Caída Libre pt.2

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Taehyung se despide de sus padres y luego empaca sus cosas. Se siente extraño, empacar un bolso cuando solo va a estar al otro lado de la sala de estar. Cuanto más piensa en ello, más paranoico se pone. La forma en que Jeongguk lo está fraseando le deja sin idea de qué esperar.

Sin embargo, definitivamente no esperaba esto.

Dos días después de la luna llena, Jeongguk lo había despertado a primera hora de la mañana con un susurro: —Está empezando.—

Ahora están en la habitación de Jeongguk, la puerta cerrada. Esperando. Jeongguk está en la parte superior de la cama, con las piernas cruzadas mientras se apoya en la cabecera. Taehyung está acostado en el final, pateando sus pies por el aire. Tiene su teléfono, tratando de superar su vieja puntuación más alta en Fruit Ninja. Solo lo sacó porque Jeongguk también tenía el suyo en la mano. Sintiéndose ignorado, Taehyung decidió no decir nada por miedo a volver a causar otro cambio de humor.

Afortunadamente, este celo no había sido tan malo en el período previo como lo habían sido los anteriores. No había tensión entre ellos para exacerbar las cosas y Taehyung está aprendiendo lentamente pequeños trucos que puede emplear para hacer las cosas más fáciles. Como cuando Jeongguk parecía que estaba a dos segundos de llorar cuando Taehyung le ganó en un videojuego, así que mintió y dijo que había hecho trampa. O cuando derramó alguna de la avena de Jeongguk y el más joven había comenzado a despotricar sobre lo torpe que era, Taehyung le había hecho tranquilamente un nuevo pote y al instante tenía una amplia sonrisa en la cara.

Es difícil, seguro. Taehyung es un tipo sensible y las palabras de Jeongguk duelen. Lo que duele más, sin embargo, es el odio a sí mismo que el otro muestra cuando su mente se despeja por un momento, cuando se lanza a Taehyung y se disculpa con lágrimas que fluyen por su cara. Cuando le dice que desearía no ser así. Le duele el corazón, pero también fortalece su determinación. Seguirá aprendiendo. Descubrirá qué cosas desencadenan a Jeongguk, qué puede hacer para detener sus cambios de humor antes de que comiencen. Él lo hará más fácil para ambos.

Pasa una hora en la habitación. Taehyung se rindió con el juego hace unos veinte minutos y se ha conformado con deslizar el dedo en la pantalla de inicio, reorganizando sus aplicaciones por abecedario y luego por color.

Jeongguk se mueve. Taehyung mira hacia arriba para verlo poniendo su teléfono en la mesita de noche.

—Vamos, Tae.—dice mientras se sienta. —Sé que tienes preguntas.—

Taehyung guarda su propio teléfono, volteándose para que esté acostado de lado, frente a él.

—¿Qué te hace pensar eso?—La mirada en blanco de Jeongguk es su respuesta. Se ríe. —Está bien, está bien. Supongo que... ¿por qué no pasa nada? Hemos estado aquí durante varias horas.—

Jeongguk exhala, una risa seca. —No es algo instantáneo, Tae. Mi celo no solo se enciende como una bombilla. Es algo gradual. Es como un período.—Observa la cara en blanco de Taehyung y suspira. —No solo comienza con el sangrado real. La mayoría de las niñas pasan por un montón de síntomas primero. Acné, dolor muscular, cambios de humor. Entonces saben que su período se acerca.—

—¿Cómo sabes tanto sobre los períodos?—

—Viví en un orfanato durante toda mi adolescencia. Conocí a muchas chicas con SPM.—

—¿SPM?—

—Dios, no te preocupes por eso.—Jeongguk se ríe de la ignorancia de Taehyung. Taehyung se ruboriza, los labios en un puchero indignado. No ha pasado tanto tiempo alrededor de adolescentes. ¿Cómo se suponía que iba a saber eso? —El punto es que no solo comienzo mi celo. Primero paso por todas las señales. Como antojos, cambios en el estado de ánimo y esas cosas.—

No Trust Without UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora