ahora lo único que me preocupa sobre mí es otra cosa.—ella lo miró con intriga—. Hace un momento me debilité repentinamente; no podía sentir el ki de todos hasta que me acerqué.

—¿El problema era la distancia?

—Sí, nunca me había pasado. No quiero que suceda otra vez... Ahora no tengo tiempo para hacerme más fuerte.

—Si empeora dímelo, así podremos buscar una solución.

—Supongo.

—El que tengas tanto sueño tampoco me parece normal. Creo que... tu estado de ánimo es lo que te está afectando físicamente.—habló Bulma, algo insegura de cómo es que se fuera a tomar esas palabras.

Vegeta solo la miró con seriedad. Sabía que ella estaba en lo correcto, pero no quiso decir nada más al respecto. Hablar de sus emociones nunca le había gustado y mucho menos en ese momento. Sentía que lo hacía ver más débil de lo que ya lo habían percibido ella y los demás por la situación, especialmente por haber huido hace un rato. No hacía falta ser un genio para saber que estaba pasando por un momento bastante complicado y honestamente no le gustaba que las personas lo vean de esa forma. Tendría que guardarse todo eso de mejor manera, porque sentía que ya había compartido suficiente sin quererlo. Además, también le traía consecuencias negativas a nivel físico y ahora no podía darse ese lujo. Debía concentrarse.

Ese pensamiento hizo que terminara cambiando de tema. Su intención no era apresurar a Bulma, pero realmente prefería enfocarse ahora en lo que ella tenía que decirle.

—Es lo que es.—respondió Vegeta, con inexpresividad. La peliazul ya se esperaba esa respuesta y sabía que reprocharle algo no lo detendría, así que solo se guardó sus pensamientos—. Solo me importa no debilitarme otra vez, es todo. No importa cómo, necesito una solución rápida. Como te dije: no tengo tiempo de hacerme más fuerte ahora si estamos pensando en cómo resolver este problema.