Capítulo 21

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La primera vez que luché con eso, lo recuerdo claro. No es un caso típico ni dramático, no mató a mis padres ni hermanos o a mi amante, fue algo que simplemente tengo que hacer porque me dan ganas.

Mi familia por generaciones ha sido reconocida por su bondad y orgullo, yo en particular no he retomado ese hábito, de un pronto me llegó el aviso que en las montañas había un ser mísero, capaz de reducir la mitad un pueblo en una sola noche, además de que solo atacaba en noches de luna llena, pensé que eso era imposible, le pedí permiso a mi padre de ausentarme de mis deberes unos días ya que necesitaba vacaciones, estuve esos días en un pueblo cercano, donde vivia gente humilde y trabajadora, pensar en el peligro que corrían no era reconfortante.

Habían muchas supersticiones, hablaban de un monstruo que cambiaba de forma, de un licántropo ya que solo ataca en luna llena, también de un ser tan temible que puede cambiarse a cuerpo de animal o hasta de ser humano, historias increíbles y poco creíbles. Mi curiosidad era fuerte, más que el deseo de protección era el deseo de probar algo nuevo y peligroso.

Lo esperé durante las noches, dos antes de acabar la luna la encontré, era espeluznante, era como un muerto andante con fuerza sobrenatural y poderes no vistos antes. Casi lo mato esa noche.

Casi

Eso me llenó de satisfacción y me propuse a mí mismo exterminarlo. Lo lograría, sin duda lo haría. Esa marca en mi espalda que me hizo en nuestra pelea sería ya prueba viviente de mi acecho.

Luego volvimos a pelear, esta vez sabía que no sería tan fácil, lo encontré con la defensa baja la vez anterior, estaría más alerta ahora. No le acerté, más bien casi muero en el intento de matarlo.

No sé con qué fuerzas me arrastré hasta el pueblo, me curaron y vendaron con todo el dolor ya que aquí no poseen anestesia como en la ciudad. Tenía que armar un plan, para eso necesitaba información.

La noche siguiente la escuché partir hacia un pueblo pequeño cerca del oeste, me oculté cerca de los árboles, el dentro paisaje me hacía invisible y la poca luz que brindaba la luna dificultaba la vista.

Quise ver más de cerca, cuando me intenté acercar algo crujió y sentí su mirada puesta en mí, su cuerpo lleno de sangre, en su boca unos dientes afilados, sus ojos me miraban destellando placer, como si le presentara un plato repleto de helados de diversos sabores a Violeth; alejé ese pensamiento de mi mente, ¿la estaba comparando con eso? ¿en qué estoy pensando? Tengo tanto afecto por ella que la veo hasta en un ser repugnante.

Pensé que me atacaría y mataría, aún estaba débil para pelear, ya sentía mi muerte venir, sin embargo no se acercó, rugió con fuerza como advertencia y se fue a grandes saltos; suspiré hondo, sabía que me encontraba en desventaja y por eso no me atacó, puede que sea un monstruo que mata por placer, no obstante tiene honor.

Un monstruo que mata por placer... qué irónico, yo también lo persigo para tomar su vida por placer. Aparté los pensamientos de mi mente y me fui.

Vi lo que parecía una salida, daba a una colina baja me oculté en los árboles y vi a un hombre sentado en la pequeña cima, intenté agudizar mi mirada pero no logré reconocerlo, al lado, de pie, apareció una chica de cabellera larga, con un vestido hasta las rodillas y un abrigo extra que sujetaba en su brazo, me vio inexpresiva mientras que a mí se me aceleraba el corazón.

Violeth, ¿qué hace aquí?

El chico de abajo se asustó y giró rápido hacia mí, me eché a correr antes de que bajara, me involucré en el bosque, mi sorpresa y fatiga atemperó el frío de la noche, mi corazón bombeaba con fuerza, ella estaba aquí, ¿y si me vio? ¿y si piensa que la estoy acosando? Agité de manera negativa mi cabeza, es imposible que me haya reconocido... los árboles, la oscuridad...

Draugr ViolethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora