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El tiempo se detuvo y sentí que me helo la piel.
–– yo... –– mordí mi labio exageradamente y sentí los nervios recorrerme todo el cuerpo –– no tengo idea –– mentí aún sabiendo que era lo que estaba dibujado en el pizarrón mentí.
Algo muy en el fondo de mi me decía que no podía decir la verdad que no podía ser sincera no con el.
El docente Nataniel me vio meticulosamente, cada rasgo de mi cara. como si tratara de ver algún error, pasaron unos cuantos segundos que sentí eternos, luego el cambio su expresión de interrogación a una de comprensión, pero no entendí exactamente porque.
–– entiendo –– dijo con un deje de ¿decepción? Intento borrar las rayas en el pizarrón pero fue interrumpido por uno de mis compañeros
–– profesor claramente lo que se ve ahí es un bonito retrato de un atardecer –– hundí mis cejas y volteé a ver hacia atrás encontrándome con Max, el me regalo una mirada de superioridad y acomodo sus lentes
Puse los ojos en blanco y volví mi vista en el profesor Ferguson quien tenía una expresión de burla en sus labios.
Sus ojos celestes se encontraron con los míos y esbozo una sonrisa, chasqueó la lengua antes de hablar y decir –– alguien que si sabe de arte –– me quedé boquiabierta viendo al profesor.
no negó lo que había hecho en el pizarrón. Más bien afirmó el comentario de Max, pero eso no era posible. yo Claramente veía un par de ojos en el pizarrón
¿Que acaso estaba viendo mal?
Apreté fuerte la falda que cargaba puesta con la ira y la importancia de no poder decir nada de no poder..
–– continuemos con la clase –– prosiguió el docente Nataniel.
Tomo asiento y continuó sacando sus cosas para ponerlas en orden sobre el escritorio.
Otra cosa que había acertado de el.
¿Pero como mierda lo sabía?
El docente Nataniel empezó a nombrar nombres en su listado de decoración abstracta y confusa. Se veía como si fuera un hollo negro o como de esos círculos de blanco y negro hipnóticos. Donde te perdías en cada línea en cada contraste en cada...
–– Marinette Dupain –– nombró mi nombre, también arrastrando las palabras de cada letra perfectamente dicho y con asentó. Ese asentó que me atormentaba que me tenía tan mal. Ese jodido acento alemán.
–– yo.. pre-presente –– mordí mis labios, sintiendo esas descargas eléctricas que dejaban en blanco mi cerebro.
El me miró por unos cortos segundos y luego siguió con el listado.
Las horas pasaron y esas sensaciones de descargas eléctricas no se iban y lo raro era que no recordaba nada, no estaba viendo nada. Solo escuchaba voces, cosas moverse, todo estaba en una espesa negrura y en algún punto me sentí sola en mi sitio, sin nadie al rededor solamente yo.
Luego vi una luz y todo empezó a temblar
No estaba a salvo, algo me decía que estaba en peligro y tenía que correr y eso hice corrí con fuerza hasta al punto de que mis pulmones exigieran aire. Me trompece varias veces y no sabía con que, solo seguía corriendo hacia la luz. Hasta que esa luz se convirtió en un lugar
La imagen se empezó a tornar clara hasta que pude ver un bosque y un laberinto. No de esos lindos con rosales de cuento de hadas, era todo lo contrario, todo estaba en un tono gris y abstracto, todo al rededor estaba completamente destruido, con esa sensación de recuerdos, hasta el aire se sentía tan melancólico.