Capitulo 11

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LAUREN POV

Herida, esa es la única palabra que me define en el momento en que me encuentro. Escuchar esas acusaciones de mi padre me rompió, porque de todas las personas posibles que podía imaginar escuchando esas palabras, nunca hubiera imaginado que vendrían de él.

No voy a ser una hipócrita diciendo que desde que me separé no he estado con otras personas, pero cuando digo gente me refiero a que desde que me separé he tenido algunas reuniones con hombres y mujeres. Nada muy significativo de algunos besos o de una follada nocturna en un hotel, sobre todo porque no quería complicarme más la vida presentándome con un novio o una novia.

Ya, yendo al aeropuerto, Alejandro se adelantó con uno de sus guardias de seguridad guiando el auto y Camila a mi lado estamos hablando de la convención.

- Lauren, quería pedirte un favor. - Alejandro se volvió para mirarme.

- Puedes preguntar si esta a mi alcance, lo haré.

- Me gustaría que en estos cuatro días que estarás en Miami, por favor no pierdas de vista a Camila. Porque si descuidamos ella vive comiendo comida chatarra o haciendo esa dieta fitness comiendo huevo y pollo, y si se va también, solo come plátanos y se olvida de que necesita otras cosas. - gesticulaba Alejandro y en la esquina vi a Camila mortificada.

- ¡Papá! - exclamó indignada.

- Estoy diciendo la verdad, así que Lauren, si no es abuso, prepara su plato y corta la carne para ella. Esto es muy importante, Camila se corta el dedo, no corta bien la carne y hace un lío. - Me sorprendió ahora. - Y por último intenta confirmar si se está duchando, porque cuando hace ejercicio parece Chernobyl. - Apreté los labios para contener las ganas de reír.

- Por el amor de Dios, Papa, ¡qué vergüenza! Sí, me ducho, ahora Lauren pensará que además de no se comer, soy una maloliente. - Se cruzó de brazos con irritación.

- Solo le estoy pidiendo que te vigile. - se defendió Alejandro. - Sabes que tu madre está preocupada cuando viajas tanto tiempo...

- ¡Son solo cuatro días, papá!

- Muy bien Alejandro, puedo hacer todo lo que me pediste. Pasa mi número a Sinu si quiere darme más recomendaciones, no dejaré que tu bebé pase hambre ni apeste. - Brique y Alejandro se rieron, así que no pude soportarlo y me reí con él.

- Sé que no será difícil ya que Camila debe ser igual a dos Yudis... - dijo riendo y Camila hizo un sonido acuoso.

- Qué padre más absurdo, no soy un bebé. - Dejé de reírme porque Camila ya estaba roja de rabia.

- Muy bien Lauren y yo dejaremos de hacer bolengos contigo.

- ¿Es lo que? - preguntó Camila riendo.

- Boleng, es cuando alguien se burla y se burla de otra persona. - explicó Alejandro y no dio de otra, Camila y yo nos reímos como si el mundo se fuera a acabar.

- Es intimidar Papá. - lo corrigió Camila aún riendo un poco.

- Lo que importa es que entiendas ...

Mi teléfono sonó y pronto respondí a Zac pero mi hijo estaba hablando, mi pequeño me llamó para despedirse y recordarme que le lleve un regalo. Llegamos al aeropuerto, y amablemente Alejandro tomó mi maleta mientras me despedía de mi hijo y le daba algunas recomendaciones.

Camila ya había hecho nuestro check-in en línea, por lo que solo tendríamos que registrar las maletas y esperar sentados en los bancos frente al área de salida.

En menos de treinta minutos se anunció nuestro vuelo, nos despedimos de Alejandro, pasé la puerta de embarque rumbo al avión. Nuestros asientos estaban uno al lado del otro, yo me senté junto a la ventana y Camila en el asiento que conducía al pasillo.

Cuando el avión ya estaba en el aire, sentí la tensión de Camila, apenas me miraba y parecía un poco retraída conmigo. Respeté su momento y tomé mi iPad y comencé a verificar si todo estaba bien para mi conferencia en dos días, miré a Camila por unos momentos, estaba concentrada en alguna serie...

- Buenas noches, ya serviremos la cena. Tenemos tres opciones: salmón acompañado de puré de papa, cordero acompañado de ñoquis y filete de pollo con papas fritas. - La azafata puntuó los platos para la cena.

No fue muy elaborado ya que nuestro viaje duraría un máximo de tres horas, por lo que las opciones eran sencillas.

- Tomaré el cordero. - le dije a la azafata.

- Realmente lo deseo. - dijo Camila.

La azafata se fue después de preguntarnos qué nos gustaría beber, y luego se fue para ir a hablar con otros pasajeros. El silencio volvió a reinar entre nosotros, aún sentía su malestar y la tensión aumentaba considerablemente.

Cuando llegó nuestra comida arreglamos el apoyo para apoyar todo, miré a Camila ya comiendo unos ñoquis mientras sus ojos miraban fijamente la carne en su plato.

- Déjame ayudarte ... - dije extendiendo la mano y tomando sus manos.

- No es necesario Lauren, sé cómo hacerlo yo misma. - Trató de quitarme las manos de las tuyas.

- Basta, Camila, lo vi en una cena en tu casa y no veo ningún problema con eso. - dije mientras llevaba sus manos a cortar su carne.

- ¿No crees que soy una idiota mimada? - Camila me miró con curiosidad.

- Es solo un hábito, te he visto escribiendo y el problema motor no lo es. Creo que tus padres te acostumbraron, tal vez ni siquiera lo aprendiste.

- Hailee dijo que yo era una niña mimada que tenía que perder esos hábitos, cuando íbamos a restaurantes o cenas tenía que fingir que era vegana. Ya dejé de intentar hacer esto por mi cuenta. - Se refería a cortar tu carne. - Basta trabajo vigilar la comida para que ella no se burle de mí, tener que hacer esto y aun así intentar cortar la carne lleva mucho tiempo. - Hizo un lindo pico.

- Listo. - Solté tus manos. - Cuéntame sobre cuidar la comida. - dije volviendo a comer.

Ahí fue cuando Camila empezó a contarme su teoría de que la comida no quiere meterse en su boca y terminan saltando sobre su ropa, comí escuchándola hablar de su teoría y tiempo u otro la miré para ver si no estaba haciendo algún lío.

Confieso que encontré linda esta cosita de niña, la concentración que hace para comer me hizo reír en secreto.

Camila se relajó después de que le dije que estaba bien que tuviera algunos hábitos diferentes, porque no dejó de hablar ni un segundo. Después de su loca teoría me contó historias y más historias de cuando vino a pasar sus vacaciones a Miami con su familia, extrañaba mucho esos momentos y me explicó que después de casarse con Hailee, su vida cambió por completo.

No entramos en el tema de su boda, porque el avión aterrizó y pronto aterrizamos en el aeropuerto de Miami. Camila se aseguró de llevar nuestras maletas, llamamos a un uber para que nos llevara a la casa de playa Cabello y durante el viaje les dijimos a nuestras familias que ya estábamos en Miami y que todo estaba bien.

Living Proof Camren [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora