3 - Pequeño.

85 11 4
                                    

Mi madre sí me regañó al final

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi madre sí me regañó al final.

Luego de dejarle las cosas claras a Kyungsoo y reunirme de nuevo con mi familia, terminamos yéndonos de la granja con la promesa de que el señor Kwangsoo nos enseñaría el pueblo el día después y también contactaría al director para inscribirme en un nuevo infierno. Digo, secundaria.

Volver a caminar por la montaña de regreso a la cabaña fue algo agotador, mis pulmones se cansaban fácilmente y mis piernas, a pesar de ser las de un atleta, también se sentían entumecidas. El sol había sido ocultado por los árboles y las nubes grises. Todo lo que deseaba era envolverme en sábanas y tomar chocolate caliente. De hecho, eso fue lo que hice. Mi padre encendió la chimenea y mi madre sirvió las tazas, pero no pasó mucho tiempo de tranquilidad hasta que comenzó a hablar.

— ¿En qué demonios pensabas al decir aquello, Jongin? —Me volteó a ver con su frente arrugada—. Fue muy grosero de tu parte.

Suspiré rodando los ojos y dejé mi taza en la mesa. 

— Pensaba en que no quiero tener a ese chico pegado a mí como chicle fingiendo ser mi amigo —dije, indiferente—. Suficiente tengo con Minhee.

— ¡Oye! —exclamó ella mirándome con un puchero en sus labios manchados con chocolate. No pude evitar reírme un poco.

—No sé qué te está pasando, de verdad —siguió mi madre—. La familia Do son buenas personas, mucho lo han demostrado ayudándonos en esta situación tan difícil que estamos pasando. Y ese chico, Kyungsoo, se ve que es un buen muchacho que solo quiere ayudarte. Eras muy sociable cuando estábamos en la costa, ¿por qué no puedes intentarlo aquí también?

—Tú misma lo has dicho, ¡lo era allá! —exclamé, la sangre me hervía por todo el cuerpo—. Era mi vida y me la han arruinado. No quiero nada de aquí, así que no esperes nada. Terminaré mi secundaria y me iré de esta casa vieja.

—A ver cómo te va con eso —dijo mi padre con franqueza—. Con esa malcriadez, no llegarás muy lejos.

—Ustedes me criaron, ¿qué podría esperar? —solté sin pensarlo. Sabía que había hecho mal al ver sus rostros, pero ya era muy tarde para retractarme.

— ¡Kim Jongin, ve a tu habitación! —chilló mi madre. Apreté mi mandíbula y subí las escaleras hecho furia. Me contuve de tirar la puerta, no quería empeorar las cosas. Suficiente tenía con la incomodidad que me atravesaba el pecho.

Me senté en la cama y miré al frente, sin mirar algo en realidad. Mi habitación aún no estaba ordenada, las cosas seguían en cajas y apenas había colgado algunas prendas en el clóset. El bombillo estaba apagado y una tenue claridad entraba por la ventana, dejando todo en las penumbras. Vi mi guitarra a la esquina de mi habitación y casi sentía que me miraba devuelta, instándome a rasgar con mis dedos sus cuerdas para liberar mi propia tensión. Sólo que no sentí el deseo de hacerlo...

Memories of Winter - KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora