Predestinados I : Lazos de Unión

🐺Epílogo🐺

Ritz gimió viendo al Alfa, su parecido con Marcus era increíble a no ser por los ojos dorados permanentes.

El pelo rubio caía sobre sus hombros haciéndolo parecer un león salvaje.

Orión lo tomó del pelo haciéndolo gruñir, sabía que hacer enojar a este lobo no era algo inteligente.

—Escuché que fuiste tu quien se divirtió con mi hermano -Ritz no lo llamaría divertido, si bien nunca quiso relacionarse con Marcus tampoco disfrutaba hacer el trabajo, pero no dijo nada—. Te pedí exclusivamente para poder hacerte pagar por eso.

Ritz lo fulminó con la mirada haciéndole presión a las esposas en su espalda.

—Sólo mátame de una vez —Orión se colocó a su espalda, su aliento cálido chocó contra su cuello haciéndolo estremecer.

—Matarte sería demasiado fácil, además, te sacaría de tu sufrimiento ¿verdad? —murmuró sardónico.

Ritz se mordió el labio, estuvo los últimos cuarenta años trabajando para el concejo, haciendo los peores trabajos de estos lobos sádicos cuando ellos mismos asesinaron a su Omega, eso no se lo perdonaría jamás.

—Vete al infierno.

Orión lo cogió del cuello y lo pegó a una pared, Ritz siseó.

—Cuidado, lobo, esa actitud me enciende aún más —Ritz gruñó, tenía que ser una broma, este lobo estaba excitado por él.

—Estás loco —Orión sonrió.

—Oh sí, no es la primera vez que escucho algo así, pero ¿sabes qué? —Ritz jadeó—. Me gusta cazar a mis presas, no que alguien las sirva para mí —dijo en su oído.

—Suéltame —para su sorpresa Orión se alejó dándole espacio.

—¿Qué tanto aprecias tu vida? —preguntó con una sonrisa ladina, Ritz apretó la mandíbula—. Hay algo por lo cual quieres vivir, lo sé.

—¿Qué es lo que quieres?

—No quiero, necesito que corras, muy lejos si es posible, que no me dejes alcanzarte Ritz —dijo aspirando su aroma.

Ritz se quedó en blanco cuando la cadena de las esposas se rompió y vio sólo una garra extendida de Orión.

No era posible que hiciera eso ¿Qué tan fuerte podía ser este Alfa? ¿tenía siquiera una oportunidad en este juego?

Ritz no lo sabía, pero pronto lo averiguaría, cambió a su forma lobuna, Orión lo miró con una sonrisa viendo su forma animal, mucho más pequeña que la de él y el pelaje rojizo puesto que tenía ascendencia de zorro.

Ritz le gruñó lanzándole un reto antes de salir por la ventana, lo más rápido que sus patas pudieron.

Orión sólo se quedó mirándole desde la ventana con una sonrisa enorme mostrándole sus colmillos.

......