17. Mᴀʀᴀᴠɪʟʟᴀs ɪɴғɪɴɪᴛᴀs, ᴘᴏsɪʙɪʟɪᴅᴀᴅᴇs sɪɴ ғɪɴ.

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Desde las lejanas fronteras del lugar, se iluminaban las montañas con los cálidos rayos del sol, remarcando definidamente sus orillas y pintando la nieve con su hermosa luz

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Desde las lejanas fronteras del lugar, se iluminaban las montañas con los cálidos rayos del sol, remarcando definidamente sus orillas y pintando la nieve con su hermosa luz. Con esa maravillosa vista, se le daba comienzo al primer día en Mojang para Jesse y la Orden de la Piedra.

En lo que apenas se mostraba la presencia de la luz, los pájaros se dedicaron a cantar desde las copas de los árboles, mientras las hojas se mecían con la fresca ventisca. Desde los adentros de la naturaleza, paseaban algunos que otros parientes por medio de los caminos ya trazados por la familia; en lo que admiraban la fina belleza que su entorno les otorgaba.

Todo ese maravilloso espectáculo terrenal esperaba ser visto por su próximo cuidador, lastimosamente, éste aún permanecía dentro de su cuarto descansando en su cómoda cama, aunque no duraría más de lo debido. La tranquilidad que gozaba en sus adentros se vio interrumpida por una presencia totalmente inesperada, pero la cual vendría a ayudarlo a despegar el cuerpo de su dulce sueño.

—¡Buenos días mi muchacho! Es hora de que despiertes — pronunció Alex con entusiasmo, mientras abría las cortinas de manera entusiasmada.

El chico dio un ligero gruñido dentro de su cama, apenas intentando taparse con sus cobertores. La luz que recién pasaba por las ventanas iluminaba notoriamente el cómodo entorno, inclusive alcanzaba a tocar el edredón que el muchacho usaba en contra suya.

—Un ratito más, por favor — dijo pesadamente, dando vuelta para esquivar la molesta luz del día.

—Nada de eso, Jesse —dictaminó la dama continuando con su trabajo —. Tenemos que iniciar el día desde temprano; más ahora que daremos un paseo muy largo en tu querida nación junto con tus amigos y algunos Dungeons de compañía.

—Pero, ¿tan temprano? —cuestionó el chico adormilado, apenas despegando los cansados párpados que no lo dejaban ver del todo — ¿No puede ser un poquito más tarde?

—No, no se puede — afirmó por última vez, terminando de extender la última cortina que quedaba en un costado —. Y más conviene que te levantes de inmediato, que tenemos esta tarde LLENA de cosas por hacer y de lugares por los cuales visitar, y no pienso perder ningún valioso minuto de este maravilloso día que nos han programado para nosotros.

—Dame un poco más de tiempo y luego me levanto, ¿si? — volvió a cerrar los ojos y se recostó de mejor modo en la cama, esperando recuperar más energías de las que apenas podía tener.

Su madre, viendo que no le quedaba otra opción para levantarlo, le retiró bruscamente el cobertor del cuerpo, esperando que con ello se decidiera levantarse de la cama. El otro sólo se sobresaltó por la repentina acción de la dama, y no le quedó de otra más que empezar a despertar sus sentidos del cansancio.

—Por favor, Jesse — imploró Alex con un tono de voz tierno, pese a su brusca acción ejercida —. En serio deseo que salgas a conocer tu hogar, y más ahora que es temprano para que lo veas completo. No quiero que te pierdas de nada durante tu estancia con nosotros, y más sabiendo que estarás sólo dos semanas hasta que acabemos con esto.

╔║[ ᴍᴄsᴍ: ᴇʟ ᴏʀɪɢᴇɴ ᴅᴇ ᴜɴ ɢʀᴀɴ ʜᴇ́ʀᴏᴇ ]║╗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora