Capitulo 18

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Mina bajó del Jeep de su novia, teniendo claro que las cosas no estaban bien. Ella no era tonta y se daba cuenta cómo Lisa no respondía ante sus caricias ni ante sus "te amo", pero ella no se estaba rindiendo, al contrario, pensaba usar todas las armas que tenía a su disposición para mantener a su novia con ella, no iba a aceptar que la dejara, jamás lo iba a hacer. Lisa arrancó su Jeep con un gusto amargo en la boca. Sabía que lo que hacía no era correcto, ser infiel, mentirle, estar con ella por seguridad, era horrible. Y tenía dos opciones romper con Mina o terminar eso que tenía con Jennie. Y dentro de esas dos opciones, el sólo pensar en la segunda le oprimía el pecho. 

Jennie era una de las mejores cosas de su vida en este momento y aunque tuviera claro que  la coreana no la quería, ella si y eso le bastaba por el momento. Por lo que la primera opción estaba tomando fuerza, ya no podía seguir con eso. Al llegar a su casa se dio cuenta que Rosé ya debía estar acostada, golpeó su puerta y nadie respondió. Abrió y la vio que ya estaba dormida. No le gustaba la idea de irse a dormir disgustada con su hermana por una tontería, por lo que se acostó a su lado y la abrazó. 

-Lo siento pequeña, no quise hablarte así-. Le susurró en el oído-.Rosé sonrió medio dormida y se acurrucó más en los brazos de su hermana. 

-Lo sé, yo tampoco quise actuar así-. Respondió-. 

-Sabes que eres la mujer que más amo en mi vida-. Murmuró amorosa-. 

-Y tú la mía, ya no discutamos más y hoy duerme conmigo, extraño acurrucarme-. Dijo caprichosa-.  Lisa no pudo negarse, recordaba que cuando más pequeña Rosé tenía pesadillas o no se sentía bien, siempre terminaba en su cama, acurrucándose en sus brazos, eso siempre la hizo sentir mejor. Así que se desvistió, buscó una camiseta de su hermana y se acomodó a su lado. 

-Buenas noches pequeña-. Dijo depositando un beso en su frente-. 

-Buenas-. Se despidió de su hermana-. 

El 24 de diciembre había llegado y los alumnos de la Academia cambiaban regalos con sus amigos que no verían hasta después de pasado año nuevo. Jennie pasaba indiferente, ninguna de sus amigas iría a pasar las fiestas a otra ciudad, de hecho las chicas irían con sus familia a la popular fiesta navideña de los Kim, así que el 25 las vería, no había necesidad de ponerse tan emocional. Intentó que su día pasara lo más rápido posible, había sido una semana pesada tanto en sus clases con exámenes y en sus entrenamientos con las porristas que tendrían su primera competencia dentro de poco y cómo era su último año, Jennie quería despedirse con otro Campeonato Nacional con las porristas. Fue a sus clases, al Club de baile dónde bailo cada canción navideña con la mejor de sus sonrisas aunque las odiara. Algo tenía ese club que en un comienzo considero de perdedores que producía que intentará dar lo mejor de si misma, incluso si le tocará hacer pareja con  Dahyun y no ser la estrella cómo estaba acostumbrada. Salió del Club despidiéndose de todos con un fuerte abrazo, le había tomado cariño a todos y cada uno, eran sus amigos, con quien llevaba compartiendo triunfos y derrotas por casi tres años. Salió con sus amigas cómo ya era cotidiano y al despedirse le dijeron que al otro día estarían en su casa para hacer esa fiesta mucho más agradable para la coreana. Esa navidad quizás sería diferente. 

Llegó a su casa y su madre ya tenía un precioso árbol de navidad gigante adornando el gran salón de la residencia Kim. Jennie se fue acercando para ayudarle a su madre. La señora Kim al contrario de su hija, amaba la navidad y le encantaba tener su casa llena de gente, le gustaba hacer de anfitriona. 

-¡Ya llegaste!-. Exclamó efusiva y se fue a abrazarla-. 

-Si, que lindo te quedó el árbol-. Respondió no con tanto ánimo-. 

Inalcanzable Jenlisa Gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora