Capitulo 37

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El viaje de vuelta a Busan había sido de ensueño. Desde que Jennie abrió los ojos Lisa se había encargado de consentirla. Le llevó desayuno a la cama y entre mil besos le susurraba una y otra vez cuanto la quería. La coreana sonreía embobada y le decía de vuelta que la quería.

Estaba tan lejos de arrepentirse por habérselo dicho. Estaba realmente feliz y por primera vez en su vida se sentía libre, siendo ella misma y no la reina de la Academia que tenía que cuidar cada palabra que decía. El viaje fue placentero y Lisa incluso parecía haber superado su miedo a volar porque no dio signos de pánico, se fue todo el camino viendo a Jennie y sonriendo, robándole pequeños besos. Cuando llegaron a Busan ya estaba oscureciendo y Lisa le pidió al taxista que primero fuera a la casa de Jennie, así ella se aseguraba que llegara sana y salva. Al estar frente a la residencia Kim, Lisa la tomó de la mano.

-Dime que todo esto de verdad ha ocurrido y no estás arrepentida-Le dijo entre susurros-.

-Por supuesto que no, te quiero y me podría arrepentir de cualquier cosa menos de esto que siento por ti- Contestó convencida tomando el rostro de su chica para darle un beso-.

-Yo también te quiero, me haces tan feliz-Murmuró para luego volver a conectar sus labios-.

-Te veo mañana en la escuela-Se despidió la coreana -.

-Duerme bien, hermosa-Contestó sonriente-.

El taxista ayudo a la coreana con su equipaje y luego volvió al vehículo para ir a dejar a su otra pasajera. Jennie buscaba la llave en su bolso mientras no podía quitar esa gigantesca sonrisa de su rostro, ese viaje a Seúl había resultado ser todo un éxito, Lisa la había perdonado y ahora las cosas estaban incluso mejor que antes.

-Jennie -. La coreana se asustó por el repentino llamado, colocando una mano en su pecho.

-¿Sana?-Preguntó aún algo asustada-. Sana salió de la penumbra en donde había estado esperando a su mejor amiga. La rubia tenía los ojos hinchados y su rostro visiblemente demacrado.

-¿Sana que ha sucedido?-Preguntó preocupada acercándose-. La rubia no respondió solo abrazó a su amiga con fuerza y comenzó a llorar otra vez.

-¿Qué ha hecho Dahyun esta vez? Porque te juro que si te hizo algo más voy a ir y pateare su trasero hasta que me canse-Susurró acariciando su cabello para consolarla-.

-No ha...no es ella...yo...soy una...-. Jennie no logró entender esa frase completa porque Sana no estaba hablando, eran balbuceos los que emitía la rubia.

-Ok, vamos a entrar y subiremos a hablar a mi habitación ¿bueno?-. Sana hizo un gesto afirmativo con su cabeza. Subieron y mientras la coreana acomodaba su maleta en un rincón, su amiga se sentaba en la cama sin emitir palabra.

-¿Has cenado?-Preguntó Jennie-.

-No, pero no tengo hambre-.

-Pues igual tendrás que comer, iré a preparar unos sándwich y traeré unas sodas, no te ofrezco algo más fuerte porque mañana hay escuela y no quiero a mi segunda al mando dañada por el alcohol en la práctica-.Expresó tratando de hacer sonreír a la rubia, pero no dio resultado-.

Jennie no demoro más de quince minutos en volver a subir con una bandeja con lo que había dicho que haría. La puso en la cama y se sentó junto a Sana. -Ahora dime ¿Qué pasó?-.

-Yo...yo he hecho algo de lo que me arrepiento ahora-Contestó bajando la cabeza-.

-Se más explicita porque no estoy entendiendo, yo me quede en lo que Dahyun no quiso acostarse contigo-.Sana levantó la vista, al recordar eso aún dolía.

Inalcanzable Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora