Capitulo 12

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Jennie examinó con atención las opciones que ofrecía aquel hotel. Y aunque tenía platos bastante elaborados, ella optó por una hamburguesa y papas fritas, mientras que para el postre pidió helado bañado con salsa de chocolate, que podría guardar en el frigobar para que no se derritiera mientras comía. Aún que, una perversa idea pasó por su mente, quizás no era del todo malo que se derritiera, así podría derramarlo sobre Lisa y disfrutarlo aún más. Pero giró su cabeza para que salieran esos pensamientos, no podía ser que recién hubiera disfrutando de un orgasmo impresionante y ya pensara en tenerla otra vez. Llamó para ordenar su pedido, y le dijeron que no tardarían más de quince minutos. Por lo que cuando Lisa salió de inmediato se metió ella a la ducha así cuando la comida llegara estarían ambas un poco más presentables.

Lisa recibió el pedido de Jennie y se sorprendió por lo saturada en grasas de la comida, pero si eran los deseos de su coreana, ella simplemente los cumpliría. Se encargó de ordenar todo sobre la cama para esperar a la chica que saliera. Cuando la vió, se sorprendió gratamente, Jennie llevaba solamente su diminuta braga y la camisa que le quitó al momento de entrar a la habitación. Se veía extremadamente sexy, con sólo algunos botones abrochados dejando a la vista parte de sus pechos y ese trasero tan bien formado que poseía.

-Muero de hambre...-.Dijo la coreana sin percibir del todo la mirada que estaba recibiendo-.

Lisa no podía quitar sus ojos de encima, la comida-digamos la comida comida, esa que sirve para no desmayarse después de una sesión de impresionante sexo con Jennie Kim había perdido totalmente su atención.

-¡Hey!-. Llamó su atención la coreana chistando los dedos-. Que esta comida-. Dijo apuntando las hamburguesas y papas-. Se va a enfriar-. Esta-. Dijo apuntándose a si misma-. Jamás lo hará así que puedes dejar de mirarme así y comenzar a comer de esa comida.

Lisa sonrió y le hizo caso. Después de haber disfrutado la cena, Jennie se apoyó en el pecho de Lisa para comenzar a degustar de su helado y de la película que habían puesto. Esa escena era bastante nueva para ambas porque siempre tenían relaciones y luego cada una se iba por su lado, pero ahora de verdad no querían separarse. Jennie se sentía tan cómoda entre esos brazos que la mimaban, que la acariciaban tiernamente, mientras ella cada cierto tiempo le daba helado en la boca. Si las vieran desde afuera parecían una pareja que llevaban ya tiempo juntas por la complicidad que tenían y poresas miradas que se regalaban. Jennie al terminar la película, se giró para acomodar su cabeza en el pecho de Lisa quien le acariciaba el cabello con ternura.

Estaba cerrando sus ojos, todas las actividades del día, le estaban pasando la cuenta, además esa posición la estaba relajando mucho. Poder sentir ese aroma tan propio de Lisa y cómo le daba tiernas caricias, sin ninguna otra intensión más que confortarla. Lisa sintió pequeños suspiros y ahí se dio cuenta que su coreana se había quedado profundamente dormida.

Sí normalmente su belleza le quitaba la respiración, verla totalmente vulnerable entre sus brazos, con sus cabellos oscuros desparramados por su pecho, simplemente producía que todos esos sentimientos se intensificaran, que quisiera poder dormirse y despertar en esa privilegiada posición cada día de su vida.

-El único deseo que nunca podré cumplirte es el no tener sentimientos por ti, es demasiado tarde-. Murmuró Lisa-.

Y sin proponérselo, y dejándose llevar por esa comodidad, cerró sus ojos y también cayó en un profundo sueño. No sabía ciertamente cuantas horas habían pasado, cuando un sonido que reconoció como el de su teléfono, se escuchaba muy a lo lejos. Tanto que la hacía dudar si no era un sueño. Puso todo su esfuerzo en abrir los ojos, estaba algo desorientada, no reconocía la habitación, pero si perfectamente a la chica que la cobijaba entre sus brazos en una postura absolutamente protectora. Sonrió, y le dio un pequeño roce delabios, tenía una sensación en verdad agradable. Sensación quese borró en parte al observar el reloj que tenía en el velador al lado de Lisa, que marcaba casi la medianoche. Se levantó como pudo, intentando no despertar a Lisa, para no asustarla. Buscó entre su ropa su celular.

Inalcanzable Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora