22. Eʟ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʀᴇᴇɴᴄᴜᴇɴᴛʀᴏ, ᴇʟ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ᴘᴇʀᴅᴏ́ɴ. 1/2

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La última vez que el cielo se tornó de rojo y las nubes de color negro, fue el mismo en el que se dio una de las peores catástrofes sobre el mundo de Overworld

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La última vez que el cielo se tornó de rojo y las nubes de color negro, fue el mismo en el que se dio una de las peores catástrofes sobre el mundo de Overworld. Y justo ese mismo día, la pesadilla tendía a repetirse sobre aquellos que juraron jamás volverla a hacer.

El entorno estaba principalmente envuelto entre las sombras de la noche roja y el silencio de la pronta muerte. Lo único que se podía ver en el cielo, a parte del intenso color sangre, eran las negras nubes que parecían pasar sobre las cabezas de los presentes; siendo indiferentes de lo que pudiese ocurrir en esos precisos instantes. 

La entrada principal de La Ciudad Faro se encontraba rodeada de todos los Dungeons, la Orden y los Reyes; dejándose ver como grandes guerreros dispuestos a morir por lo más elemental. Pese a ser un entorno desconocido y alejado de cualquier lugar explorado, los Dungeons consideraban aquella ciudad como un hogar propio; casi su misma casa de la cual cuidarían con todo el fuego de su ser.

Frente a todos esos hombres y mujeres de palabra, prevalecían Valorie, Alex, Steve, Jesse y Radar, manteniendo un porte que transmitía una seguridad totalmente inquebrantable. La líder de los Dungeons portaba consigo su mazo, listo para darlo en acción en cuanto fuese necesario; los reyes traían listos sus armaduras de netherita junto con sus respectivas espadas del mismo material; el acompañante de la líder estaba vestido con un peculiar armazón hecho de huesos, cargando en una de sus manos un escudo de madera,y los herederos, lucían como ningún otro, sus respectivas armaduras ceremoniales.

Del otro lado, y casi lejano del lugar, yacía La Vidente Raquel, montada sobre su corcel negro y custodiada por uno de sus allegados. Ella, de la misma forma, mostraba una firmeza tal que expresaba las ansias de destruir la tan querida ciudad de su sobrino. Detrás de su presencia, se encontraban casi la mitad de los familiares, más que preparados con sus espadas y armaduras que usarían en contra de sus traidores.

Ninguno parecía moverse. Se veían mutuamente, esperando el momento indicado para dar inicio a la devastadora batalla. 

Era de saberse que La Vidente no permitiría que la familia principal cumpliera con sus metas ya trazadas; dándole el poder a alguien que ya los había gobernado desde el día en el que se habían separado. Por otra parte, Steve y Alex no dejarían que aquellos villanos arrasarán sobre las tierras de su hijo, mucho menos, que tocaran tan siquiera la entrada de la misma.

Ante la tensa escena, se podía ver la clara demostración de la lealtad hacia los superiores y la familia misma, y por el otro, el espíritu liberal que buscaba un cambio para nada conveniente. Justo ahí, ambos mandos dejaron de considerarse parte del mismo apellido, viéndose ahora desde una perspectiva tan diferente que los hacía olvidarse de quiénes eran. Siendo muy distintos sus objetivos, ambos deseaban lo mejor para sus conocidos, pero sólo uno no parecía entender el verdadero daño que causaría si hacía su tan deseada voluntad.


—¡Raquel! — gritó furiosa Valorie, rompiendo con todo lo que le llamase tranquilidad — ¡Es mejor que te retires y regreses a Mojang! ¡Esta sociedad merece ser gobernada por Jesse, así como nosotros por Jessica!

╔║[ ᴍᴄsᴍ: ᴇʟ ᴏʀɪɢᴇɴ ᴅᴇ ᴜɴ ɢʀᴀɴ ʜᴇ́ʀᴏᴇ ]║╗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora