Capítulo 29

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CAPÍTULO 29

Mi bebé era coreano, de eso no había duda. Conforme avanzaba mi embarazo, mi apetito fue cambiando y ahora lo único que se me antojaba era comida coreana. Menos mal que la señora Jun era excelente cocinera y me preparaba lo que sea que le pidiera.

Aquella noche, desperté a las 2 am con un antojo incontrolable de dumplings. Intenté volver a dormirme, pero no podía dejar de pensar en la comida. Así que, después de un rato, me levanté, con cuidado de no despertar a Jin y caminé a la cocina. Comencé a buscar en el refrigerador, con la esperanza de que hubieran quedado unos cuantos dumplings de la última vez que comimos eso, pero no había nada. Yo no era buena en la cocina, pero encontré una bolsa de dumplings congelados que eran lo suficientemente sencillos de preparar. Puse un sartén con agua y, mientras esperaba a que hirviera, oí unos pasos acercarse, era Jin, con el cabello desordenado y los ojos entrecerrados.

- ¿Te desperté? Lo siento, intenté no hacer ruido-. Dije.

- No hiciste ruido, me desperté extrañado porque no había nadie aplastándome-. Respondió Jin y yo rodé los ojos. Él siempre estaba molestándome con eso. Jin dormía perfectamente quieto, como un soldadito, sin moverse en toda la noche, y yo lo usaba como mi almohada personal, me abrazaba a él como un koala y él se quejaba de que "lo aplastaba", pero yo sabía que en realidad no le molestaba porque, cuando yo me volteaba dormida durante la noche, él me movía hacia él para que volviera a abrazarlo. - ¿Qué haces despierta?- Me preguntó.

- Tu bebé quiere dumplings-.

- ¿Desde cuándo eres mi bebé?- Rió levemente.

- ¿Qué? No, yo no, iugh-. Exclamé espantada, odiaba los sobrenombres cursis. -Me refiero a tu bebé de verdad, tu hijo o hija-. Jin soltó una carcajada. A pesar de la hora, estaba de buen humor, hasta que vió lo que estaba haciendo.

- Oh no, no, no, no, no-. Caminó hacia mí, me hizo a un lado y apagó la estufa. -¿Qué crees que estás haciendo?-

- Dumplings-

- Esos no son dumplings reales, son dumplings congelados, Nina-. Dijo.

Yo rodé los ojos. -Es de madruga, Jin, no pasa nada. Solo es para que se me pase el antojo-.

- Pero no con dumplings congelados-. Exclamó mientras caminaba a la alacena. -Te amo demasiado como para dejar que comas esas cosas-.

- Ay, pero si saben igua...- Jin me lanzó una mirada antes de que pudiera terminar mi frase. Él se tomaba muy en serio su comida. Sacó todo lo necesario de la alacena y del refrigerador y se dispuso a empezar a cocinar. -Mañana tienes una sesión de fotos, Jin, no puedes desvelarte hoy. Necesitas tu beauty sleep-.

- Yo no necesito dormir para verme bien, Nina-. Replicó él. -Además son fáciles de hacer-. Se encogió de hombros. 

 

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