uno.

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10:16 a.m.

Vegeta despertó. No tuvo tiempo de estar somnoliento; apenas abrió los ojos su cuerpo se puso en estado de alerta.

Era el mismo sentimiento de cuando estaba peleando contra algún enemigo. Nunca lo dijo, pero era una ansiedad terrible.

Recordó aquella extraña visión que tuvo en la madrugada. Seguía confundido, pero de todas formas se sentía terriblemente asustado.

Algo había pasado en ese momento. Algo que tenía por seguro que solo traería caos.

"Kakarotto."

No sentía su ki.

Se concentró con todo el esfuerzo que podía dar, pero no dio resultado alguno.

Realmente no lo encontraba.

¿Qué podría haber pasado?
¿Algo se lo llevó?
¿Estaba en problemas?
¿Se fue?

¿Murió?

"Me habló. Estoy seguro."

Siguió haciendo esfuerzos por encontrar su presencia, pero todo siguió igual.

No estaba, definitivamente había desaparecido.

Una horrible angustia invadió su cuerpo. Nuevamente sentía que le faltaba el aire. Empezó a sudar frío, transpirar y temblar. No se sentiría de esa manera si lo de anoche no hubiera sucedido, porque pensaría que tal vez se fue a entrenar con Whis o a algún lugar lejano donde sería imposible sentir su ki desde la Tierra.

Por otro lado, estaba la especie de corazonada que tenía. Muchos no lo creerían, pero era un presentimiento tan horrible que le decía a gritos que algo no andaba bien.

Trató de recordar lo que le había dicho, y eso solo empeoró su situación.

Sonaba como un grito de ayuda.

"Su mente está jodida."

Lo descifró al instante. Tantos años conociéndolo le indicaban que si es que alguien quisiera matarlo, se hubiera expresado de manera distinta. Además, aún tenía plasmado en su mente el momento en el que le dijo que acabaría consigo mismo.

"Qué te pasó.
Qué fue lo que te arruinó."

Sus pensamientos cesaron cuando sintió una energía terriblemente negativa.

Se había concentrado tanto en tratar de encontrarlo que terminó aislando cualquier otro ki que se le cruzara.

Los percibió. Todos eran conocidos.

Los sentía cerca. Estaban ahí en su casa.

Bulma ya no estaba a su lado, así que probablemente era parte de aquello.

Se aterró aún más. Todo había cambiado de la noche a la mañana.

Decidió pararse de la cama. La puerta de su habitación estaba junta, así que la abrió, pudiendo escuchar murmullos provenientes de la sala.

A medida que fue caminando, pudo darse cuenta de que no eran murmullos.
Era llanto.

Solo pudo pensar lo peor.

"...¿Moriste?"

Sus manos no dejaban de temblar y su ansiedad incrementó a niveles bestiales. Fue tan inmensa que jamás pensó que los saiyajin eran capaces de sentirse así.

Estaba tan aterrado.

Al final no era solo cosa de humanos.

Llegó a la sala, y pudo ver algo que nunca había presenciado.

Estaban absolutamente todos.
El detalle era que lloraban desconsoladamente.

Incluso la pequeña Pan que estaba en brazos de Videl, la cual se veía bastante deprimida. Lo mismo sucedía con Bra, quien era cargada por Bulma.

Se preocupó por ella. No podía dejar de llorar. Jamás la había visto tan triste.

Miró a Milk. Se veía peor que el resto.

Gohan intentaba ser fuerte. Lagrimeaba, pero trataba de contenerse por ayudar a su madre. Ambos estaban en el sofá.

Goten estaba en el suelo abrazando sus rodillas y sollozando. Trunks lo abrazaba, pero por alguna razón también estaba llorando. Él sabía que su hijo no hacía eso fácilmente, así que probablemente la situación lo había afectado horriblemente, especialmente al ver a su mejor amigo de esa manera.

Krillin estaba totalmente desconsolado. Parecía que le habían arrancado algo que quería muchísimo. 18 se veía increíblemente triste, pero al igual que Gohan, trataba de contenerse para ayudar a su esposo. Lo abrazaba con fuerza sin decir nada.

17 se mantenía firme. Estaba cargando a Marron para que se calmara, pero no parecía resultar.

Yamcha, el maestro Roshi y Ten Shin Han solo miraban el exterior a través de la ventana. A los dos primeros pudo verlos lagrimear levemente, pero probablemente no querían derrumbarse frente al resto.

Piccolo estaba al lado de Gohan. Aunque él trataba de ayudar a su madre apegándola a su pecho, el mayor sobaba su espalda. Sabía que no era de expresarse mucho, pero de todas formas se podía ver el dolor en sus ojos aunque no derramara lágrimas. El ver a Gohan así lo hacía trizas.

Finalmente vio a Whis y Bills. Ambos estaban callados en una esquina con un semblante serio. Tal vez analizando todo lo que estaba sucediendo. Honestamente no sabía como describir sus emociones; tenían aires de tristeza, pero por otro lado se veían concentrados. Sus miradas decían a gritos algo como "Diablos, esto realmente pasó."

Después de observarlos, Vegeta pudo darse cuenta de algo: todos tenían un papel en sus manos.

Se le revolvió el estómago. Empezaba a tener náuseas.

Bulma volteó a verlo. Estaba completamente afligida.

Ahora entendía por qué Vegeta se puso así la noche anterior.

Simplemente decidió decirlo.

—Se fue.

Luego le señaló la mesa del comedor. Habían unos papeles más ahí, pero uno estaba separado de aquellos.

Se acercó, lo tomó y empezó a leer.

Regresa, Kakarotto. [Dragon Ball Z]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora