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- ¡H

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- ¡H.R detente!-exclamaba entre risas Donna removiéndose como un gusano entre los brazos de H.R quien decidió hacerle cosquillas luego de que ella le acusara falsamente de roncar y ahora tenia a la pelirroja muerta de risa debajo de él- no volveré a decir que roncas-

-bien- responde el hombre con una gran sonrisa al ver a su mujer con lagrimas de felicidad en el rostro, las mejillas sonrojadas, la respiración acelerada y los ojos brillantes de alegría

-es una buena forma de empezar la mañana- habla cuando se calma y H.R asiente acostándose a su lado, ambos viendo el techo- iré a preparar el desayuno- habla Donna levantándose de la cama, poniéndose su bata de seda de dormir y deja a H.R solo en la cama con su computadora y sus escritos.

Siendo ella ahora quien le llevaba el desayuno a la cama, en vez de él ya que casi siempre lo hacía, era su manera de consentirlo un poco y al hacerlo el corazón de H.R se iluminaba como árbol de navidad y la alegría de su interior brillaba en el claro azul de sus ojos.

Luego de un gran día lleno de besos, caricias, algunas discusiones por culpa de Breaking Bad, la noche llego y ambos fueron a los laboratorios Star donde estaba el equipo reunido monitoreando la ciudad, Donna llego con la cena en unas bolsas y los que estaban ahí le agradecieron la mirada.

-debo suponer que Donna es la que paga todo esto- dice Julián señalando el equipo de ultima tecnología que usaban

-Donna es nuestra benefactora, sin ella muchas cosas que pasan aquí serian difíciles- responde Caitlin con una sonrisa amable

-tengo más dinero del que puedo gastar así que no me importa ayudar a mis amigos y a mi sobrino en su lucha contra el crimen, pero dar dinero no es lo único que hago aquí-

-es cierto, nos ayuda también con algunos inventos tecnológicos o a hackear lugares- responde Cisco sonriente- también me ayuda a no quedar en la calle, pero, en fin-

-Cisco es como mi hijo adoptivo- responde Donna divertida ante la mirada ofensiva que le dio el latino- pero a pesar de ser un gruñón lo queremos-

-tu eres la gruñona aquí- murmura

-niños- suspira Donna mirando hacia el cielo sacándole una risita a Caitlin y a Julián, en eso la alarma suena y un robo en progreso esta pasando, ayudan a Barry a salvar el día junto con Wally mientras que H.R se concentraba en narrar la épica persecución para su novela causándole ternura a Donna y frustración a Cisco.

-buen rescate, no podría planearlo mejor yo mismo-

-gracias, pero Barry hizo el trabajo pesado-

-sí, bien hecho, pero encontré al menos seis formas más fácil de hacerlo- exclama Julián mostrando su tableta y Donna le sonríe acelerando el corazón del rubio

-a ellos no les gusta la manera fácil- murmura y Julián asiente golpeando la tableta con su mano

-a las porrista les encanto- habla Wally

Belladonna| H.R. Wells vs Harry WellsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora