CAPÍTULO 9

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CAPÍTULO 9

Jin se dejó caer en la arena y me atrajo a él de manera que quedé sentada entre sus piernas, con mi espalda recargada en su pecho.

- Tienes que ver esto-. Me dijo apuntando al mar. El atardecer estaba comenzando y pintaba el cielo de colores. Podía sentir en mi espalda los latidos del corazón de Jin y él me rodeó con sus brazos, jamás me había sentido tan relajada en mi vida. Nos quedamos en silencio un buen rato, yo estaba jugando a enterrar mis pies en la arena y Jin acariciaba mis brazos de forma distraída, sin quitar sus ojos del atardecer.

- Jin-. Dije de pronto. Mi voz pareció sacar a Jin de su transe y me miró.

- Nina-.

- Te amo-. Dije sencillamente y sonreí al ver que las orejas de Jin se sonrojaban. Me volteé entre sus brazos y puse mis manos en sus mejillas. – Te ves muy lindo cuando te sonrojas-.

- Yo siempre me veo lindo-. Replicó, pero seguía avergonzado.

- Cierto-. Contesté y me volví a voltear para ver el atardecer.

- Yo también te amo-. Susurró Jin en mi oído. Sonreí y esta vez fue él quien me giró, sostuvo mi barbilla y me atrajo a él para besarme, yo rodeé su cuello con mi brazos y le correspondí.

Besar a Jin era algo como flotar entre las nubes, cada vez que me besaba yo me volvía ligera y me derretía en él.

Por lo general, como Jin era mucho más alto que yo, tenía que estar de puntillas para alcanzarlo, pero en esta ocasión, estábamos al mismo nivel y podía jugar con su cabello mientras nos besábamos. Jin soltó una risa sin separarse de mis labios. – Me gusta cuando haces eso-. Dijo y yo sonreí.

Podría haberme quedado justo ahí, con él, por el resto de mi vida. Pero estaba oscureciendo y la marea estaba empezando a subir a tal punto que nos mojó los pies, Jin saltó de la sorpresa y yo solté una carcajada.

- Ya tenemos que irnos-. Dijo. Se puso de pie y me dio la mano para ayudarme a que me levantara. Caminamos al picnic y recogimos todo. Para cuando estábamos doblando las mantas, el agua ya nos estaba alcanzando. Jin sacó su celular y llamó a Choi, luego le pidió que viniera a ayudarnos a llevar todo a la camioneta antes de que se mojara.

Una vez que ya habíamos guardado todo en la cajuela, a Choi le timbró el celular y se alejó para tomar la llamada. - ¿A dónde quieres ir ahora?- Me preguntó Jin.

- Quiero algo de comer-. Dije y Jin rió.

- Bueno, pero antes de eso, tengo otra sorpresa-.

- ¿Qué cosa?-

En ese momento, Choi regresó y le entregó a Jin las llaves de un auto. Jin me tomó de la mano y vi que junto a la camioneta, Choi había estacionado otro coche, era un Lamborghini color azul eléctrico.

- Es tu color favorito-. Dijo y me guiñó el ojo, luego me abrió la puerta del copiloto y él se subió en su lugar. –No podemos ir a muchos lugares, pero podemos manejar todo lo que queramos-. Me sonrió.

Yo le devolví la sonrisa y me lancé para abrazarlo. -Es el mejor plan del mundo-.

- Aún así Choi tendrá que seguirnos, pero prometió darnos espacio y así podrás ver lo sexy que me veo manejando-.

Me reí. – A ver si es cierto-. Jin soltó una carcajada y se acomodó como si ya estuviera manejando, tomando el volante con una mano y acomodándose el cabello con la otra, en un gesto que lo hacía parecer estrella de rock. – Okay, te creo-. Dije y ambos nos reímos, luego Jin me dio un pequeño beso. Arrancó el coche, miró por el retrovisor y le hizo una seña a Choi para que supiera que ya nos íbamos, luego, comenzó a manejar. Llegamos a un Mc Donalds a comprar nuestra cena y seguimos nuestro camino. Estoy segura de que a Choi le fue difícil seguirnos porque Jin manejaba rápido y hacía movimientos que una camioneta grande no podía seguir.

EpiphanyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora