Consciencia Culpable pt.1

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Taehyung se inclina sobre la barra de la cocina, tragando su tazón de cereal por la noche. La cuchara demasiado llena, migajas caen con cada bocado. Él no las limpia. Alimento para las hormigas que ve a lo largo del día, razona. Tal vez por la bondad de su corazón, tal vez como una excusa para no esforzarse.

Pone el tazón en el fregadero. Da el agua y observa cómo salpica la leche sobre el acero inoxidable. En serio, ¿quién se bebe leche de los cereales? Solo los estudiantes universitarios extremadamente empobrecidos, ellos son quiénes. Como solo está moderadamente empobrecido, bota la leche de los cereales y abre el refrigerador, buscando una cerveza fría. Recuerda con gran amargura que tuvo que saltarse la cerveza en su lista de la compra debido a su falta de papel higiénico (Jeongguk había reaccionado muy negativamente a su sugerencia de que usaran su ropa sucia mientras tanto tiempo entre los pagos de la subvención). Ahora está atrapado mirando fijamente a la nevera sin nada que sacar. Se toma el momento para evaluar los diferentes alimentos que almacenan el lado derecho de la estantería.

Jeongguk es aparentemente un loco de la salud. Explica su cuerpo delgado y musculoso. (Sí, Taehyung había aprovechado la oportunidad para observarlo en la práctica de baile, muchas gracias.) Lo que antes parecía la nevera de un pobre universitario —y eso es exactamente lo que es—ahora se asemeja a un mercado de productos frescos. Grupos de plátanos y una variedad de manzanas. Un envase de avena cocida que parece disminuir cada mañana. Taehyung sabe que se repondrá, recuerda haber visto un saco entero de avena empujado en el armario debajo del fregadero. La verdadera sorpresa es la gran cantidad de verduras. Bolsas llenas de lechuga y pilas de remolacha. Coliflores y pimientos, apio y zanahorias: todo un espectro de colores se desborda y se extiende a través de los estantes como una especie de moho nutritivo. Taehyung no ve mucho a Jeongguk alrededor del dormitorio, porque evita a Taehyung la mayor parte del tiempo, pero cuando lo hace siempre parece tener una verdura de algún tipo en la mano. Nunca ha conocido a un universitario que coma tan saludablemente. Su madre seguramente estaría orgullosa de él.

Bueno, ahora está aquí. También podría no irse con las manos vacías. Él extiende la mano hacia adelante, su objetivo es una zanahoria, tiene hambre y hay una veintena de ellas, por lo que no le preocupa que Jeongguk pierda sólo una raíz vegetal. A dos centímetros del objetivo, una mano se envuelve alrededor de su muñeca.

Su grito hace que Jeongguk grite, sus dedos volando lejos de su piel mientras salta hacia atrás.

—¡Dios!—Taehyung grita, una reacción automática. Jeongguk tiembla como una hoja en un huracán donde ha saltado al otro lado de la cocina. Taehyung, recordando el consejo de Jimin, baja la voz y suaviza su postura. —Lo siento, lo siento. Me tomaste por sorpresa, es todo. ¿Estás bien?—

Jeongguk respira hondo mientras se recupera. Sus labios bajaron, su ceño profundizándose.

—No.—Mira la nevera. —Rompiste una regla.—

—¿Qué?—Taehyung sigue su mirada, se da cuenta de que la puerta está entreabierta y se mueve hacia la derecha. —No, no lo hice.—

—Sí, lo hiciste.—

—No, no lo hice.—

—Sí, lo hiciste.—

—No, la regla era que no podía tocar tu comida.—

—Sí, y...—

—No toqué nada. Me detuviste antes de que pudiera.— Una sonrisa traviesa. Se supone que es la cantidad correcta de descarado para hacer reír a Jeongguk.

No lo hace.

—Lo ibas a hacer.—

—No puedes probar eso.—

No Trust Without UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora