╔║[ ᴍᴄsᴍ: ᴇʟ ᴏʀɪɢᴇɴ ᴅᴇ ᴜɴ ɢʀᴀɴ ʜᴇ́ʀᴏᴇ ]║╗

23. Eʟ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʀᴇᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ, ᴇʟ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ᴘᴇʀᴅᴏ́ɴ. 2/2

La ligera brisa que anteriormente los acariciaba, se había vuelto un soplido que muchos de ellos recordaban en los tiempos de Herobrine. Ante esa inusual manifestación, todos los guerreros y rebeldes por igual se quedaron quietos, alerta ante cualquier cosa que pudiese pasar en aquellos momentos.

Jesse y los demás estaban confundidos por esa inusual acción, al no conocer del todo el contexto en el que estaban envueltos.

—Valorie, ¿Qué sucede? —preguntó Jesse preocupado, aún viendo que nadie se atrevía a avanzar en sus lugares.

—...— la chica pareció ignorar su pregunta, pero eso se descartó al contestarle con cierto miedo -. No lo sé, Jesse.

Eso fue lo único que escuchó de ella, y de ahí, nada más. Nadie se atrevía a avanzar en absoluto, temiendo que algo pasase a partir de eso.

Y, tal cual como ellos lo pensaban, algo más se hacía presente.

Sobre el cielo, y justo en el lado donde estaban los enemigos, una gran cantidad de nubes negras cubrió, con lentitud, el panorama de arriba, trayendo consigo relámpagos que dejaban verse en su interior. Varias capas de estas cosas parecieron envolver la atmósfera, hasta que, de pronto, no quedaba ningún fragmento del cielo rojo.

Fue en esos precisos momentos en los que todos parecieron entrar en pánico, al reconocer de inmediato de quién se trataba en esta ocasión.

No tan lejano del lugar, Isa y Raquel pararon su lucha, notando que ahora se daba algo que los dejaba con la sangre helada.

—¿Qué es lo que está pasando? —preguntó Raquel agresivamente, apenas sosteniendo la espada que llevaba consigo.

—¿Tú crees que yo lo sé? —contestó de mala manera Isa, recibiendo una mueca como respuesta.

Mientras ellas seguían en su disputa, la incertidumbre y temor crecían en el campo de batalla, causando que más de uno se sintiera temeroso con lo que sucedía. Sólo ahí, vieron que las cosas no mejorarían para ningún otro, y, que a partir de esa oscuridad, vendría lo peor.

Entre ese profundo silencio que guardaban todos para sí, se logró escuchar el grave sonido de los relámpagos y el incansable choque de las nubes entre ellas. La brisa se volvió mucho más violenta que la anterior, abriendo paso a un fenómeno sin precedentes que no se veía desde aquel día donde todo lo perdieron.

—¡Qué decepción me causan todos ustedes! —resonó una voz desde el interior de las nubes, causando que muchos se paralizaran de miedo —¡¿Realmente se hacen llamar “familia”, pese a estar cometiendo el peor de los errores que existen?!

Muchos de los presentes no podían creer lo que estaban escuchando, y no sabían exactamente qué hacer en esos instantes. Ninguno de los bandos se atrevió a moverse del sitio, tampoco de atacar o de, tan siquiera, encarar al furioso cielo. Pareció que muchos reconocieron en instantes de quién le pertenecía esa voz, pero bastantes se sentían confundidos al no saber sobre esa misteriosa entidad.