Draugr Violeth

Capítulo 1

Amo la noche, como me envuelve la oscuridad, esa hermosa luna nueva, volverme neblina y bailar con el viento, me importa un carajo mi anterior vida, esta es mi vida, la vida de un no muerto; bajo la montaña junto al aire que sopla hacia esa dirección, giro un par de veces y me detengo en medio de la calle, nunca me acostumbraré a esto, mi estómago se revuelve con desagrado, corro hacia la ciudad como si tal me persiguieran lo primero que visualizo es una pareja besándose, arrugo la nariz en un gesto de asco y camino hacia el farol, el tipo me dedica una mirada lascivia mientras besa a su amante, yo le dedico mi hermoso dedo anular mientras él me fulmina con la mirada y profundiza su beso, hago una mueca de total asco hacia esa nauseabunda comida, no podría digerirla, me daría diarrea y cáncer estomacal aún siendo vampiro, sigo caminando y encuentro una heladería abierta ¡los helados y la sangre son mi adoración! Algún día Inventaré un helado se sangre, Yarid lo amaría, entro al local y está casi vacío, me dirigo al mostrador

- ¿qué desea hermosa joven? -pregunta el señor de la heladería-

- Mmm... Me da un sunday de vainilla, fresa, menta y caramelo ah... También una nieve de sandía -respondí sonriendo levemente-

El señor me vio en silencio un momento y luego prosiguió a servirme mis helados, me senté en una mesa para dos y empecé a devorar mis delicias

- Hola preciosa -me dijo un imbécil sentándose en la silla de en frente-

- Largo -le respondí sin dejar de comer-

- Se cree ruda la princesita, ¿no?

- No me apetece perder mi tiempo con basuras diarreicas -sonreí-

- Eso lo veremos -dijo poniéndose de pie y yéndose-

Al terminar de comer me dirigí a pagar

- Tenga cuidado señorita, hoy vaya directo a su casa -me dijo el señor con tez preocupada yo me limité a responderle con una sonrisa de lado-

Salí del local y aún tenía hambre, hací que un pequeño niño no me caería mal, caminé durante un tiempo, debe ser algo tarde ya que no hay ni un alma en pena, me senté en las faldas de la colina por la cual bajé, miré las estrellas y la luna.

- Hola princesita -me dijo la comida diarreica, sin embargo ni me inmuté-

- ¡Mírame cuando te hablo! -me gritó y jaló de mi brazo, fue totalmente desagradable-

Humedecí mis labios con mi lengua y rodeé mis brazos en su cuello, observé sus ojos claros y su piel morena, escondí mi cabeza en su cuello y él rodeó sus brazos en mi cadera, sentí sus facciones sonreír abrí mi boca y clavé mis afilados dientes en su yugular, su sangre salada casi me hace vomitar, pero seguí con mi cena, el tipo se movía intentando librarse pero ni en un millón de años lo lograría, mi asco de disparó, no pude continuar, saqué una navaja y la clavé en su garganta, muerte inminente.

- ¡Diablos! -gritó alguien a lo lejos, maldecí para mis adentros- ¿señorita, está bien? -preguntó el joven, guardé mi navaja cuidadosamente-

- ¡ayúdeme! -grité en una perfecta actuación-

El joven corrió hacia mí, se encontraba a unos 100 metros de distancia, en lo que estuvo cerca quise lanzarme a devorarlo, hasta que sentí mi estómago totalmente revuelto y mis helados junto a la sangre de la diarrea humana salieron por mi boca, caí de rodillas y no recuerdo nada más.

Desperté asustada, esperé ver mi hermosa cama roja, al lado mi mesa de noche con un vaso de sangre fresca junto con una rosa roja, pero no fue así, me encontraba en un pequeño cuarto acostada en una vieja cama, con una charola con comida al lado ¡odio la carne cocinada!, me levanté en seguida y miré rápidamente a los lados, un reloj de pared parcaban las 9am, miré al sofá y humedecí mis labios con mi lengua.

~*~

Caminaba por las calles de Lioness hasta que algo grotesco se dejó ver, una mancha de sangre saltó por los aires

- ¡Diablos! -dije asustado, noté a una chica delante del hombre, me asusté al pensar que la sangre provenía de la chica y me acerqué rápidamente-

- ¿Señorita, está bien? -pregunté aún asustado tanto que pensé que necesitaría cambio de ropa interior-

- ¡Ayúdeme! -respondió la chica, se alejó del cuerpo y este cayó al suelo, como trapo la observé cuidadosamente, llena de sangre y no perdía ni pizca de hermosura, su piel era lechosa, sus ojeras resaltaban el color grisáceo de sus ojos, su cabello negro como ninguno, vestía pantalones ajustados y de color negro al igual que su abrigo, me iba a acercar hasta que vomitó sangre, instintivamente cubrí mi boca, ella cayó al suelo de frente ¡vaya güamaso! pensé, la levanté del suelo y llamé a la policía con ella en brazos, la llevé a mi humilde cuarto y la acosté ahí, me dirigí a tomar un baño y dormí en el sofá.

Me levanté temprano e hice el desayuno, le serví comida y la dejé al lado de la cama, me acosté en el sillón y me quedé dormido

- ¿Qué hago aquí? -gritó la chica histéricamente-

- Te desmayaste y te traje aquí -Le respondí aún medio dormido-

- Tengo hambre -dijo cambiando de tema y con una sonrisa de lado-

- Te dejé el desayuno al lado de la cama

Se puso encima mío y la miré de cerca, demasiado cerca, esbozó una sonrisa completa y sentí una presión en mi estómago, tosí sangre involuntariamente y le manché todo el rostro, rio a carcajadas y sacó su mano de mis vísceras, luego la llevó a su boca lamiendo toda la sangre posible.

- Delicioso -dijo la chica de piel lechosa-

Mi cuerpo no reaccionaba, me encontraba estático, empecé a escupir más sangre y sentí como un sueño pesado se apoderó de mí, pude notar sus dientes afilados llenos de sangre, ella me vio observar su boca y la acercó a mi cuello, acto seguido sentí como filtraba mi líquido vital, siempre pensé que cuando una persona moría los recuerdos de su vida aparecerían por su mente, agradezco que no sea así ya que mi vida es una mierda, mis ojos se iban cerrando en un profundo sueño.

- ¿Quieres vivir? -preguntó la chica alejándose de mi cuello y viéndome con una placentera sonrisa-

Ahí supe que sería su esclavo por toda la eternidad, sinceramente la idea no me desagrada en absoluto.

-No -Respondí de inmediato-

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*Violeth se pronuncia como Vaioleth>>

**Lioness se ponuncia como Laioness>>

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