╔║[ ᴍᴄsᴍ: ᴇʟ ᴏʀɪɢᴇɴ ᴅᴇ ᴜɴ ɢʀᴀɴ ʜᴇ́ʀᴏᴇ ]║╗

18. Aᴄᴜᴇʀᴅᴏs ᴀɴᴛᴇs ᴅᴇʟ ᴊᴜᴇɢᴏ

Al final de tanta diversión, tocaba ahora un momento de descanso.

Faltaba menos de un día para que llegara el evento definitivo, y esto tenía aterrado a Jesse. Por lo visto con sus familiares cercanos, debía de pasar una prueba para ser el merecedor de la corona; y ello consistía en luchar contra Jessica sobre una arena de batalla.

La idea en sí le parecía muy violenta y descabellada, pero a la vez, funcional. Tenía una cierta duda de cómo debía de actuar cuando llegase el día, por lo cual solicitó una junta con sus padres. Para sorpresa suya, ellos pensaron lo mismo que él, y en conjunto, se dispusieron a tratar el tema en cuestión. Sin embargo, no hablarían de ello dentro del castillo, sino, en un lugar en especial que descartaron visitar desde un comienzo.

En la parte más alta de la torre principal -justo en aquella misma donde Jesse se atrevió subir hasta el techo- se encontraba un cuarto de medibles proporciones, cerrado por dos puertas de hierro que no contaban con nada para abrirse. Al menos, uno de los familiares traía consigo una pequeña palanca ordinaria, con la cual pudieron despejar su paso y así ingresar.

Sin tanto detalle o embrollo, los reyes explicaron que aquel cuarto servía como un “centro de vigilancia” donde podían detectar las anomalías que pudiesen ocurrir en la interfaz del mundo; un sitio que ligeramente imitaba la habilidad del administrador, y en la cual la ocupaban de vez en cuando para agregar nuevas cosas a las sociedades.

En ese sitio, creaban y generaban las nuevas actualizaciones por medio de cuatro bloques de comandos fabricados a partir de uno solo. Con ellos, reparaban cualquier falla en los códigos de creación, así como editaban y agregaban nuevos Mobs y objetos en el mundo. El sistema había entrado en funcionamiento justo después de la fundación de la segunda Mojang, e intervino en una pequeña parte de los trabajos que agregaba Romeo durante su tiempo activo. Ahora que él ya no existía, sentían la necesidad de cuidar el exterior por medio de esos instrumentos junto a las grandes habilidades que traían consigo.

—Sabíamos bien que, en cualquier momento, el administrador perdería su poder sobre el mundo, o al menos, que perdería el control de su propio reino. Para evitar que el mismo fin del mundo lo trajera él, decidimos sobreexplotar las habilidades de los comandos, descubriendo en ellos funcionamientos mucho más complejos de los que un jugador promedio pudiese crear —comentó Steve con cierta seguridad.

—A pesar de haber pensado esa idea desde un principio, jamás creímos que se hiciera realidad —añadió Alex —, y mucho menos, que fueras el culpable de que ocurriera.

—Pero, ahora que sucedió, y sin resultados horribles o catastróficos, es nuestro turno de darle orden a Overworld desde un lugar diferente.

—Aunque, eso es algo que luego tendremos que hablar con más detalle. Por el momento, debemos enfocarnos en hablar acerca del día de la coronación, y de cómo deberás de actuar mientras estás sobre “La gran arena de batalla” junto a Jessica.

Justo esa última frase le causó un escalofrío tremendo, casi notorio para que sus propios padres se sintieran preocupados. Sólo era una simple batalla de media hora, comentaron para tranquilizarlo, pero no consideraban el hecho de que no era una batalla cualquiera; era una lucha frente a una gran cantidad de desconocidos con grandes esperanzas a que él ganara.

Ahora que estaban frente a los cuatro bloques de comandos, y unos extraños escritos trazados en un gran mapa, era momento de arreglar las cosas a su debida manera. Si bien, el tema, a simple vista se contemplaba como algo muy sencillo, traía en el fondo una seriedad e importancia tal que no debía de manejarse a la ligera. Era un evento que marcaría el cambio definitivo a la sagrada familia de los Mojang, así como el fin y comienzo de una nueva era sobre todo el Overworld.

—Bueno —comenzó hablar Steve —, la razón por la cual venimos a hablar de esto aquí es obvia: para evitar que algún familiar sepa que la competencia estará tratada. Todos afuera creen que esta pelea se hará de manera justa y sin trampa, sin embargo, no será así.

—Bien sabemos que tienes una ciudad por la cual debes de cuidar en todo momento, y no podemos quitarte el derecho de gobernarla —añadió Alex —. Como estamos conscientes de esto, y de otras cosas que debes de atender en las afueras, tendrás el deber de hacer que la pelea se vea lo más real posible, hasta que pierdas.

—De esa forma podrás deslindarte del derecho a poseer la corona de los Mojang y todo aquello que esté relacionado —comentó por último —.Quizás algunos noten que estás haciendo movimientos falsos o acciones con poca fuerza, a lo cual tendrás que tomarte en serio la pelea; aunque sea sólo al comienzo para que al final le des ventaja a Jessica para que gane y se quede con el poder.

—Sólo así lograremos “engañar” a la demás familia, por tal de que nadie se enoje y quede como si todo fuera real, ¿no es así, Steve?

—Exactamente —aprobó el otro—. Aunque, dudo mucho que nuestro muchacho se deje vencer fácilmente ante su hermana.

—No será así, papá —habló el menor con algo de pena.

—¿Ah, no? —preguntó el hombre.

—No —contestó el chico—. Sólo por esta ocasión me dejaré ganar con facilidad, todo por tal de mantener mi ciudad a mi cargo.

—Oh, bueno —expresó su padre —. Sólo al menos, no lo hagas tan actuado. También vamos a querer un gran espectáculo por parte tuya.

—Más si es al principio —añadió la mujer.

—Haré el intento para que nada se vea falso -respondió animado —. Pero, antes de seguir hablando del tema, ¿podrían aclararme una duda?

—Claro, ¿cuál es? —habló su padre interesado.

—Eh … ¿La pelea será con espadas o con otra arma?

—Tradicionalmente es con espadas —contestó su mamá —, ya que fue la primera arma que agregaron al juego.

—Uff, menos mal —expresó aliviado, sintiendo que un peso de su cuerpo se liberaba de su ser.

Posterior a la duda del chico, los reyes continuaron explicándole otros detalles que debía de saber una vez que comenzara la lucha, como la cantidad de persona que estaría presente y el sitio donde se realizaría dicho enfrentamiento. La conversación duró más tiempo de lo que ellos pensaron, aunque con ello lograron desarrollar una gran cantidad de temas que parecieron estar incompletos o poco explicados. Al menos, el príncipe llevaría consigo más información en su cabeza, y menos dudas como las que había traído desde un comienzo.

Antes de que todos se retiraran del cuarto, Jesse les preguntó acerca de las extrañas escrituras que yacían plasmadas en aquel mapa en blanco, ya que le parecieron muy complejas para ser simples coordenadas. Ambos quisieron ocultarle dicha información, por no estar del todo listo para saberlo, aunque, considerando el hecho de que él no diría nada a nadie, decidieron contarle todo sobre aquellos extravagantes símbolos; aquellos que no eran más que sofisticados comandos de regeneración …