Draugr Violeth

Capítulo 9

- Violeth, no voy a andar con rodeos, usted me gusta -escuché tras la puerta, no respondí, me limité a arrecostarme sobre la puerta sentada en el piso-

Tú también me gustas, dije para mí misma

~*~

Me puse mi camisa de vuelta y salí de la habitación sin obtener respuesta, la verdad no quería escuchar respuesta alguna

Debo alejarla de mí, repetía en la cabeza, estoy dispuesto a hacerlo, debo hacerlo.

Salí de la casa con dirección a la de Vanessa, vive muy cerca de mi antigua casa, lejos de aquí; caminé bastante ya que no traigo nada de dinero, salí rápidamente

- ¿Está Vanessa? -le pregunté al guarda apenas llegué-

- Un momento

No esperé tanto tiempo ya que me invitaron a entrar

- ¡Amor! -gritó a lo lejos apenas fui perceptible a su mirada-

- Espera... -dije para alejarla y que no me besara, llevaba una bata para dormir, muy sexi, pero de mi mente no salía Violeth con mi camisa en su piel-

- ¿Qué sucede? -preguntó seriamente-

- Ya no puedo seguir con esto...

- ¿Me estás terminando?

- Sí -musité-

- Sabes que no puedes hacerlo, me debes la vida Tayler

Presioné los puños

- Le debo la vida a ella -y salí de la casa-

- ¡Tayler yo no he dicho que sí! -no respondí y seguí mi camino- ¡Tayler!

Llegué caminando de regreso a lo que puedo llamar mi hogar, al entrar en mi habitación dudé en entrar a la ella o la mía, sin embargo no me atreví a hablar con ella, tampoco puedo decir que dormí plácidamente.

~*~

- Violeth, ¡Violeth!

- Estoy muerta -dije para seguir durmiendo-

- No seas graciosa niña, ¡arriba!

- ¡Argh! -me puse de pie y vi la hora-

- ¡Madre mía, son las 7 de la madrugada!

- No seas exagerada, ¿Quieres que te guarde algo en especial?

- El vestido que me regaló papá, necesito que Yarid le haga algunos cambios

- Bueno, ve a bañarte -y así lo hice-

¡Hoy veré a Yarid! Dije para mis adentros

~*~

- ¿Por qué tanto alboroto? -le pregunté a Luke mientras entraba al cuarto de al lado-

- Hoy sale de viaje la señorita

- Yo también iré -sentencié entrando de regreso a mi habitación-

Eché lo necesario en una maleta que estaba guardada bajo el ropero, ni siquiera sé cuántos días duraré, salí ya listo

- ¿Y tú qué crees que haces? -preguntó molesta-

- Voy contigo

- Debes estar loco

- Tal vez

- ¿Por qué no puede ir? -preguntó su padre-

- Porque yo digo que no y no, fin